Un ciudadano se puso en contacto con este Diario para poner una denuncia en la sección Los Melillenses Nos Dicen sobre la suciedad en la calle García Cabrelles, justo al lado del Mercado Central, ya que todos los aledaños están hechos “un desastre”, sobre todo en la puerta trasera de la mezquita del Rastro, donde el acceso de vehículos porque “siempre está llena de cajas y es el urinario público de todas las personas que vienen o que salen del barrio”.
También, indicó que los soportales que dan a esa calle están “llenos de necesidades, y de cartones que están atados a las columnas que hay”. Lo que más le sorprende a este melillense que todo ocurre cuando hay muy cerca una oficia de Policía, donde se encuentra un agente “permanente” y está a cuatro metros de esas columnas.
Señaló que, en toda esa zona, la limpieza “deja mucho que desear porque hay una dejación absoluta”. Este ciudadano no sabe a quién corresponde esa limpieza, “dirán que, al Mercado Central, otros dirán que la Ciudad Autónoma, pero no se limpia nada”.
Quiere hacer especial hincapié en el lateral de la puerta del Mercado Central donde entran los vehículos porque se ha convertido en un “urinario público”, lleno de cajas, con un “olor impresionante” porque “ocurre el mal de los guarros, que, en vez de limpiar, lo que hacen es baldear”.
Aseguró que pasa todos los días por esa zona y no se limpia a diario, puesto que, todos los días ve la misma basura, botellas, cartones, etc. “Se ven muchos camiones haciendo propaganda y lo que se ve es Melilla más sucia, menos pasar camiones y más limpiar”.
En cuanto a los contenedores soterrados, dijo que tienen que ir con guantes porque “nos quedamos pegados de la suciedad”. Desde por la mañana hasta por la noche afirma que pasa gente y que no se limpia ni cada cuatro ni cinco días.
Este melillense expresó que es “una pena” por la imagen que puede dar la Ciudad sobre todo porque en la ruta de los templos aparecen turistas en la parte de la mezquita y “la impresión que se llevan es que está todo lleno de suciedad”.
Otra de las quejas es que en los contenedores de diferentes colores para reciclar hay una demanda “muy grande” que dejan la basura en el exterior porque no coge nada dentro, “lo que hace es desmotivar a la gente porque ven que no se recoge”.
“Deberían de colocar más contenedores, o ver dónde hay comercios, para lógicamente propiciar una recogida de basura con una periodicidad más corta”, concluyó.
