El Grupo de Regulares, siente informar del reciente fallecimiento de nuestro veterano compañero, el capitán enfermero Juan Pérez Sánchez, a la longeva edad de 89 años, en compañía de sus hijos (Juan Jesús, María Inmaculada y Ana María) y familiares, en la plaza de Osuna (Sevilla).
Desde su nacimiento en el antiguo protectorado de Marruecos (Tistutin, Marruecos en 1930), pronto convergerían las que han sido sus dos grandes pasiones, la Sanidad Militar y su amor por la tierra africana.
Pasando por múltiples acuartelamientos, pero siempre en el botiquín, como el permanente observatorio impregnado del habitual olor y color que todos los de la casa recordamos, uniformado de blanco por fuera y de amor garbanzo por dentro, contempló la historia reciente de regulares durante un cuarto de siglo. Conocedor como nadie, del cuerpo y alma del infante, ha sabido cuidar y velar por la salud, primero de sus legionarios en tierras saharianas, y posteriormente de los jóvenes regulares, desde su incorporación en el 1966 (Grupo de Fuerzas Regulares de Infantería Melilla nº 2) con el empleo de subteniente practicante, hasta alcanzar el empleo de capitán ATS, en 1987.
El capitán Pérez, a pesar de su aspecto tranquilo y su destino último en el hospital militar de Melilla, vivió y experimento la compañía del soldado de infantería durante la práctica mayoría de su vida militar, estando destinado inicialmente en el Tercio Sahariano Alejandro Farnesio 4 de La Legión en Villa Cisneros (Sahara) y posteriormente a la unidad hermana de Regulares, en concreto, en el Melilla nº 2, hasta terminar en el RIMT “Fuerzas Regulares de Melilla nº 52”.
Si ya era conocido y apreciado por su quehacer profesional en la milicia, como así lo demuestra uno de sus primeros jefes, solicitando sus servicios, decía por escrito : “……….comunicar a V.E. que dadas las extraordinarias referencias de todo tipo que se tienen del stte practicante Juan Pérez Sánchez, solicito sea destinado a este Grupo de mi mando……….”, igualmente fue querido y demandado por la sociedad melillense, desde que en 1986, compatibilizó su vida militar con la de practicante de familia en el ámbito civil (ISFAS).
Ya en su último tramo de la vida, disfruto del retiro llevando una vida tranquila y apacible en la ciudad que le acogió como hijo adoptivo, Melilla, hasta que recientemente sus hijos decidieron trasladarlo a la península, para prestarle una atención más acorde a su edad y estado de salud.
Como muestra de su buen hacer, además de portar orgulloso los distintivos de Regulares y el Sahara, fue distinguido con dos cruces al mérito militar con distintivo blanco, junto con la cruz a la constancia en el servicio y la de San Hermenegildo.
Muchos melillenses recordarán a “Juanito el practicante” con el mejor título que se le puede otorgar y reconocer a un ser humano, y que además su cara reflejaba, el de buena persona.
!! A nuestro entrañable Juan ¡¡ con la intercesión de nuestra madre, la Virgen María Inmaculada patrona de la Infantería, para que le acompañe en su última “consulta” ante el Altísimo, quedando apuntado en el “libro de reconocimiento” de los grandes veteranos regulares, y listo para recibir el “alta” eterna de la gloria. ¡¡ Descanse en paz!!
