El técnico de la Peña Barcelonista, Kemel Azouaghe, la verdad es que no encontraba, al término del partido disputado el pasado sábado en Córdoba, ninguna explicación a lo sucedido sobre el terreno de juego.
Es más, a su juicio “el rival no era mejor que mi equipo, creo que se trataba de una buena oportunidad para haber seguido sumando”. Sin embargo, los errores defensivos acabaron condenando a un conjunto el azulgrana que había comenzado adelantándose en el marcador cuando apenas el electrónico indicaba el minuto 10 por mediación de Zacarías. Es cierto, y que sin sirva de excusa, que el gol del empate llegó muy pronto y mediante la transformación de una pena máxima muy dudosa.
A partir de ahí, los melillenses desaparecieron del choque, sin demasiada concentración y cometiendo incomprensibles fallos en defensa. De este modo, al descanso ya vencían los cordobeses por 4-1 y, por tanto, la segunda parte sobró, convirtiéndose en un auténtico suplicio para los barcelonistas, que acabarían perdiendo por un contundente 7-1.
Ahora, los de Kemel Azouaghe deben hacer borrón y cuenta nueva y pensar en el siguiente compromiso, el que les medirá el próximo sábado (16’00 horas) al Granada C.F.