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Columna abierta

¿Magníficas Relaciones España-Marruecos?

La relación entre España y Marruecos desde 1956, año en que concedimos la independencia del Territorio conocido como el Marruecos o Protectorado Español, nuestras relaciones bilaterales han sufrido altibajos como todos sabemos y podemos decir que siguen siendo complejas y con múltiples vaivenes.

Recientemente, nuestro Rey se desplazó a Rabat al frente de una amplia e importante representación de empresarios que han podido constatar el “magnífico” estado de las relaciones bilaterales. Dicha visita ha culminado con la firma de un total de once acuerdos entre los dos países en materias de economía, seguridad y energía, entre otras. Incluso, se ha firmado un protocolo de colaboración entre los puertos de Algeciras y Tánger a fin de facilitar los intercambios comerciales entre los dos puertos. Y, sin embargo, nuestro Gobierno actual permite que Marruecos impida el tránsito de mercancías con destino a su país a través del Puerto de Melilla y no decimos nada; ni nos quejamos ni nos cabreamos siquiera un poquito.
Pues si las relaciones diplomáticas son tan buenísimas ¿cómo es posible que en Melilla la relación con nuestros vecinos sea peor que nunca? Teníamos un Tratado de “buena vecindad” que fue recogido y adaptado en el Acuerdo Schengen y, sin embargo, entrar o salir de Melilla es una odisea desde hace dos años y no todo es culpa de Marruecos. Teníamos una fluidez comercial entre ambos lados de la frontera que, aunque mejorable en cuanto a las condiciones de seguridad e higiene de algunos de sus intervinientes, era y es el único sostén económico para muchísimas familias a ambos lados de la frontera y, sin embargo, hemos puesto todos los medios posibles para dificultar la salida de mercancías compradas en nuestros comercios. Y no todo es culpa de Marruecos.

Teníamos un volumen de importaciones que permitía un crecimiento de la actividad portuaria del que se felicitaban sus dirigentes y, sin embargo, en menos de dos años se ha reducido brutalmente la cifra de mercancías movidas por nuestro Puerto. Y no todo es culpa de Marruecos.

Las nuevas empresas que han llegado a Melilla en los últimos años venían a ofrecer sus productos a un mercado de más de 350.000 personas (no de las 85.000 que hay empadronadas) y porque se iban a recibir a más de un millón de “turistas” compradores al año. Y, lamentablemente, los comercios del Parque Murias después de un año largo no llegan ni a la tercera parte de las ventas previstas. Algunos ya han cerrado o esperan hacerlo en cuanto finalice el período mínimo pactado y en los distintos barrios ya han echado sus puertas para siempre más de 70 comercios tradicionales. Y esto tampoco es culpa de Marruecos.

Teníamos una seguridad en nuestras calles que últimamente hemos perdido y nos estamos “comiendo” el problema de la existencia de cientos de menores extranjeros que entran de forma irregular y no se admite su devolución al país de origen incumpliendo la legislación vigente.

Aquí, alguien – no sabemos si en Madrid o en Melilla- decidió hace tiempo sin explicar sus razones que había que “reorganizar y reducir” el comercio fronterizo única actividad económica de nuestra Ciudad y sin poner los medios alternativos previamente para esa “reordenación” y poder generar nuevas formas de crear riqueza y empleo. Tampoco es culpa de Marruecos. Otros graves problemas como la sanidad, la educación o el paro está claro que no son culpa de las buenas o malas relaciones con Marruecos ni del problema fronterizo. Esto no es cosa de dos ni culpa de Marruecos ¿verdad? Estos problemas corresponden solucionarlos a nuestros gobernantes (locales y nacionales) y -a la vista está- no han sido capaces de hacerlo en años pero que prometen hacerlo en cuatro días en cuanto les demos el voto.

Ahora, en estos días, los candidatos y los responsables de los partidos políticos (locales y nacionales) ofrecen soluciones a todos estos problemas y siempre se escudan en que la frontera es cosa de dos. De acuerdo, en esto último. Pero nosotros ¿hemos hecho todo lo posible y lo que está en nuestra mano para mejorarlo? ¿Hemos intentado un acercamiento con las autoridades de la región vecina para tratar estos problemas y buscar soluciones? ¿Se ha intentado volver a revitalizar esa buena vecindad?
Señores candidatos, hablen claro y digan cómo van a solucionar nuestros problemas sin demagogias ni promesas que son fácilmente olvidadas al día siguiente de las votaciones. El voto en Melilla no se puede ni se debe dar ni por razones ideológicas, ni étnicas o religiosas sino por razones de supervivencia y de futuro para nosotros y nuestros hijos. El voto debe darse a la formación política que nos convenza de que los intereses de Melilla estarán por encima de cualquier otra consideración. Para arreglar España ya están los 349 diputados restantes… Debemos votar por el PRESENTE Y FUTURO DE MELILLA.

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