Salimos de una y nos metemos en otra, esa es la realidad, pero también lo que el ciudadano piensa. En veinte días se votará desde lo mas próximo a lo mas lejano, distante y frío como la vieja Europa. Los resultados de Abril influirán en los de Mayo aunque para muchos no es igual las Cortes Generales a autonómicas y locales, y de esto se saldrá con la lección aprendida de lo que se debe o no votar. Pablo Casado es un buen candidato, su preparación, estilo, cercanía y comunicación no han podido con un pasado lleno de complejos e indefiniciones en el que los votantes se han detenido. En nueve meses no se puede cambiar todo, algo ha hecho y ha renovado aunque no del todo, y por ahí debe profundizar. Quien no tuvo la valentía de proponerse como candidato y prefirió la comodidad de su parroquia no debe ahora ser un mesías de no se sabe qué. Que fácil es la traición cuando las cosas no van bien y que olvidadiza es la mente humana ante quien fue capaz de reunificar el centro derecha en España, gobernar bien y hacer que fuera y dentro fuésemos respetados. Ahora que en estos días tanto se habla del PP haciendo leña del árbol caído que no plateen familias internas que además de llevar intrínseco a los demonios quieren asemejarlo a la UCD, pues ya nos contaron como terminó aquello, roto, herido y al final muerto. El Partido Popular es imprescindible en nuestro país pero haciendo la katarsis que necesita y que a Casado no le ha dado tiempo. Al marianismo hay que decirle un adiós definitivo y para eso su actual presidente debe seguir, al menos hasta concluir su mandato y también como jefe de la oposición que es donde los españoles le han colocado. Su memoria, experiencia y un verbo fácil se hace muy necesario en la nueva Legislatura y a buen seguro deberá ejercitar dosis de negociación en su tropa pero también con el resto de partidos. En cuanto a los cambios en Melilla hay que centrarse en la elección como nuevo diputado de Fernando Gutiérrez en unos momentos tan convulsos lo que hará que la voz de los melillenses sea llevada a Madrid no solo por una persona preparada sino humana y cercana, que entre otros valores atesora el del dialogo y al que a partir de ahora le aguarda situarse también en otros lugares. En el Congreso y en el Senado hay que sentarse a trabajar, preparar preguntas y mociones y saberlas defender en Pleno y Comisiones, pero igualmente es decisivo hablar con todos para que conozcan cual es la realidad de la circunscripción a la que representan. Es conveniente conocer que el centro de la vida nacional está en ambas cámaras y por tanto ahí está el interés general que es el que debe mover a los trescientos cincuenta representantes. Lo que resta de mes no solo será de campaña sino de reflexión para los votantes a tenor de las negociaciones que para formar nuevo Gobierno se puedan llevar a cabo. Los que se sienten en el Consejo de Ministros saldrán entre la soledad o puede que entre extraños compañeros de cama con con escoramientos, veremos que cóctel nos preparan.
