Los de Alejandro Alcoba se aplicaron en defensa frenando el ataque del equipo pucelano. La eliminatoria se resolverá en Melilla. El equipo de Alejandro Alcoba superó la batalla de Pisuerga, gracias a un inspirado Agada (41 de valoración) y a una intensidad en defensa que le permitió ganar a un Carramimbre (72-76) que puso las cosas difíciles hasta el último segundo.
Alejandro Alcoba decidió dar un toque de atención respecto al cinco inicial del pasado jueves y encomendó la dirección a Marín y a Urtasun y castigó a Dos Anjos con el banquillo. Esa medida y una intensidad mayor en defensa para frenar al conjunto vallisoletano fueron los cambios. Sin embargo, el Carramimbre volvió a salir lanzado con brillantes jugadas en la ‘pintura’, logrando rebotes pese a la altura de Vucetic (11-4, minuto 5). Afortunadamente, tanto Marín como Gjuroski estaban inspirados desde la línea de 6,75 y redujeron a tres (16-13 minuto 7) porque los lanzamientos de dos se atragantaban y así se llegó al final del primer acto con 26-20.
El segundo cuarto arrancó con fallos por parte de los dos equipos en ataque lo que provocó que en tres minutos no se moviera el marcador. La mala dirección del base local Mike Torres concedió dos robos de balón y una antideportiva que permitió al decano dar la vuelta al marcador, gracias a un parcial de 0-9 (26-29 minuto 15). El equipo vallisoletano se había estancado y Paco García tuvo que cortarlo con un tiempo muerto. Los dos entrenadores apostaron por una zona de la que salió mejor parado el cuadro pucelano que rompió la estrategia de Alcoba con tres triples (38-36, minuto 18). La efectividad de Agada, el mejor en la primera parte, desde el tiro libre hizo posible que los melillenses se marcharan al descanso con ventaja (40-42).
El técnico visitante siguió apostando por un Javi Marín que lideraba muy bien a su equipo en ataque. Se vieron varias jugadas con una excelente circulación de balón que permitieron una renta de nueve puntos (42-51, minuto 24). Fueron los mejores minutos de la eliminatoria de un Melilla que, con Gjuroski y Agada inspirados, hizo pequeño al Carramimbre, que era una sombra del visto en el tercer encuentro. Los colegiados se hicieron protagonistas (sobre todo Lema) con varias acciones señaladas contra los locales. Una técnica contra el Valladolid le sirvió al decano para ampliar su renta hasta los 15 puntos (43-58), tras un parcial de 0-11. Pero los locales no se dieron por vencidos y redujeron hasta el 54-63.
En el último asalto, el Melilla Baloncesto bailó al son que quiso Caleb Agada. El nigeriano se echó a los suyos a las espaldas frente al coraje pucelano y sus puntos fueron decisivos para mantener la renta (60-70, minuto 34). El Carramimbre no bajó los brazos y llegó a ponerse a cuatro puntos (69-73, minuto 39), pero varias buenas defensas les sirvieron a los azulones para sumar el segundo punto en una eliminatoria que regresará a nuestra ciudad. El Melilla Baloncesto respondió como los grandes en la peor de las tesituras, salió ese espíritu indomable y la serie vivirá un quinto encuentro a por todas en tierras melillenses. El resultado final ayer fue de 72-76.
