A finales de junio embarcamos en el “Fortuny” rumbo a Málaga, y desde allí nos dirigimos a Salobreña. Llegamos un domingo por la mañana al Hotel Salobreña, donde la Federación Española de Ajedrez organiza los Campeonatos de España de Jóvenes.
Es el quinto Campeonato de España consecutivo al que asistimos, y esta vez, por segunda vez, en la categoría de Sub-12, donde participa mi hijo Miguel Ángel, de la Federación Melillense de Ajedrez.
Me encuentro charlando con Ciriaco Almeida, profesor del Club de Ajedrez “Grandama” de la localidad canaria de Vecindario.
Me comenta Ciriaco que hace ya algunos años estuvo en Maspalomas, donde llevaba otro Club de Ajedrez, y allí enseñó a jugar a un niño de nombre Tarek Boutahar, que pasados unos años marchó a Melilla. Con el tiempo, Tarek dará clases a los chavales en la Federación Melillense de Ajedrez.
Finaliza la sexta ronda y llega mi hijo Miguel Ángel. Por los gestos intuyo que ha perdido la partida, está tristón, pero Ciriaco le replica que “si pierdes una partida has ganado un amigo”. Estamos sentados en la escalera exterior del edificio donde se celebran los Campeonatos; poco después llega con su madre Fernando, de la Federación Aragonesa.
Fernando es de Zaragoza, había jugado la sexta ronda con Miguel Ángel.
Le comento a la madre de Fernando que hace años estuve en Zaragoza, pues allí tengo un amigo ya jubilado, que era periodista de Heraldo de Aragón, Juan Domínguez Lasierra, y que visité la Basílica de Nuestra Señora del Pilar.
En las escaleras están sentados Fernando, Miguel Ángel, Ciriaco Almeida y Rodrigo, de la Federación Madrileña de Ajedrez. Es un momento mágico ver reunidos en ese momento a esos tres niños con el profesor Almeida, y no puedo evitar hacer uso de mi cámara digital para dar testimonio de ello.
En el Hotel Salobreña repaso ejemplares atrasados del diario Ideal de Granada. Me llama la atención el titular de uno de ellos: “Motril estrena el barco más moderno de Europa para sus líneas de Nador y Alhucemas”.
El buque lleva por nombre “Villa de Teror”, del Grupo Armas Transmediterránea, y recaló el pasado 3 de julio en el puerto de Motril, procedente de Vigo, donde fue construido. Su nombre rinde homenaje a la villa mariana de Teror, donde se encuentra la basílica de Nuestra Señora del Pino, patrona de Gran Canaria.
Otro de los titulares del Ideal de Granada que me llama la atención es de fecha martes 9 de julio, y lleva por título “Un velero atrapado en Salobreña”.
Un velero lleva varado dos días en la arena de la playa Punta del Río, sin que su propietario logre sacarlo de ahí ante la mala mar.
El domingo 7 de julio estuve en la playa de La Guardia, almorzando en “Casa Manolo”, y desde allí pude observar el fuerte temporal de Poniente que azotaba las playas de Salobreña.
En “Casa Manolo” me regalaron un programa de las fiestas patronales de La Caleta-La Guardia, en honor a su patrona, la Virgen del Carmen.
Como todos los años por estas fechas se celebra una misa en honor a la patrona, y allí, en la puerta de entrada de la fábrica “Azucarera del Guadalfeo”, se congregan vecinos de La Caleta, y cientos de visitantes de la provincia de Granada. Después de la misa, la patrona se lleva en procesión por las estrechas calles de La Caleta hasta el embarcadero.
Desde Salobreña volvimos a Málaga este pasado 10 de julio, y embarcamos otra vez en el “Fortuny”, ahora rebautizado con el nombre “Ciudad Autónoma de Melilla”.
Partimos con calor sofocante a las tres del mediodía. En la mar solo soplaba una ligera brisa de Poniente.
Sobre las 8 de la tarde divisamos el Cabo de Tres Forcas y los farallones.
Me viene a la memoria que en estas aguas embarrancó el “Acorazado España”, debido a una densa niebla, allá a finales de agosto de 1923, según daban cuenta las páginas de El Telegrama del Rif.
El escritor aragonés Ramón J. Sender narra el suceso en su novela Cabrerizas Altas, publicada en Arizona en el año 1965.
Aunque Ramón J. Sender confunde el “Acorazado España” por el “Alfonso XIII”, tal vez los años del exilio le jugaran una mala pasada.
