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CPM, PSOE y Cs se unen para lograr el cambio en Melilla y aúpan a De Castro a la Presidencia

De Castro fue proclamado presidente de la Ciudad Autónoma con el voto a favor de CPM (8), PSOE (4) y Cs (1), haciendo posible la mayoría absoluta

Tras quedarse a las puertas del cambio hace cuatro años, Coalición por Melilla (CPM), PSOE y Ciudadanos (Cs), aprovecharon ayer la segunda oportunidad que les dio el 26M para dejar la oposición en la que estuvieron en la anterior legislatura y asegurarse su entrada en el Gobierno votando como presidente de la Ciudad Autónoma, todos a una, al diputado que tenía la llave del cambio: Eduardo de Castro. Fue así como el único representante de Cs en la Cámara pasó de una esquina sin espacio en la mesa, donde empezó la sesión constitutiva, a tomar asiento en la silla principal, la reservada en el centro para el presidente de la Ciudad Autónoma. El diputado naranja desbancaba así a quien ha ocupado ese puesto durante los últimos 19 años de manera ininterrumpida, el popular Juan José Imbroda, que recordó allí mismo, antes de dejar el sitio a su sucesor, que él y su partido eran los que habían ganado las elecciones. Se despejaba así la incógnita que había mantenido a Melilla en vilo en los últimos 20 días, y que se pudo palpar en la gran expectación que había tanto en el Salón Dorado, abarrotado de gente, como en la puerta del Palacio de la Asamblea, donde decenas de personas festejaron por todo lo alto el resultado de una votación marcada por la tensión y los gritos de “traidor” que alguien lanzó a De Castro desde el público. De Castro fue proclamado presidente de la Ciudad Autónoma con el voto a favor de CPM (8), PSOE (4) y Cs (1), haciendo posible la mayoría absoluta que necesitaban para que el PP no hiciera valer su mayoría simple si ningún candidato sumaba un mínimo de 13. Por su parte, la candidatura de Imbroda solo consiguió sumar, además de los diez votos de su partido, los dos de Vox. Doce votos que impidieron al líder popular continuar ostentando la Presidencia de la Asamblea, donde empezó ayer también los primeros minutos de legislatura por el ser diputado de mayor edad, y que le relegaron a la esquina en los últimos de esta para él, ya que poco después anunció que renunciaría a su acta de diputado para dejar el liderazgo de la oposición a su número 2, Miguel Marín.
El acuerdo de CPM, PSOE y Cs también sumó para hacerse con la segunda silla en importancia en la Asamblea, la Vicepresidencia Primera, para la que fue designada la cepemista Dunia Almansouri, que sube un peldaño tras estar ocho años en la Vicepresidencia Segunda. Dicha responsabilidad recayó en el diputado popular Daniel Conesa, tras una única votación nominal y secreta, cuyo recuento fue la primera responsabilidad de De Castro al frente de la Ciudad Autónoma.

Gritos de “traidor”
La proclamación de De Castro como presidente de Melilla se produjo en mitad de una sesión constitutiva muy tensa y algo confusa, ya que su presentación como candidato no se pudo oír bien en el Salón Dorado del Palacio de la Asamblea, que estaba lleno de invitados y donde faltaron sillas para que pudieran sentarse todos los presentes.
Cuando los primeros diputados de CPM empezaron a dar su voto a De Castro, fue cuando el público y el propio Imbroda se dieron cuenta de que el líder de Cs había presentado su candidatura, algo que también ratificó el diputado más joven, el socialista Mohamed Mohamed Mohand, que formaba junto al líder popular la Mesa de Edad.
Segundos después, cuando De Castro se votó a sí mismo, alguien desde el público gritó varias veces “traidor” al líder de Cs, mientras otros aplaudían de manera enfervorizada y varios, incluso, silbaron para festejar el cambio que se estaba cuajando en la Ciudad Autónoma. La ‘guerra de aplausos’ se instaló entonces en el Salón Dorado, que por momentos parecía una grada de fútbol, mientras los diputados iban votando entre los dos candidatos, con un resultado ya más que previsible.

Los comentarios de Imbroda
Imbroda, consciente de que la jugada ya estaba hecha, se cruzó de brazos y no pudo evitar algunos comentarios de desaprobación que fue deslizando en voz baja, para sí mismo, conforme se producía la votación, que fueron perceptibles por todo el mundo porque tenía el micrófono abierto.
“Vaya personaje”, fue el primero que soltó, en alusión a De Castro. “Qué bonito”, añadió después cuando la primera diputada socialista en pronunciarse, Elena Fernández Treviño, votó al candidato de Cs, ratificando así el apoyo del PSOE a esta vía alternativa de gobierno. Cuando fue el turno de la líder socialista, Gloria Rojas, Imbroda fue un poco más allá: “Qué sinvergüenza”.
El diputado más joven, venido arriba, fue uno de los que se llevó más aplausos cuando le llegó el turno y recalcó: “Con honor otorgo mi confianza en Eduardo de Castro”. Sin embargo, instantes después tuvo que volver a tomar la palabra para aclarar que estaba dando su voto al líder naranja, al ser advertido por el secretario general de la Asamblea de que dar la confianza no era una fórmula válida para que su voto se contabilizara.
“Con el mismo honor y con la misma fuerza, doy mi voto al candidato que ha ganado las elecciones, el Grupo Popular, que he sido yo”, afirmó a continuación Imbroda, el último en votar.

Careo De Castro-Imbroda
A continuación, Imbroda se levantó de la silla presidencial para intercambiarse el puesto con De Castro, momento en el que el líder popular le dio una palmada en la espalda que hizo que el diputado de Cs se girara. En este encontronazo, ambos tuvieron un cruce de palabras y miradas de mucha tensión, al que siguió otro justo después, cuando la consejera de Hacienda en funciones, Esther Donoso, gritó algo al nuevo presidente melillense cuando éste pasaba por su lado. Como a Imbroda, De Castro también le sostuvo la mirada, pero rápidamente acudió a su encuentro Mohamed Mohamed Mohand, que le estrechó la mano, le dirigió hacia la silla de la Presidencia, e incluso le ayudó a que tomara asiento en ella.
Todo ello mientras parte del público gritaba “presidente, presidente” a De Castro, que dirigió la última parte del pleno, en la que se designaron las dos vicepresidencias de la Asamblea, y donde nuevamente una mujer del público gritó “traidor” al líder de Cs.
En ese momento, el diputado más joven, que aún estaba situado al lado de De Castro como miembro de la Mesa de Edad, tomó la palabra para dejar claro: “Esta Asamblea ha sido constituida democráticamente, y al que no le guste, que se marche”.
La frase le valió el reproche de algunos miembros de la bancada popular. Entre ellos, Imbroda, que se levantó de su silla para acercarse al lugar donde estaban el secretario general de la Asamblea y el recién designado presidente de la Ciudad Autónoma, Eduardo de Castro, quien ordenó a Mohamed Mohand que no dijera nada. También la diputada popular Paz Velázquez, afeó al joven socialista sus formas diciéndole que “así no se llama al orden, controlaos”.

La retirada del PP
Tras la elección de las vicepresidencias, Almansouri y Conesa prometieron sus cargos, y antes de que la cepemista declarara constituida definitivamente la Asamblea y deseara suerte a todos, los diputados PP empezaron a retirarse de su bancada.
El micrófono, aún abierto, permitió oír cómo De Castro le decía “me ha amenazado”, en posible referencia al careo que tuvo minutos antes con Imbroda, a lo que la recién elegida vicepresidenta primera de la Asamblea, que estaba justo a su lado, le respondió “qué vergüenza, que ni se han quedado a terminar”.
Los reproches de ambos terminaron ahí porque enseguida empezaron a recibir felicitaciones por haberse impuesto en las dos votaciones de la constitución de la Asamblea. Abrazos, besos y algunas lágrimas fueron la forma en la que los diputados de CPM, PSOE y Cs y muchos de sus seguidores representaron en el Salón Dorado su triunfo tras casi dos décadas de espera. Por su parte, los populares optaron por marcharse al pasillo del Palacio de la Asamblea para arropar a Imbroda, que salió del pleno, por primera vez desde el año 2000, sin el bastón de mando.

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Redacción

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