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Carta del Editor

Ruptura de pactos, historia de traiciones, recuerdos del pasado

Escribe Pedro de Lorenzo en su “Libro del político” sobre acontecimientos de principios/mediados de los años veinte del pasado siglo y destaca el “fin de la guerra de Melilla”, una guerra que comenzó en 1909, cuando Melilla tenía unos 12.000 habitantes, y que culminó con el establecimiento del Protectorado en 1912. Melilla tiene una larga historia, de la que somos herederos y de la que MELILLA HOY ha sido parte importante durante los últimos treinta y cuatro años.

Curiosidades de la historia. Curioso el recordatorio que publicamos el pasado lunes, 19 de agosto, de lo que había ocurrido 20 años antes, en nuestra habitual sección “MELILLA HOY. Hace 20 años”: Mustafa Aberchán -por entonces presidente de Melilla- confirmaba su intención de romper su pacto de Gobierno con el partido lide¬rado por Jesús Gil, porque consideraba «absurdo» mantener al pueblo de Melilla «en un enfrenta¬miento con el Estado durante cuatro años». Escribe Pedro de Lorenzo en su “Libro del político” sobre acontecimientos de principios/mediados de los años veinte del pasado siglo y destaca el “fin de la guerra de Melilla”, una guerra que comenzó en 1909, cuando Melilla tenía unos 12.000 habitantes, y que culminó con el establecimiento del Protectorado en 1912. Melilla tiene una larga historia, de la que somos herederos y de la que MELILLA HOY ha sido parte importante durante los últimos treinta y cuatro años.

Curiosidades de la historia. Curioso el recordatorio que publicamos el pasado lunes, 19 de agosto, de lo que había ocurrido 20 años antes, en nuestra habitual sección “MELILLA HOY. Hace 20 años”: Mustafa Aberchán -por entonces presidente de Melilla- confirmaba su intención de romper su pacto de Gobierno con el partido lide¬rado por Jesús Gil, porque consideraba «absurdo» mantener al pueblo de Melilla «en un enfrenta¬miento con el Estado durante cuatro años». Tras conocerse esta decisión, PP y PSOE mostraron su disposición a buscar fórmulas de colaboración con el partido de Aberchán si este hacia efectiva su ruptura con el GIL. Entre tanto, el partido que lideraba Jesús Gil afirmaba que, de confirmarse la ruptura, buscaría «otras fórmulas para gober¬nar». El presidente de la formación, Jesús Gil, afir¬maba que la decisión de Aberchan era «la historia de una traición».

Comentario inevitable sobre lo que ocurrió en nuestra ciudad hace 20 años: la historia se repite o ¿durante cuánto tiempo se puede mantener el actual Gobierno “absurdo” melillense, definición entonces de Aberchán, perfectamente aplicable al presente local. ¿Volverá a mover ficha Mustafa Hamed Moh -que fue presidente de la CAM desde julio de 1999 hasta julio de 2000, vía diferentes pactos de gobiernos, con tránsfugas incluidos- cuando se sepa el resultado de la apelación por su grave condena y cuando se dé cuenta el Gobierno nacional de turno de que el Gobierno local está sustentado en y presidido por un verdadero tránsfuga sin partido y sin apoyo popular, como es el caso?
Leo un paradigma: la Política a la manera de una vida en sus tres etapas naturales, o el arte de llegar, de prevalecer y de retirarse, en correspondencia de las tres edades del hombre, juventud, madurez y vejez. Y, de fondo, el intento de convertir la vida, y la política, en un arte de vivir (Arte de Vivir es nuestra revista, editada en Madrid) atendiendo a lo que escribió Jorge Manrique en sus extraordinarias “Coplas” a la muerte de su padre: “y cumple tener buen tino/para andar esta jornada/ sin errar”. No es precisamente buen tino lo que predomina ahora en la política melillense, aun suponiendo la buena intención y la ausencia de gafes, que ya es mucho suponer.

Sobre el Día de Melilla, el ya próximo 17 de septiembre, vuelve a haber controversia. Ese día del año 1497 el jerezano Pedro de Estopiñán, al frente de 5.000 infantes y 250 jinetes, desembarcó en el norte de África -donde se había refugiado parte de la población musulmana que abandonó la Península española tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos en 1492- cercó a Melilla y la conquistó. Desde entonces Melilla es española y este hecho -el de ser española- se convirtió en el principal signo de identidad de nuestra ciudad.

No hay partido político en Melilla, y ha habido y hay muchos, algunos muy raros, que ose decir o defender que Melilla no sea española, o que deba ser marroquí. Pero Coalición por Melilla (CpM), un partido formado y dirigido por musulmanes, siempre se ha manifestado en contra de que el Día de Melilla sea el 17 de septiembre, el día en el que Melilla, hace ya 522 años, empezó a ser española.

CpM no asiste a los actos públicos del 17 de septiembre y este año, a través de Dunia Almansouri, ya han confirmado que tampoco asistirán al acto y que van a intentar cambiar la fecha del Día de Melilla por otra más cercana, cuando se aprobó el Estatuto de Ciudad Autónoma para nuestra ciudad y para Ceuta, lo que no deja de ser un subterfugio para intentar justificar la continuidad de un error cometido hace tiempo y del que CpM, ahora en tareas de gobierno, no sabe cómo salir, justificaciones más o menos estrafalarias aparte.
“Errar es humano, rectificar es de sabios”, es un famoso aforismo del poeta británico Alexander Pope. Reconocer los errores dignifica a las personas. Algunos dirigentes de CpM deberían tenerlo en cuenta.

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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