Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

In Memoriam

In Memoriam Dña. Pilar Coveñas Pérez

En la madrugada del miércoles 31 de julio al jueves 1 de agosto, en Madrid y rodeada de sus familiares, ha partido Pilar Coveñas, una buena amiga, a una edad demasiado temprana, tras algo más de dos años de lucha contra la enfermedad. Pilar, maestra (qué nombre tan bonito para una profesión tan vocacional), ejercía su profesión, su vocación, en nuestra Ciudad, en uno de nuestros centros escolares. Enamorada de Melilla y sus gentes, de sus calles, hablaba siempre de esta bendita tierra a la vez que se le encendían sus ojos, pues pasó aquí, entre nosotros una gran parte de su vida. Vino acompañando a su marido, Julio Salom, militar muy conocido, como ella, en esta plaza y que estuvo destinado, principalmente, en el Tercio “Gran Capitán” 1º de la Legión y en el Cuartel General de la Comandancia General de Melilla, donde les tienen gran aprecio a ambos, como en el resto de unidades de la plaza; como en el resto de la plaza…
Los avatares de la vida militar, muy a menudo, fuerzan la movilidad de los Soldados de España, como fue el caso de Julio, por lo que en estos momentos está destinado en Madrid, en un puesto de gran responsabilidad, lo que no le ha impedido sobrellevar sus obligaciones militares (con una enorme demanda profesional) a la vez que su papel de padre y esposo, como sólo él lo sabe hacer, sacando tiempo de donde no lo hay, bueno, sí, de su descanso y asueto, del que no disfruta desde hace ya demasiados años, pues se vuelca en todo lo que hace, como con Pilar, como con sus amigos, que se cuentan por millares, como los de Pilar y que ahora sienten, sentimos, un vacío sincero que sólo llenaremos con sus recuerdos.

Ya no nos volveremos a sentar en esa terracita del Paseo Marítimo que tanto te gustaba, a cenar y recordar esas anécdotas, a veces repetidas, pero que nos sacaban siempre unas cuantas carcajadas; ya no hablaremos de Julito o de Carmen, que los tenías (y los tienes, ahora, desde el cielo) en las pupilas de tus ojos, como a Julio, a tus padres…o sí, pues cuando hablemos con ellos, que lo haremos, estaremos hablando contigo.

Ellos están absolutamente desconsolados, como nosotros, en estos momentos, pero la perspectiva que da el tiempo y la ingente cantidad de amigos que les están acompañando, desde la distancia, o desde la cercanía, en tu velatorio en Madrid y posterior entierro, en tu tierra natal, Ubrique, les dará el consuelo de saber que tu vida ha sido plena, completa y que ha dejado “marcas” por dónde has pasado, en forma de amigos y vivencias.

Te vamos a echar de menos, sí, no sabes cuánto…pero sabemos que tienes un sitio reservado, ahí arriba, muy arriba, entre las personas buenas, como tú. Reservado como el que tendrás, a buen seguro, el próximo año, en un acotado de preferencia, cuando a tu hijo Julio (siempre será para nosotros Julito) le entreguen su despacho de Teniente en la Academia General Militar en Zaragoza y que a buen seguro hará brotar alguna que otra lágrima furtiva por las mejillas de todos vosotros, de todos nosotros y es que hay cosas y personas por las que merece la pena llorar, que suelen ser las mismas cosas y personas por las que merece la pena sonreír.

Cuídate mucho ahí arriba y sigue tan guapa, presumida y coqueta, con esa clase y elegancia que siempre has tenido; no te pido que nos cuides a nosotros, porque eso sé que lo vas a hacer, especialmente a Julio, Julito y Carmen o a tu madre y tus otros seres más allegados, ahora que vuelves a reunirte con tu padre, unos años después de su partida. Tendrás ayuda en casa, pues has podido ver como Carmen ha terminado su carrera de medicina y ya está preparada para derrochar empatía y cariño hacia quienes cuide, como ha hecho contigo.

Nos vemos, más pronto o más tarde, si Dios quiere, en esa otra “terracita” que es el Cielo. Hasta luego; hasta siempre, Pilar. Descansa en paz.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€