Cuando uno llega a una edad como la de los 82 que cumplió ayer Pepi Peláez, tal vez pensemos que ya nada nos va a inquietar ni a preocupar. Sin embargo su expresión de felicidad y satisfacción , cuando fue recibida por más de una treintena de personas cantándole " cumpleaños feliz", dieron a entender que a esa edad si habrá cosas que aún valoremos y que para tenerlas, tendremos que haber ido trabajándolas antes.
Pepi fue rodeada de varias generaciones compuestas por hijos, nietos, sobrinos y muchos amigos. A eso se le sumaron más de una veintena de felicitaciones y de llamadas durante el día .
La fiesta era sorpresa , y tal vez por eso ella dijo que estaba nerviosa . Y comprendí que el nerviosismo no sería por tanta gente, tanto canto, tanto aplauso, tantos besos, tantos piropos..Sino que el nerviosismo era por saber que ella era el pegamento de todo aquello. Lo que nos unía cada año.
Y su cara de satisfacción seguro que sería por ver que a sus 82 años, y cuando ya está de vuelta, todo lo que allí había: tanto amor y respeto, era porque lo había trabajado, lo había cosechado y ahora lo recogía. Porque en esta vida nos quedará lo que cosechemos. Y sopló sus dos velas, la del 8 que marca su decada, la del 2, que le va sumando, y pedirìa un deseo. Espero que fuese que el año que viene otra vez y más.
Feliz cumpleaños Pepa.
