El 28 de abril, elecciones generales, fue un gran día en diferentes sentidos. El futuro gubernamental del país se decidió con nuevos representantes, cerca de 3.000 jóvenes melillenses votaron por primera vez y las personas con discapacidad intelectual pudieron ejercer su derecho a voto un hito en la historia y un gran paso. Pero ¿Cómo afectó la jornada electoral a los ciudadanos? La actividad principal del día, y que todo el mundo tenía programada para antes o después, era ir a depositar sus votos para Congreso y Senado en las urnas. El tiempo no parecía a primera hora acompañar, el cielo amanecía cubierto por nubes a la hora de abrir los colegios electorales, pero eso no influyó en los más madrugadores, que en los primeros momentos de la jornada electoral ejercieron su derecho a votar. Algunos representantes políticos acudieron y lo hicieron, el primero de ellos fue Eduardo de Castro, candidato al Senado de Ciudadanos, que a las 9:30 estaba entregando sus papeletas, pero para esa hora del día, alrededor de más de 40 personas ya lo habían hecho en ese mismo colegio.
La ciudad no pareció afectarle la celebración de “la gran fiesta de la Democracia”, como algunos apuntaron, sino que transcurrió como un domingo más. Eso sí, el día mejoró, habiendo un sol radiante y haciendo que los ciudadanos saliesen a la calle a disfrutar del domingo a través de diferentes actividades de ocio.
Tiempo de cultura
Las principales fueron las turísticas, diversos museos acogían a familias con niños que intentaron acercarse un poco más a la cultura e historia de la Ciudad, algunos de ellos, curiosos por saber cómo era el ‘Retrato de un Médico’, obra de El Greco y que se encuentra en Melilla desde el pasado viernes, se acercaron al Centro de Arte Contemporáneo Casa Ibáñez.
Otros dedicaron parte de la mañana a visitar el centro de interpretación de la Plaza de las Culturas de la Obra Social ‘La Caixa’, sobre la historia del cine y uno de sus creadores, Georges Méliés.
Asimismo, el vaivén de niños y padres en los distintos parques no se vio afectado por las elecciones de la pasada jornada, 28 de abril.
Hostelería y naturaleza
Los melillenses aprovecharon el buen tiempo para salir, algunos tras haber depositado ya su voto, otros tomándose más tiempo de reflexión y decisión entre familiares y amigos. La hostelería vivió uno de sus días buenos, los ciudadanos han regresado de vacaciones, han vuelto a llenar a Melilla y aprovecharon para disfrutar en las distintas terrazas de restaurantes y bares. Algunos ciudadanos sustituyeron el asfalto o terraza por las mesas plegables o de piedra y la naturaleza, puesto que la zona de Rostrogordo, comúnmente conocida como ‘Los Pinos’, estaba ocupada por numerosas familias que decidieron pasar el día entre árboles y aprovechando la buena temperatura.
Del mismo modo, las distintas playas de la ciudad se llenaron de valientes en bañador y de usuarios realizando deporte por los distintos paseos marítimos.
Eso sí, las colas en los diversos colegios electorales se mantuvieron a medio día, mostrando que los melillenses “cumplían con el deber”, como apuntaban algunos de ellos.
Aunque cierto es que el motivo de elecciones fue una razón más para reunirse entre amigos y familiares y pasar una jornada electoral juntos, algunos de ellos, cuyos nombres no quisieron desvelar, confesaron que “el hecho de ir a votar hace que no tengas escusas para no salir y tengas que quedar con la gente cercana, aprovechando para tomar algo, hecho que de vez en cuando no viene mal”.
Una vez más, la Ciudad demostró serle fiel al deporte, cultura y, en cierta parte, a la hostelería en fin de semana, aunque fuese una jornada especial en la que se decidía el futuro del país.
