Vaya por delante todo mi respeto y consideración hacia todo el personal que conforma la plantilla profesional de Televisión Melilla, incluyendo a quienes no conozco personalmente y que llevan poco tiempo porque, como todos lo hacen, nada tienen que envidiar a muchísimos que "militan" en cadenas nacionales de alto nivel. Además, por el gran aprecio que le tengo desde que la puso en funcionamiento mi inolvidable amigo Francisco Platero y por las muchas ocasiones que en las que estuve como colaborador en los programas creados y dirigidos por el malogrado, e igualmente entrañable amigo, Fernando Belmonte, esos "Retrovisores" de nuestra siempre querida Melilla.
Y me duele no poder decir lo mismo de quienes la dirigen o manejan a su antojo, capricho o como bien les venga en gana.
No hace muchos días la censuré al no ofrecer en directo los actos y el desfile programados por la Comandancia General de Melilla con motivo del Día de las Fuerzas Armadas. Pues hoy tengo que volver a lo mismo, enormemente cabreabo y con una mala leche que nadie se puede imaginar por no haber ofrecido a miles de melillense, entre los que me encuentro, lo programado por Festejos de la Ciudad Autónoma en la noche del día 23, víspera de la Festividad de San Juan, ya saben, las "candeladas" o "candelarias", el buen ambiente que en el lugar disfrutan los que allí pueden acudir y, por supuesto, los fuegos artificiales. ¿Por qué no ofreció todo ello Televisión Melilla, porqué, joder, porqué, para que también lo hubiesen visto miles de melillenses que, bien por la hora o, peor, porque se encuentran impedidos de salir de sus hogares y desplazarse donde se celebraba tan tradicional fiesta ya veraniega.
En mi casa, al igual que el Día de las Fuerzas Armadas, estábamos pendientes desde casi las once de la noche de Televisión Melilla a la espera de ver lo programado por el Municipio en la noche víspera de San Juan. Pues que si quieres, larga espera mientras la realización del canal televisivo que pagamos todos los melillenses, daba una repetición de bailables -muy bonitos, por cierto- y bien ejecutados por niñas y avenes adolescentes de nuestra ciudad, que ya habíamos visto en repetidas ocasiones mientras en la playa del Paseo Marítimo se desarrollaba lo que miles de melillenses, como antes he dicho, esperábamos presenciar, los fuegos y los fogonazos coheteros de la noche víspera de San Juan.- Y si ello no podía ofrecerse por algún motivo justificado por lo menos se podía haber dicho en algunos de los informativos o en algún anuncio de la prensa escrita.
