Ilustrísimo Presidente Sánchez,
Es de agradecer que el motivo del veinte aniversario de la entronización del rey de Marruecos, Su Majestad Mohamed VI, le brindo la oportunidad de expresar abiertamente su bienvenida opinión sobre la importancia que tiene el vecino país del sur en las estrechas relaciones con España y con la Unión Europea. Efectivamente, como era de esperar, Ud. ha destacado lo más positivo en las excelentes relaciones comerciales, la profunda colaboración en la lucha antiterrorista y sobre todo, el preocupante tema del control de los flujos migratorios…
Pero, desafortunadamente, ha omitido voluntariamente aludir al tema de los derechos humanos, y más concretamente, la represión del “movimiento popular del Rif” y el encarcelamiento injusto de los jóvenes rifeños. Déjame recordarle, Señor Presidente, que ni siquiera se atrevió a responder a la pregunta formulada sobre este espinoso asunto abiertamente en el seno del Congreso de los Diputados por parte de nuestro gran amigo el diputado Joan Tarda, el pasado 17 de julio de 2018 (ni tampoco admitió el uso de armas químicas en la Guerra del Rif (1921-1927) que le vamos a replantear cuando consiga constituir su anhelado gobierno …
Quiero llamar su atención en lo que concierne a nuestras dos monarquías del Mediterráneo occidental, es plantear esta pertinente pregunta de: ¿cómo la transición democrática en el estado español se hizo en un par de años, después de la muerte del caudillo Francisco Franco, y la de Marruecos, sin embargo, aún no se ha logrado, 20 años después del difunto dictador Hassan II?
Es de admirar que el propio rey marroquí reconoce abiertamente, en su recién discurso del trono, de que el modelo de desarrollo económico, seguido por sus respectivos gobiernos, no dio sus frutos esperados en acabar con las preocupantes desigualdades sociales, a pesar de que Marruecos consiguió realizar grandes obras de infraestructuras. Por supuesto que no podrá haber ningún desarrollo económico ni reparto de riquezas nacionales que beneficia a las capas sociales desfavorecidas si no se acompaña de un auténtico sistema democrático, que suplanta de una vez para siempre, al sistema tradicional “majzeniano” de una monarquía absolutista o ejecutiva donde el ministerio del Interior se acapara de todas las prerrogativas de los ministerios de economía y de finanzas!
Por ejemplo, Ud. subraya de que “los marroquíes constituyen la primera colonia de ciudadanos extranjeros residentes en España, con casi un millón de personas, si se computan las dobles nacionalidades”, sin embargo ignora que las remesas de divisas de estos últimos supera tres veces al PIB del turismo, y diez veces las partidas del acuerdo de pesca entre UE-Marruecos. Y lo sorprende es que la gran mayoría de dichos residentes son originarios de la región del Gran Rif. ¡Por lo que si se hubieran invertido dichas colosales transferencias de fondos en esta necesitada región norteña del antiguo protectorado, los jóvenes rifeños no hubieran encontrado tantos motivos en salir en dichas masivas manifestaciones del Hirak popular, y por consiguiente, no hubieran contribuido a inflar tantos flujos migratorios!
El problema de fondo de Marruecos es la desigualdad territorial. En vez de seguir unos modelos de regionalización o autonómicos como los que se rigen en España, en Bélgica o en Italia, se ha impuesto a la clase político el modelo francés, más jacobino, a favor de una regionalización administrativa más rígida, más burocrática y más controlada por los walis del ministerio del Interior. Un modelo totalmente en contradicción del que Marruecos ha propuesto a las Naciones Unidas de cara a reglar el conflicto en la región del Sahara. ¡Porque no es normal que solo 4 regiones, de la ribera atlántica, sobre 12 acaparen el 60% del total del PIB, dejando 40% a repartirse para las demás 8 regiones periféricas habitadas por poblaciones amazigho-parlantes!
Ilustrísimo Presidente Sánchez,
De todas maneras, el reino de Marruecos nunca llevara a buen término su transición democrática mientras sigue discriminando a una gran parte de su población, a sus ciudadanas y ciudadanos indígenas, a saber los Amazighs, como ha quedado obvio en el reciente informe del Relator Especial sobre las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia de las Naciones Unidas.
Ilustrísimo Presidente Sánchez,
Nunca es tarde intentar enviar una misiva al monarca Mohamed VI para solicitarle la liberación inmediata de todos los activistas del Rif como una señal de buena voluntad, por una parte. Y por otra parte, tener la valentía de aconsejar a las autoridades marroquíes de responder positivamente a las últimas recomendaciones de la ONU.
En definitiva, sepa que la ONU está convencida de que se puede lograr un progreso considerable si Marruecos admite la existencia de discriminación racial en contra de los Amazighs y tome en serio las recomendaciones que emanan de los mecanismos de derechos humanos de la ONU.
Solicitar estas recomendaciones al jefe de estado y al gobierno del reino alauí no constituye, en absoluto, en ningún acto de injerencia en los asuntos internos del vecino país, sino solo comprometerse con el espíritu del tratado bilateral de amistad hispano-marroquí.
Cordialmente.
D. Rachid Raha Mimoun,
Presidente de la Asamblea Mundial Amazighe (AMA)
