Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

¡A por los pactos tripartitos!

He dicho e insistido en varias de mis Cartas sobre una obviedad que no habría que olvidar: después del 26 de mayo, día multi electoral, vendría el 27 y así sucesivamente. En eso estamos y la pregunta predominante ahora no es quién va mandar políticamente en nuestra ciudad (porque el poder político, a pesar de lo que algunos quisieran y muchos creen, no es el poder absoluto en Melilla), tras los resultados del pasado domingo, resultados que han determinado un panorama político en el que los pactos, tripartitos para mayor complejidad, para intentar llegar a la presidencia y a la gobernabilidad son imprescindibles.
Que es exactamente lo que nosotros, en este periódico, y yo mismo una y otra vez, predijimos y resumimos con esa encuesta que publicamos el pasado viernes 24, en la que acertamos prácticamente en todo, excepto en el resultado de Ciudadanos, que ha sido inferior al que pensamos. Una encuesta/predicción que a algunos -que creen a veces, más veces cada vez, que están en posesión de la verdad y que, además, confunden sus deseos con la realidad- les disgustó mucho, aunque, si la hubieran tenido en cuenta antes y hubieran hecho algo serio para evitarlo, si hubieran atendido a las necesidades del cambio profundo e inevitable que se avecinaba, no les habría pasado lo que les ha pasado, que era la crónica de una muerte anunciada, la de la mayoría absoluta en Melilla.
¿Qué va a ocurrir a partir de ahora y hasta que el próximo 15 de este mes de junio se produzca la votación para la elección de presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla? Pues que el antiguo lema electoral de la Unión del Pueblo Melillense de Juan José Imbroda, “que no te mande Madrid”, se va a ver, una vez más, desairado. Ya todos miran a “Madrid”, o sea, a los líderes de los partidos políticos, ubicados en la capital de España, para ver qué deciden, cómo se van a intercambiar los cromos y, en definitiva, qué va a ser políticamente de nosotros, espectadores pasivos.

En Melilla sólo hay un partido, de entre los que tienen representación electoral en nuestra Asamblea, al que no le manda Madrid, Coalición por Melilla, aunque se mantiene la duda de si a ese partido no le mandan desde otro sitio muy distante de Madrid y de España. Si aquí hubiéramos tenido a tiempo un nuevo partido local, preferiblemente uno que no naciera a base de una escisión de un partido nacional existente -como lo fue, por ejemplo, la lamentable PPL del peor que lamentable y gafe Julio Liarte- ese partido local, apoyado, hubiera obtenido una representación significativa en la Asamblea y, a la vista de los resultados del 26/M, hubiera sido decisivo en la decisión final de quién sería el presidente local, sin obedecer a lo que le/nos mandaran desde fuera, como ahora sucede. Si eso sería mejor que lo que hay, o peor, es un debate aparte.

Lo curioso y siempre repetido tras cualquier votación es que todos los partidos, aunque se encuentren al borde del colapso, oficialmente aseguran estar muy contentos con el resultado. En el PP local dicen que han sido el partido más votado, una vez más. Coalición por Melilla, que han crecido (tenían 7 diputados y ahora tienen 8). El PSOE lo mismo (de 3 a 4). Ciudadanos, que tienen un escaño decisivo. Vox, que porcentualmente ha crecido mucho (de 0 a 2). Los demás, que se han quedado sin representación, que merecían más. La realidad es muy diferente: el PP no ha logrado la mayoría absoluta que era el objetivo en el que han basado toda su campaña, e incluso se ha quedado muy lejos, cada vez más, de tal mayoría absoluta; Coalición no ha logrado echar al PP, su anhelo y su objetivo; el PSOE ha obtenido menos de la mitad de votos que en las elecciones generales de hace cuatro semanas; Vox, con un candidato desconocido hace cuatro semanas logró más del doble de votos de los que un candidato conocido, Jesús Delgado -que decía que obtendrían como mínimo 7 diputados y aseguraba que él iba a ser el presidente de Melilla- consiguió el domingo pasado, un hundimiento espectacular, con nombre propio.

El resumen de la situación actual: lo de los partidos existentes es aquello de las dos caras de la misma moneda y no tienen futuro ni estos partidos así, ni Melilla con ellos. El mejor futuro político melillense, quizás el único para lograr mantener una Melilla española y en verdadero progreso: un cambio basado en una alianza entre un PP liberal y un partido local interétnico y también con la libertad como lema.

Posdata
Cuando termino esta Carta siguen, y seguirán, las especulaciones sobre pactos, encuentros y desencuentros, dimisiones y admisiones, bulos y más bulos, amistades repentinas sustituyendo a odios ancestrales y viceversa, y así un largo etcétera. Un aburrimiento monumental sobre el que mucho podemos hablar y poco/nada podemos hacer, en resumen, y del que no nos libraremos hasta poco antes del próximo día 15, o quizás ese mismo día.

[email protected]

Loading

Enrique Bohórquez López-Dóriga

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€