Algunos ya se toman con humor todo este culebrón y así, en estos últimos días, han circulado videos y memes como éste
Ya es oficial. El próximo 12 de agosto será la pascua grande musulmana, el Aid El Kebir, después de que la Comisión Islámica de Melilla haya emitido un comunicado en el que informa que “el Comisionado Regional de Asuntos Islámicos y el Consejo Científico de la Provincia de Nador, en coordinación con la Comisión Islámica de Melilla, ponen en conocimiento que la oración del Eid El Adha Al Mubarak para el año 1440 AH (12 de agosto 2019) será a las 09:00 Am, en la Mussal-La de Melilla en Cabrerizas a cargo de Khatib D. Mohamed Bachaou y como Suplente: D. Mohamed-El Mahrawi”.
Ese decir cuando quedan menos de diez, una gran mayoría de musulmanes melillenses viven con la incertidumbre de si finalmente este año habrá borrego de Marruecos con el cambio de Gobierno de la Nación (ahora en manos del PSOE) y también con el cambio que se ha producido en el Ejecutivo de la ciudad (CPM, PSOE y Cs) o se mantendrá la prohibición de los tres últimos años por los casos de fiebre aftosa detectados en países del Magreb.
En el Gobierno de la Ciudad, en esta cuestión, conviven dos almas: una la que representan PSOE y Cs, que no dudan en señalar que la familia melillense que quiere sacrificar un cordero en la ciudad en la pascua grande tendrá que ser peninsular, y la que encarna CPM, que quiere llevar ante los tribunales de Justicia esta prohibición e incluso amenaza con salir del Gobierno de la Ciudad, aunque todos eran conscientes que solo era una pose y que el criterio de las autoridades sanitarias sería el que se impondría.
Mientras tanto, a toda esta incertidumbre, se le suma la llegada de borregos muertos desde la Península, más de 60 en estos días, lo que eleva la inquietud entre quienes se disponen a comprar un cordero penínsular para la fiesta.
Algunos ya se toman con humor todo este culebrón y así, en estos últimos días, se han hecho circular videos y memes ironizando sobre lo ocurrido este año con el borrego. Reír para no llorar.
