No pudo ser y la U.D. Melilla no sacó nada positivo de su visita a la Nueva Condomina. Cuatro meses llevaba el Real Murcia sin ganar en su casa y tuvo que ser ante el equipo que se presentaba en el estadio grana como líder del Grupo IV. El conjunto melillense demostró que es un equipo rocoso, que te lleva hasta los extremos, que te hace defender, pero también mostró mucha precipitación, demasiada velocidad a jugadas que no la necesitaba y sobre todo nulos en el uno contra uno, algo que le pasó factura para dejarse el liderato a falta de una jornada para terminar la liga. A la desesperada por intentar marcar fue penalizado con el segundo gol del Murcia. Salió el cuadro de Luis Miguel Carrión sin ambigüedades a por el partido, dominando y poniendo el fútbol, un equipo netamente ofensivo, ante un Real Murcia con una alineación inédita, muchos jóvenes, jugadores incluso juveniles como Bartomeu, pero Julio Algar apostaba por un equipo con ganas y no por lo más previsible. Héber Pena, ex del Real Murcia, cogió rápidamente la voz de mando: el gallego las pedía todas y de él salieron los primeros acercamientos con peligro a la meta grana.
Los norteafricanos con un claro 4-3-3 llevaban en jaque a la zaga grana, en la que Escribano realizó dos entradas de tarjeta que el andaluz Peña Varela perdonó. El Murcia esperaba e intentaba a la contra, contrarrestar el juego melillense, y aunque dominaba a partir de la línea de tres cuartos, tenía problemas. Los minutos comenzaron a pasar y con ellos comenzaron a funcionar los transistores, el Melilla tenía que forzar la máquina y dar un paso más. Jilmar por la banda izquierda lo intentaba, pero eran más las ganas que la efectividad, y Óscar García se peleaba con los dos centrales granas, pero apenas le llegaban balones en condiciones y si lo hacían eran imposibles de controlar.
Héber Pena, en el minuto 23, tuvo la mejor ocasión de su equipo. El extremo se fue de Bertomeu y delante de Mackay disparó por bajo y raso, parando el cancerbero británico. El Murcia comenzó a creerse que le podía competir al Melilla de tú a tú. Tenía más el balón, era más atrevido y sobre todo aparecía víctor Curto entre líneas, aprovechando el trabajo de desgaste de Chumbi. El catalán fue el único que consiguió disparar con cierto peligro, muy fuerte pero desviado, pero el delantero grana en el 28’ y en el 42’ llevó el “uy” a la grada.
El Melilla se mostraba ansioso, lo buscaba, pero se precipitaba, quería ir más rápido que la pelota, los centros casi siempre pasados y su juego conforme avanzaron los minutos fue a menos, dejándose llevar hasta llegar con empate al final del primer acto del partido.
Comenzó la segunda entrega con el Murcia un tanto más adelantado, el Melilla fiel al esquema siguió dominando, pero apenas llegaba con peligro. Eso sí, se defendía perfectamente con Paco Aguza y Sofian Chakla, rallando a gran altura. El partido era a cara cruz, pues los dos querían ganar y eso hizo que los cambios tardasen poco en llegar: Igor Martínez entraba por los visitantes y Miñano por los locales. A partir de las rotaciones, el Melilla tuvo sus mejores ocasiones. Héber Pena, en el minuto 59, se fue por la banda izquierda, centró al área y allí llegó Ruano para rematar con la testa a bocajarro, sacando Mackay una mano salvadora para enviar el cuero a córner.
La Unión Deportiva llegaba mejor y con más peligro, y Menudo pudo inaugurar el tanteador: fallo de Bertomeu y el jugador visitante que roba el cuero, se mete en el área, dispara fuerte y el cuero salió rozando el larguero. El encuentro ya era de ida y vuelta, y Josema, un minuto después, dispararía dentro del área y Dani Barrio aparecería para desviar. Miñano lo intentaría en el minuto 72 y su disparo salió rozando la escuadra derecha del marco defendido por el meta visitante.
En el 74’, Pepe Romero, en un intento por centrar, estuvo a punto de marcar un bonito gol, pero Mackay adivinó la trayectoria. Pero el Murcia estaba en esas donde todo puede pasar y pasó: se jugaba el minuto 78 y la zaga melillense no despejó bien, Víctor Curto se hizo con el cuero en el área y cedió atrás a Josema para que éste se acomodara el cuero y lo enviara al fondo de la red. A partir de ese momento, el Melilla se volcó en busca del empate, pero lo que se terminó encontrando fue el tanto definitivo de los de casa, ya en el último minuto del alargue, obra de Manel Martínez.
