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El rincón de Aranda

No han esperado ni a los 100 días de gobierno para introducir su “cuñita”

Ya había yo redactado una de mis perennes peticiones sobre la calle Napoleón, al flamante Presidente de la Ciudad, Sr. De Castro, y felicitarlo por su nombramiento, según el BOE, pero hete aquí, que leyendo la pág. 7 de este diario de hoy 12.07.2019, en la que la Vicepresidenta ha declarado que la continuidad del Día de Melilla (17 de septiembre), dependerá de lo que el Gobierno de la Ciudad decida a la hora de confeccionar el calendario de 2020, “…aunque este año se tiene que mantener porque aparece festivo local en el calendario laboral, y de cara al del año que viene, cuando se decida los festivos, se verán cuales se mantienen y cuales de modifican, concretándose qué actividades se harán en cada uno de ellos”. También que “hay cuestiones de ciudad como esto, en la que tiene que haber un acuerdo de los tres partidos (…), y siempre se deben tomar decisiones en base a un acuerdo programático que tenemos que fijar”.
Señor De Castro: Sé que, personalmente, no nos conocemos pero sí al menos, habrá leído algunos de mis humildes artículos que este periódico lleva publicándome desde hace 21 años; y quisiera recordarle que en septiembre de 2014, uno de los dirigentes que ahora está a su lado en el Gobierno decía que el 17 de Septiembre, no refleja más que un acto de conquista y una expresión de cruzada, algo que no conjugaba con la realidad de Melilla. ¿Usted lo creía así?. También discrepaba profundamente con los nostálgicos de esta ciudad que viven equivocadamente, y que un año sí y el otro también creen que hay que hacer una prueba de españolidad mirando 517 años atrás”. También le entristecía enormemente, (por lo visto le daba morriña al hombre), que tres autoridades ofrezcan una corona a Estopiñán; haciendo hincapié que el 17 de Septiembre, preguntando: A quién conquistó Estopiñán, qué sangre derramó, quiénes fueron los caídos, quiénes los damnificados y los héroes. Claro que contestar a todas estas preguntas de una tacada, necesitaríamos varias páginas.

Cuando llegue el momento, si es que no le han montado una moción de censura o aplicado el famoso art. 155 de la Constitución, que su partido desea para Cataluña, y vuelva a escuchar esas manifestaciones de sus compañeros de gobierno, con los zapatos cambiados por sus coaliciones con ellos (encaje de bolillos), y sin producirles ni una rozadura: ¿Qué les contestará, Sr. De Castro?. Yo les contestaría con una frase de un gran estadista, como fue Manuel Azaña, Presidente de la II República y más rojo que un tomate de freír: “La Patria es una libertad y una creación de hombres libres. Es una creación de hombres libres porque no abdican en ella su conciencia personal, al contrario les sirve de garantía, y solo en cuanto es tal garantía derraman su sangre para hacerla perdurar”. Aunque en la actualidad hay políticos que con gran ánimo y muchas alharacas, practican, el “campanario repicante de las 14 nutritivas cosechas anuales” (las pagas).

Igualmente yo les diría a estos insensibles, que la muerte de los Héroes, los que defendieron la españolidad de Melilla, suscita en muchos de nosotros emociones muy vivas, y a veces hasta con efusión de alguna virtual lágrima de pena, al escuchar esas falacias; son las lágrimas que nos sirven como agua bautismal española, conservándola en el vaso que la Patria dispone para que no se derramen sus esencias, que tanta sangre ha costado durante siglos, con la excelsitud del sacrificio de miles de soldados que se hallan descansando en La Purísima, como debajo de la Iglesia del Pueblo. Así que, por favor, si ellos no desean acudir a rendir homenaje a Estopiñán, ni al Levantamiento de “El Sitio” (1774-1775), pues que no vayan, porque la verdad, y créame que no hace ninguna falta su asistencia; pero eso sí, dígales que dejen de dar el coñazo “mareando la perdiz” cada año.

Y ahora si me lo permite, lea unos versos que tuve el atrevimiento de escribir, en el Destacamento de la Desinfección Vizcaya, cuando prestaba mi servicio militar en Melilla: “En el Cementerio de Melilla/ generaciones de héroes,/ en sus entrañas tiene./ Ellos sabían, que morían/ lejos de su Madre Peninsular./ Esa sangre seca y española/ es la bandera que alzo muy alto,/ para que todos la vean ondear siempre/ y sepan recordar/ que esos españoles muertos/ viven en mi memoria/ y no tirados en el olvido/ por algunos “compatriotas” que dicen ser/ hermanos nuestros”.
¡Ah!, ya se me olvidaba: como he manifestado otras veces, sepa que soy de izquierda, rojo para mayor señas, pero con un profundo amor a mi Patria y a la ciudad en que vine a la vida, Melilla. Y mucho cuidado con los cantos de sirena, Sr. De Castro, que suelen ser muy sibilinos.

Un saludo.

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