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Melilla guarda en su tradición un misterio que, mitad belleza, mitad misterio y miedo, no deja de ser realmente inquietante

Yenún, los diablos de Melilla

Durante su tiempo libre, los yenun se retiran a lugares sucios y lúgubres

Melilla guarda en su tradición un misterio que, mitad belleza, mitad misterio y miedo, no deja de ser realmente inquietante porque, es algo que ha pasado por tradición de generación en generación. Aunque es cierto que no existe una clara definición del mismo, queremos tenerlo aquí presente para que el lector que no sea de la zona, pueda comprobar que no deja de ser misterioso. Nos referimos a los Yenún, un término con el que se definen una especie de espíritus (demonios en muchos casos), mitad hombre mitad animal, que sólo son visibles las noches de los viernes.

Se cree que fueron creados por Dios (Alá) en este día, que fue en el que descansó de la creación del mundo, justo antes de la oración de la tarde. Un yin al que, por falta de tiempo, le dio el aspecto antes descrito. Pueden ser animales de compañía del hombre, no siendo perceptible por este que se trata en realidad de un diablo, y aunque no pude matar, si puede transmitir enfermedades con dolencias horribles.

Durante su tiempo libre, se retiran a lugares sucios y lúgubres, y aunque pueden ser buenos o malos, el hombre por norma general no se fía de ninguno, ya que no se sabe bien con las intenciones que pueden venir.

Sólo existe un tipo de persona que, por los conocimientos mágicos que poseen, pueden invocar y dominar a estos espíritus, los Yenún, y como no podía ser menos, les vamos a ofrecer la invocación con el que, entre otros ritos donde podemos encontrarnos grandes conocimientos de la magia alquímica, por la transformación de los elementos de la naturaleza que realizan con gran destreza y especiales habilidades, estos magos realizan el ritual para pedir sus favores o mantenerlos alejados de sus cercanías:

  • -Aithbab umxam (dueños del lugar).
  • -Aithbab uj-jám (dueños de la casa), o bien
  • -Aradya uj-jám (dueñas de la casa).

Llegados a este momento, y luego de unos rezos, pueden ya pedir así los favores de estos espíritus encarnados.

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