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Constantino Domínguez Sánchez. El gran amante de Melilla y su historia

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En la misma fecha en la que se conmemora el fallecimiento de dos grandes genios de la literatura mundial, Miguel de Cervantes y William Shakespeare, un 23 de abril de 1979 moría en nuestra ciudad Constantino Domínguez Sánchez. Nació en Tetuán en 1932, era hijo de Constantino Domínguez Moure y de María Sánchez Plaza; el primero originario de Figueiredo (Orense) y la segunda de Motril (Granada).
El deporte y la historia fueron sus dos grandes pasiones. En atletismo llegó a proclamarse Campeón de Marruecos en la categoría de 1.500 m., pero unas fiebres reumáticas le obligaron a no poder seguir practicándolo, lo que no impidió que continuase ligado hasta el punto de ser Presidente de la Federación Hispano-Marroquí de Atletismo; de este equipo fue miembro Miguel de la Cuadra Salcedo.

En Madrid estudió bachillerato en el Colegio del Pilar y posteriormente obtuvo los títulos de Profesor Mercantil y Gestor Administrativo. Con apenas 21 años ingresa en el Ministerio de Hacienda, en 1953. El 6 de marzo de 1958 unía su vida a la de una gran mujer, Mª de los Desamparados Llosá Rojas, nuestra querida “Pigüa”. A partir de 1959 comenzaría a aumentar la familia con la llegada de Ricardo, Santiago, Fernando, Mª Clara y Rocío.

En 1960 y por petición propia es destinado a Melilla; tres años más tarde fue nombrado jefe de la Sección de Patrimonio del Estado en Melilla. Pronto, muy pronto se sintió fascinado por la ciudad y por su historia y fruto de esta fascinación y de muchas horas de trabajo y de investigación fueron sus artículos periodísticos, anteriormente mencionados. El 14 de julio de 1975 Constantino fue nombrado vocal de la Comisión Provincial de Información, Turismo y Educación; tuvo también un destacado papel en la fundación del Centro de Iniciativas Turísticas de Melilla del que llegó a ser Secretario.

A finales de 1978 el Ayuntamiento de Melilla, siendo alcalde Luis Cobreros Acero, le encargaba la confección de una Guía Turística que sería publicada por la Editorial Everest en febrero de 1979. Hubo una segunda edición al año siguiente. Constantino fue el autor tanto de los textos como de las fotografías que la ilustraban. La inmensa alegría por la publicación de esta obra duró poco ya que dos meses después a los 47 años, el 23 de abril de 1979 fallecía Constantino Domínguez Sánchez. Una gran pérdida para su familia, sus amigos y para todos los melillenses. Pero su buen hacer y su gran cariño por esta ciudad no pasó desapercibido y en el Pleno del Ayuntamiento de fecha 11 de mayo del citado año, pocos días después de producirse su defunción era nombrado “Hijo Adoptivo de Melilla”.
“Por Secretaría se procede a dar lectura a otra Moción de la Alcaldía proponiendo el nombramiento de Hijo Adoptivo de Melilla a favor de D. Constantino Domínguez Sánchez, fallecido el 23 de abril ppdo, quien afincado en Melilla había sabido no solo granjearse el afecto de los melillenses por sus condiciones humanas y su labor social en diversos medios, sino que también ha realizado una eficacísima y entusiasta labor histórica en relación con la Ciudad, realizando amplios estudios en archivos y bibliotecas nacionales y locales y publicando numerosos artículos y crónicas que han revitalizado el entusiasmo de los melillenses por su historia local. Que todo ello merece el reconocimiento de la ciudad y su Ayuntamiento y de ahí su propuesta…”
En 2003, concretamente con fecha 30 de diciembre, el Pleno de la Asamblea y a propuesta de la Asociación de Estudios Melillenses, acordó dar su nombre a unas de las calles de la urbanización “La Quinta”, cercana a la carretera de Farhana. Cuando en 2009 publicamos el libro Nombres para la historia militar de España quisimos rendir homenaje a Constantino Domínguez Sánchez, quién siempre había mostrado un gran interés por dar a conocer la labor realizada por el Ejército en Melilla y sobre todo por homenajear a todos estos “Héroes”.

De él hemos recibido dos grandes regalos: su maravillosa familia y su obra literaria. Ya en 1974 corrió el rumor por la ciudad que tenía intención de reunir en una publicación sus Melillerías, circunstancia que ocurriría, como hemos visto, varios años después, en 1993. En El Telegrama de Melilla, de 19 de diciembre de 1974 “A.” firmaba la siguiente nota:
“Flash de la Ciudad
Melillerías
Han llegado a mis oídos rumores de que nuestro buen amigo y colaborador Constantino Domínguez Sánchez, piensa reunir en un tomo, para ser posteriormente editado, todo cuanto ha escrito sobre Melilla, es decir, todo aquello que ha sido publicado bajo el epígrafe, de sobre conocido por todos nuestros lectores de Melillerías.

La idea me parece extraordinaria. Verdaderamente desde un tiempo a esta parte son muy coas, pueden contarse con los dedos de una mano, las personas que se están ocupando de la historia de nuestra ciudad. Creo que aún no se ha escrito todo sobre ellas. Falta sacar a la luz hechos como el de las “caponas” y otros que en su época, y muchos años más tarde, se hicieron archipopulares.

Creo que Constantino Domínguez ha escrito ya lo suficiente para hacer con ello un buen libro sobre Melilla. Confiemos en que pronto podamos tenerlo en nuestras manos. Hará mucho bien a la historia un tanto olvidada de la ciudad.”
Y ciertamente no le faltaba razón a quién escribió estas líneas, prueba de ello es el éxito obtenido por la obra. Sus recorridos históricos por barrios y calles; los esbozos biográficos de algunos personajes y sobre todo lo que él denominó “La impronta del Ejército en la vida de Melilla”. Sorprenden algunas de sus reflexiones porque pasados más de treinta años, parecen estas escritas en este mismo instante de nuestro devenir diario:
“Melilla es una ciudad que muy difícilmente puede compararse con cualquier otra ciudad de nuestra querida España por muy diversas circunstancias. No es ahora momento para empezar a hablar de ese tópico, tan traído y llevado, de la singularidad de Melilla. Nuestra ciudad sufre silenciosamente la privación de muchas cosas. Melilla es un alto ejemplo de patriotismo ciudadano.” También su singular manera de implicar a todos en un proyecto común de ciudad, lo hacía en 1977 pero plenamente vigente a fecha de hoy:
“Todos los problemas que pueda tener nuestra ciudad, todo cuanto se refiera a Melilla, a sus condicionamientos, ha de tener para nosotros gran interés; un entrañable amor a Melilla como parte integrante, inseparable e inalienable de nuestra España, ha de presidir cualquier actuación, sea del tipo que sea, dejando a un lado intereses partidistas e incluso apetencias personales de la clase que sea. Todos los que aquí vivimos, hayamos o no nacido en Melilla, somos responsables de nuestros actos, pues todos, sin excepción, formamos parte integrante y activa de España, y todos somos obreros de una misma obra y por ello hemos de trabajar para resolver los complejos problemas de nuestra Melilla.”
La primera de las Melillerías aparecía publicada en el Sol de España de Málaga en 1969, la tituló “Melilla, nuestra perla desconocida”, Tristemente continúa siéndolo en su esencia ya que cuando el nombre de esta ciudad salta a los medios de comunicación es por motivos, en la mayoría de las ocasiones, nada agradables para sus habitantes.

Quisiera finalizar con las mismas palabras de agradecimiento que le dedicamos en la obra citada, Nombres para la historia militar de España, Eduardo Sar Quintas y yo: “Su interés y tesón le hicieron merecedor del título de “Hijo Adoptivo de Melilla” en 1979; fue condecorado también con la cruz de la Orden del mérito militar con distintivo blanco de 3ª clase en 1972
Por eso quisiéramos hacer nuestras unas palabras suyas, que sintetizan todo lo que a continuación exponemos:
“Otra cosa que guarda Melilla celosamente es una pléyade de héroes que dieron su vida por España en estas queridas tierras…”
“Al intentar escribir algo sobre ellos mi mano tiembla y mi espíritu se eleva y sobrecoge ante los actos de valor que motivaron el recibir este galardón”.

Hoy, Constantino, ya formas parte de esa pléyade de héroes, ellos defendieron Melilla con las armas, y Tú, con el buen hacer de tu pluma”.

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