Con ocasión del veinte aniversario de la apertura del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), se inauguró ayer en el Casino Militar una exposición alegórica que incluye un apartado fotográfico retrospectivo, así como una muestra de manualidades y de trajes típicos de distintas culturas confeccionados por inmigrantes. Se podrá visitar hasta el día 8 durante el horario de apertura de la instalación.
Desfile
La muestra se acompañó con un desfile de trajes de boda inspirados en los ritos matrimoniales de países como Siria, Palestina o el Magreb, que han confeccionado las mujeres residentes en el CETI y que han lucido en un bullicioso pase acompañadas por varios compañeros también acogidos. Las diseñadoras contaron con la colaboración de Melilla Acoge.
La tarde se cerró con la actuación de un grupo de percusión integrado por inmigrantes del centro de acogida en el que, según su director, Carlos Montero, han pasado a lo largo de estas dos décadas “más de treinta mil personas” procedentes de distintas partes del mundo, en especial del África Subsahariana, pero también del Magreb.
Veinte años
Recordó Montero que el CETI se inauguró en 1999 y que en estos veinte años la entidad “ha pasado por muchas vicisitudes, con momentos muy duros, verdaderamente dificultosos, pero gracias al personal, a la colaboración de la Ciudad Autónoma, de la Delegación del Gobierno y del Ejército, hemos salido adelante”.
Los años más complicados fueron sin duda 2014 y 2015, en los que se produjo la confluencia de la “inmigración subsahariana habitual y la llegada de los sirios, por lo que llegamos a tener a 2.500 personas a la vez y unas diez mil entradas al año”.
De aquellos “años realmente complicados” se ha pasado a la relativa estabilidad actual de entre mil y 1.200 inmigrantes al año, migrantes procedentes de las pateras que arriban a la ciudad y aquellos que logran acceder a Melilla vía terrestre.
El deseo de Montero, es que los años que están por venir, puedan seguir mejorando y lograr que el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes “sea cada día mejor, y esté en mejores condiciones” para los residentes.
Salto cualitativo
Reconoció Montero que la construcción y puesta en funcionamiento del CETI en 1999, que permitió el cierre del albergue de la Granja Agrícola, supuso un salto cualitativo y cuantitativo en lo que se refería al tratamiento a la inmigración en Melilla.
“Se pensaba que la inmigración era algo transitorio y cuando se vio que era una situación que ya era estable que se iba a seguir produciendo, se decidió construir el CETI que ha sufrido hasta cinco ampliaciones en este tiempo”, indicó el director de la institución, que vaticina que “la presión migratoria la va a padecer Melilla durante mucho tiempo por la situación geográfica que tiene”.
