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BALONCESTO - LEB ORO

Un desdibujado Melilla Baloncesto cae en Pucela y se la jugará mañana

Con la soga al cuello. El Melilla Baloncesto, si quiere estar en la Final Four, tendrá que ganar los dos próximos partidos de la eliminatoria. Ayer, cayó justamente en el Polideportivo Pisuerga ante un Carramimbre que volvió a ser mejor en la pista y ganó con holgura en el electrónico.
Pese a sus centímetros de menos en la pintura, desarboló el conjunto pucelano a los gigantes visitantes. Y cuando tuvo que poner más fe y acierto desde la línea de tres, también lo hizo. Un desdibujado equipo de Alejandro Alcoba que mucho tendrá que cambiar para poder mañana sábado igualar la eliminatoria.

El primer cuarto arrancó con un Carramimbre mucho más metido. Una defensa presionante y un ataque certero que le concedió las primeras ventajas en el marcado con un parcial de 12-2. Franch no tenía las ideas claras y el único cartucho en ataque era un Agada haciendo la guerra inútil por su cuenta. Esto provoco que Alejandro Alcoba tuviera que pedir su primer tiempo cuando solo se habían jugado cuatro minutos. Solo un poco cambió el decorado, ante un Melilla Baloncesto que pese a sus centímetros de diferencia era incapaz de rebotear más que su rival (10-4) y donde Sergio de la Fuente volvía a sobresalir con sus números. Al final, un inquietante 19-11.
Alcoba decidió dar entrada a la segunda unidad con Urtasun, Balaban y Gjuroski, pero la pócima no era eficaz. El partido seguía por los mismos derroteros e incluso el macedonio hizo su segunda falta en muy poco tiempo. El Carramimbre seguía poniendo más ganas y su capitán De la Fuente el acierto desde la línea de tres y el coraje bajo el aro. Melilla no era
capaz de reducir une ventaja que iba aumentando hasta los quince puntos (33-18 minuto 16).
Y el técnico melillense tuvo que pedir un segundo tiempo muerto con una consigna clara: ante la nula efectividad en ataque (1/3) había que aprovechar el juego interior con Dos Anjos y Balaban. El 40-29 creaba aún más dudas en el decano cuando se llegaba al asueto.
Afortunadamente el arranque del tercer cuarto trajo la buena noticia de la resurrección de Gjuroski, hasta el momento inédito. Él cosechó desde el exterior los puntos que habían faltado en la primera parte. Pero de momento era poca aportación para frenar a un batallador Carramimbre que seguía poniendo más ganas e ilusión que el cuadro visitante que era incapaz
de bajar de la barrera sicológica de los diez puntos (52-40 minuto 25). Unos últimos minutos de cuarto de correcaminos tampoco benefició al cuadro de Alcoba (58-47).
Pero cuando un jugador está tocado por la varita mágica, es muy complicado luchar contra él, dos triples estratosféricos de De la Fuente rompieron cualquier pizarra del técnico melillense para el último periodo. Un 64-47, máxima ventaja de 17 puntos, que ponía la carrera cuesta arriba. Y así fue. El Melilla no pudo contra un rival que de momento le está poniendo más fe y
ganas.

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