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La amenaza invisible

Cuando la AEMA (Agencia Europea del Medio Ambiente) emplea las palabras amenaza e invisible en la misma frase, los receptores de tal definición tenemos la obligación de agudizar el ingenio y preguntarnos, sin temor a la respuesta, de forma franca y valiente, porque un organismo de tan alto calado internacional, en materia de salud pública europea, pues es el máximo responsable europeo en términos medioambientales, llama a un elemento supuestamente “invisible”, amenaza.
El “elemento” sobre el que esta institución escribe tan profusamente una serie de daños colaterales no es otro que el del residuo que desecha cualquier consumidor ávido de combustible fósil, pues es durante ese proceso, llamado combustión interna, cuando esos motores inertes, exhalan inevitablemente y de forma indivisible, una serie de elementos de gran importancia, hablamos de salud, de salud pública, esa que no valoramos cuando la tenemos y que tanto nos resta cuando no.
Algunos científicos, médicos o entidades sociales nos atrevemos a señalar a estas macropartículas, como las responsables de tan alto precio a pagar, no en vano cualquier crítica dirigida a algunos de los cimientos mismos de los gigantes del petróleo, del monstruo automovilístico o del dichoso lobbie de la energía y del transporte, atenta contra la misma forma de vida, esa que nos han impuesto unos privilegiados, a los que poco o nada le importas tú o los tuyos, su salud o la ausencia de ella, esa forma actual de negocio visceral en la que la ausencia de vida no importa, en la que perpetuarla no les cuesta nada, aún a tan alto precio, pues “solo” es salud y la pagamos todos.
En un enfrentamiento directo contra los intereses de salud pública más básicos, vamos mermando como individuo, como sociedad, en la medida de lo posible y a veces lo imposible, quiero así, aquí y ahora, restar al escenario irreal mostrado, a los adornos que no deseamos, pues cuando el coche es publicitado, no muestran su carácter global, sino solo lo que has de desear, no te dará datos de las partículas que emitirá en su primer año, ni en todos los demás, solo parece importar la cantidad de CO2 que decida exhalar, ningún NOx partirá de su tubo de escape, ni SO2, ni alquitrán, ni aceites consumirá, ni líquidos de freno o grasas compartirá. No te preocupes parece decir, ese anuncio idílico de belleza sin par, donde todo irá sobre ruedas en este mundo gris, donde respirar aire limpio no te importará, ni a tus hijos, ni a nadie más, siempre que puedas en tu precioso coche, un “magnífico rule dar”.
Las partículas P.M. 2.5 (la amenaza invisible) son el enemigo de toda vida, al invadir cualquier espacio aéreo, al infectar el aire que inhalamos, al convertirlo en algo ajeno a nuestra naturaleza, en algo tóxico, insalubre, en un medio al que debemos adaptarnos como si fuera posible, no en vano esta amenaza es tal, es autentica y plantea una demoledora realidad, sino me sería imposible hablar de más de 20.000 muertos en nuestro país, más de 600.000 en Europa o millones a nivel global.
Quisiera dar un método infalible, un truco de chistera, pero ni yo soy mago, ni esto es “puro cuento”, la realidad sobre la que me atrevo a escribir nos condena irremediablemente a una “medio vida”, nos roba una vida entera, nos arrebata a nuestros mayores al enfermarlos de mil maneras, a nuestros menores de otras tantas, enfermedades como ictus, alzheimer, epoc, diabetes, además del renombrado cáncer y otras de me nos calado mediático, que no ausentes de sufrimiento humano. Perjudican en demasía toda salud, que es la nuestra, hablo de sufrimiento familiar, de padecimiento individual o colectivo, de gasto sanitario, 37.000.000 millones no es una frivolidad.
Escribiendo de forma madura, te muestro esa realidad casi nunca expuesta, pues es impopular, que atenta directamente contra intereses ajenos, de negocio, acciones y dinero en cantidad, y así en apenas, un segundo después, la ficción de ese mundo idílico que nos quieren vender, a través de millones de campañas publicitarias convertirán en poco tiempo, casi sin darte cuenta, esto que te muestro, en algo lejano, en algo breve, casi irreal, en un mal sueño si quieres, pero no te has preocupar, solo debes de coger de nuevo el mando y encender la tele, ya casi lo tienes, relájate y olvida, parpadea, toma aliento, respira.

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