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La columna de Salido

Hundimiento de la izquierda “no pactante”

<<¿De qué sirve una izquierda que pierde incluso cuando gana?>>. La respuesta la debería tener clara el autor de la pregunta, el candidato socialista frust Rado, Pedro Sánchez. Es una izquierda inútil, incapaz de formar un gobierno, de interpretar la voluntad de la ciudadanía muy recientemente expresada en las urnas. Ahora, tras el fracaso, no se les ocurre mejor idea que pedirle al pueblo que se lo piense, que se anime, no se abstenga y confíe, otra vez en ellos.

Ayer podía haber sido un día grande. Parecía que iba a ser posible un Gobierno progresista en un momento en que, incluso teniendo en cuenta las carencias de una derecha convaleciente, resultaba conveniente para todos. Por fin llegaba el final de la transición, ya éramos maduros para tener un Gobierno de coalición de izquierdas, pero, no, no acaba de verse la luz de otra transición que suponga la modernidad definitiva, más homologable a las mejores tradiciones democráticas de nuestros vecinos. No parece viable un gobierno de esa naturaleza, quedan muchas incógnitas sobre el por qué, pero es constatable el estado de desánimo de mucha gente y también de desconfianza en la clase política.

Lamentable, todo muy lamentable, y veremos a ver si se repasan bien las asignaturas suspendidas, hincan bien los codos hasta llegado ese próximo septiembre y se saca adelante ese curso político, laboral, económico y social para satisfacción de unos votantes de izquierda y otros, para no tener que repetir y no volver a las urnas en noviembre. Se deben repasar los clásicos y asomarse a la europea donde la coalición es casi la norma. No solo se hunde la praxis de la izquierda, se abona a un lenguaje miserable que solo produce heridas y dinamita puentes.

Dice la derecha de Albert Rivera (qué pena de político y qué escasez de argumentos fiables) que los aliados posibles, reales o imaginarios de Pedro Sánchez, son una banda. No estoy de acuerdo con ese lenguaje chabacano pero, desde luego, a lo que se aproxima es a una murga disonante.

Estamos decepcionados, pero somos nosotros. Parafraseando a Augusto Monterroso: los enanos, la izquierda, tenemos un sexto sentido que nos permite reconocernos a simple vista.

Aunque han transcurrido unos 80 días desde las elecciones de abril, se ha dado la imagen de improvisación, de última hora y que surge más de la presión social y del posible castigo por el no acuerdo que de la preocupación por solucionar los problemas de la ciudadanía. Este proceso, lejos de transmitir ilusión por las políticas y las soluciones, solo transmite diferencias, desconfianza y ambiciones. En definitiva, no busco ni señalo culpables, de momento, pero aunque uno sea más culpable que otro, que cada cual saque sus conclusiones, añado que se lo tendrán que hacer mirar todos, líderes y partidos, y así, evitar otra visita a las urnas y perder otro domingo.

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