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Carta del Editor

La voluntad de vencer y el proyecto común

Nació la semana pasada con un impacto emocional nacional no visto desde hace muchos años, el provocado por la victoria de la selección española de baloncesto -nutrida de jugadores procedentes de todas las partes que componen España- en el campeonato mundial.

El baloncesto, que fue mi pasión durante mis años jóvenes, no es el deporte más popular de nuestro país, liderado por el fútbol, pero sí es importante, apoyado en que ha dado muchos éxitos, pero ninguno, que yo recuerde, tan enormemente celebrado como este título mundial. Quizás, y además de la enormidad de la hazaña deportiva, porque España necesitaba algo así, este proyecto común que ha conducido, por encima de todos los demás factores y en contra de todos los pronósticos, al éxito nacionalmente tan celebrado. Nació la semana pasada con un impacto emocional nacional no visto desde hace muchos años, el provocado por la victoria de la selección española de baloncesto -nutrida de jugadores procedentes de todas las partes que componen España- en el campeonato mundial.

El baloncesto, que fue mi pasión durante mis años jóvenes, no es el deporte más popular de nuestro país, liderado por el fútbol, pero sí es importante, apoyado en que ha dado muchos éxitos, pero ninguno, que yo recuerde, tan enormemente celebrado como este título mundial. Quizás, y además de la enormidad de la hazaña deportiva, porque España necesitaba algo así, este proyecto común que ha conducido, por encima de todos los demás factores y en contra de todos los pronósticos, al éxito nacionalmente tan celebrado.

Algunas reacciones: La Razón: “Los mejores valores que deben guiarnos en el trabajo colectivo, los de una España que da lo mejor de sí misma cuando existe un objetivo común”, algo que contrasta con la situación política nacional y local, melillense. ABC, en un artículo de José María Carrascal: “El arma secreta de este equipo, la voluntad de vencer…algo tan hermoso que cuesta creerlo en las circunstancias actuales”. El Mundo: “El oro de la fe. Una gesta contra toda lógica. Lecciones para todo un país”. Marca: “una hazaña colosal”. Expansión: “Retorno económico altamente positivo de la inversión” de los principales patrocinadores de la selección que han generado más de 4€ por euro invertido.
“Todo pasa y todo queda/pero lo nuestro es pasar/pasar haciendo caminos”, escribió Antonio Machado, uno de los grandes poetas y prosistas de la doliente generación del 98. Lo del equipo español de baloncesto pasó, como todo, pero siempre quedará su ejemplo y su logro.

Por contraste, ha pasado una semana más y sigue este Gobierno infame, destructivo, absolutamente inoperante de Castro/Liarte, aunque Juan José Imbroda lanzó el 17 de Septiembre, Día de Melilla empobrecido por un discurso lamentable de De Castro, un órdago contra la pareja gobernante formada por un ignorante altivo y un gafe chulesco, y certificó (Imbroda) su renuncia a intentar volver a la presidencia de la Ciudad, para facilitar el imprescindible cambio de Gobierno local.

Gloria Rojas -que hace honor constante a su apellido y a la que parece gustarle su condición de palmera- ya se ha pronunciado en contra de acordar algo con el PP, a pesar de lo que dice su adorado jefe Sánchez, que ha conseguido su objetivo de ir a nuevas elecciones (las cuartas en cinco años) tras pedir al PP que le dejara gobernar. Pero la responsabilidad de terminar con esta insoportable situación política local recae, sobre todo, en CpM. Si quieren dejar de ser palmeros -los que dan palmas-, salvar a Melilla y salvarse ellos mismos, no deben perder más tiempo en más indefiniciones ni más menudencias personalistas. Ya está bien, ya no se puede esperar más, porque el tiempo solo contribuirá a empeorar todo y a seguir produciendo daños irreparables a toda Melilla, incluyendo a la propia CpM, por supuesto.

Sobre la situación política española decía hace unos días Ussía en La Razón: “Zapatero, Sánchez e Iglesias no tienen otro objetivo, desde su adolescencia -siguen siendo adolescentes, a pesar de sus edades- que entregar a España a los soñadores de su destrucción”. Debemos impedir nosotros, aquí, que los eternos adolescentes (porque no aprenden), odiadores y destructores de Melilla, los Castro/Liarte de turno, consigan su objetivo.
“Cuando notéis que el comercio se efectúa no por consentimiento de sus partes sino por obligación; cuando veáis que, con el fin de producir, necesitáis permiso de quienes no producen nada; cuando observéis que el dinero fluye hacia quienes trafican no en productos, sino en favores; cuando os deis cuenta de que muchos se hacen ricos por el soborno, por la presión, más que por el trabajo, y que las leyes no os protegen contra ellos, sino que, al contrario, son ellos los protegidos contra vosotros; cuando observéis cómo la corrupción (la inoperancia y el odio son también corrupción) es recompensada y la honradez se convierte en sacrificio, podéis asegurar, sin temor a equivocaros, que vuestra sociedad está condenada.” (Pasaje de La rebelión de Atlas, de Ayn Rand, muy aplicable a la situación actual de Melilla).

Cuando veáis que se intenta terminar con los medios de comunicación privados, que no se respeta ni la libertad empresarial ni la libertad de prensa -pilar fundamental de la democracia- hay que asegurar que Melilla está condenada. Eso es lo que está pasando. Eso es lo que hay que evitar, con urgencia extrema.

Corolario
Agradecemos profundamente la acogida que ha tenido y las felicitaciones que hemos recibido de tantos melillenses por la nueva presentación del MELILLA HOY, que nació el 19 de septiembre -día de mi cumpleaños, eso fue mi más valioso regalo- totalmente impreso en digital y con más páginas en color, que pueden llegar a ser todas las del periódico. Son este cambio y esta inversión una muestra más de nuestro eterno compromiso con nuestra ciudad. Se ha logrado esto a base de superar boicoteos, a base de sangre, sudor y lágrimas de todos los que hacemos el periódico, con la voluntad de vencer y de ser libres como lema.

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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