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José L. Tejada: “Este galardón para mí es el colofón a toda una vida de trayectoria profesional docente”

José Luis Quesada, impartiendo clase con su último curso de alumnos antes de jubilarse

El próximo jueves, 27 de junio, CCOO entregará al docente, José Luis Tejada, ya retirado, pero que ha dedicado más de 40 años a la educación, el Premio Pilar Fernández ‘Una vida dedicada a la enseñanza’. En esta entrevista concedida a este medio, Tejada manifiesta que este galardón “es el colofón a toda una trayectoria profesional” y recuerda algunos aspectos que ha vivido y percibido de la enseñanza en su cerca de medio siglo como profesor en el Leopoldo Queipo y en la UNED. Asimismo, da algunas claves a los futuros docentes para ser tan profesionales como lo es él.

– ¿Qué se siente al saber que se le va a entregar un reconocimiento por la labor docente que ha ejercido durante más de 40 años?
– La verdad es que estoy muy contento, ya que es el colofón a toda una trayectoria profesional. Además, hay que tener en cuenta que en esto no he intervenido yo, esto ha sido compañeros, exalumnos, etc., que me han votado a mí, siendo el que más propuesta ha alcanzado. Por lo tanto, en algo en lo que tú no tienes nada que ver, pues te sientes doblemente más contento, porque no es como en el caso de que te jubilas y te hacen un pequeño homenaje, sino que es diferente.
El que yo no haya intervenido hace que este reconocimiento cobre mayor importancia, por lo que estoy muy contento. Esto es ya el final de lo que es mi trayectoria profesional.
– Este año ha vuelto a ser candidato con más de 50 propuestas, pero el pasado año también salió su nombre entre los elegidos a este galardón ¿Cuál ha sido su gran baza como profesor para que tanta gente le apoye?
– Lo del año pasado ni me enteré, sí es cierto que después escuché algo de que me habían propuesto, pero no tenía conocimiento alguno. La clave que yo deduzco que puede ser es que como he sido durante más de 40 años profesor de la UNED de Matemáticas y en los primeros años 15-20 años la carrera de Matemáticas la llegaron hacer unos 14 o 15 alumnos, de los que muchos han sido, primero, alumnos en el instituto, después, en la UNED y luego compañeros como profesor. Así que esa puede ser la clave y que eso haya influido bastante.
– Una de sus características es que ha estado ejerciendo siempre como profesor 45 años, pero no ha ocupado ningún puesto en dirección ¿A qué se debe esa decisión?
– No, nunca se me ocurrió. En general, no fue una de las cosas que se pasó pensar, el tener un cargo. Como siempre he estado muy dedicado sumergido en la enseñanza, tanto en instituto como en la Universidad a Distancia pues he estado muy metido en lo que es el trabajo diario de la Educación. Esto ocasiona que muchas veces, cuando vienen los equipos directivos, pues no piensan en ti, suponen que te gusta la enseñanza y no ofrecen, quizás, ningún puesto, así que supongo que también influye el hecho de que no hay tenido muchas ofertas.
– Tantos años al pie del cañón frente a la enseñanza de los más jóvenes hace que se recojan experiencias ¿Cuál podría destacar de su labor como profesor?
– Para mí lo mejor es estar en continua relación con la gente joven. Te hacen sentirte mucho más joven, nunca mejor dicho. El estar siempre con personas desde 14 a 17 años influye muchísimo. Lo único malo es que cuando vas haciéndote mayor ellos siguen teniendo esas edades de adolescentes, por lo que ahí cuesta más trabajo.
En general, esa experiencia que tienes de estar en contacto con la juventud hace que te sientas realmente bien.
– Ya se encuentra retirado de la profesión, ¿Qué es lo que más echa de menos de esta profesión?
– Yo siempre pienso que jubilarse cuando se puede y quiere es estupendo. Yo ahora mismo ciertas clases que daba sí que las echo de menos. Aunque yo me sigo sintiendo profesor, yo todavía soy de los que se sienta con un bolígrafo y un folio dispuesto a resolver cualquier duda.
Me siento fuera del sistema, pero no fuera de la enseñanza. La verdad es que lo estoy llevando muy bien. Ahora tengo un complemento con el golf que hace que me sienta estupendamente.
– ¿Qué importancia le da a este tipo de reconocimientos, como el que se le va a conceder?
– Yo puedo hablar por mí, que estoy contentísimo la verdad. Para mí es algo estupendo. Todo lo que sea reconocimiento a los docentes me parece excelente, porque la verdad es una labor que es complicada y difícil. Se dedica muchas horas, sales de una clase y entras en otra en la que, tal vez, el nivel no es el mismo. No todos los grupos son iguales, yo he tenido cursos muy complicados. Por lo que la labor no es fácil y todo el reconocimiento que se conceda, bienvenido sea.
– ¿Qué les diría a los futuros docentes?
– Yo lo que les diría es lo mismo que cuando yo comencé: Tener ganas, tener ilusión y que transmitan al alumnado su forma de ser, con todo lo anterior y con preparación. Es muy importante estudiar y estar preparados, porque el alumnado se da cuenta de todo. Si ellos ven que eres una persona que pone interés, que está formada y que le pone ganas a la hora de enseñarles y pones ilusión en eso, ellos te respetarán siempre, si no, no te harán caso.
Les diría también que no pasen desapercibidos para los alumnos, que signifiques algo para ellos, aunque sea por tu forma de actuar, de vestir, de comportarte, de aconsejar, porque todo eso es importantísimo.

“Como docente he sido bastante exigente, pero era mi forma de ser”

– ¿Cómo recuerda su labor de docente?
– Desde el principio, cuando estaba estudiando la carrera, la idea era estar en la enseñanza y, sobre todo en la asignatura de Matemáticas, así pues es algo que siempre pensé. Al final, por diferentes razones fui a hacer esta rama a Granada y no Física como tenía decidido al principio y, una vez que acabé, tuve la suerte de sacar mis oposiciones y empezar a trabajar en el Leopoldo Queipo, por lo que he tenido casi toda mi trayectoria profesional ahí.
Como docente puedo decir que he sido bastante exigente, pero es mi forma de ser conmigo mismo. Quizás ahora, si pudiera volver a empezar y con aquellos que tuvieron más dificultad, intentaría ser más comedido y más razonable. Imagino que muchos se habrán llevado un disgusto que otro con mi forma de explicar, de corregir o de ser. En general si puedo decir que en mi profesión he sido bastante honrado. Mi forma de comportarme en la clase es lo que he intentado transmitir: Ser una persona activa, demostrar mi interés por la asignatura, etc. Esta es la forma de que los alumnos te respeten.

“Antes la relación entre profesor y alumno era más respetuosa que ahora, por lo que las clases eran más llevaderas”

– Ser docente implica ver las carencias de la enseñanza pública ¿Cuáles diría que son ahora mismo?
– Yo diría que desde mis primeros tiempos a ahora, quizás la diferencia que destacaría es que tenemos menos alumnos por clase; antes incluso había más. Pero lo que sucede es que la relación alumno-profesor antes era más respetuosa, por lo que, aunque tuvieses una clase con 37-38 personas, era algo llevadero. Ahora, como la LOMCE cambió un poco lo que es el sistema, pues se tuvo que elegir entre más gente escolarizada y perder un poco de calidad en la enseñanza. Eran dos opciones, había gente que se quedaban fuera y se optó por alargar la edad de estar en los centro.
Esto supuso que alumnos que no tenían que estar, estaban; complicando un poco más la situación. Después, el hecho de que los alumnos pasasen de curso simplemente por la edad, hizo bastante daño también. Porque eso influye a todo el mundo, a profesores, compañeros, alumnos, padres y demás. Por lo que creo que eso es un problema gordo y que todavía no se ha solucionado del todo bien.
– ¿Cómo se podría mejorar la educación de los melillenses?
– La educación de los melillenses la veo como a nivel nacional. Los estudiantes que pasan los filtros establecidos y que llegan a bachillerato, son alumnos con bastante nivel. Lo que pasa, es que cada vez, los grupos de ciencias por ejemplo, son menores. Son menos, pero con buen nivel.
Sin embargo, en la época de hace 15-20 años, la referencia la teníamos en la Selectividad y en los COU y por esos años Melilla tenía muy buenas notas, sacaban los alumnos del Leopoldo Queipo, por ejemplo, unas calificaciones estupendas.

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Luisa Maria Sanchez Ballesteros

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