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Comienza el mercadeo político de las elecciones

El ataque sin sentido que ayer propinó el presidente de Coalición por Melilla contra una de las instalaciones públicas que debería ser uno de los mayores reclamos turísticos de la ciudad, como es el campo de golf, no se puede entender sin tener en cuenta que estamos en precampaña electoral y que la tentación de hacer uso de propuestas populistas para poder ganar algunos votos es mayor que el de realizar propuestas sensatas.
Ahora Mustafa Aberchán no nos habla del aeropuerto sobre el mar ni de la gran academia de policía, ahora su propuesta estrella es la eliminación del Campo de Golf para plantear un plebiscito entre los melillenses y convertir esta instalación en un merendero, un complejo de bungalós y otras ideas que este lunes esbozó en rueda de prensa.

Todas ellas fruto de la ignorancia sobre lo que supone esta instalación porque, además de la función social, deportiva y turística que tiene, desconoce que se trata de terrenos militares en los que cualquier construcción diferente a la que tiene actualmente no tienen visos de salir adelante.

Asimismo, olvida Mustafa Aberchán que el campo de golf se construyó con fondos europeos, en concreto el 80% de la inversión, para construir un campo de golf, no un merendero ni otro tipo de ensoñaciones propias de una campaña electoral.
"Se trata de una infraestructura pública que es propiedad de la ciudad de Melilla, cuyo deseo es promover las actividades deportivas entre sus ciudadanos. Por otra parte, dado que el campo de golf se ha construido sobre un vertedero 'no oficial' también ha contribuido a mejorar la gestión de los residuos urbanos", señalaba la comisaria de Política Regional, Corina Cretu, en una respuesta a sendas preguntas parlamentarias.

Pero todo esto importa poco a Aberchán porque su objetivo era otro: dar un mensaje que calara en su electorado en forma de “cierro el campo de golf y entrego 1.000 euros al mes a las familias pobres”. Si fuera así, nadie querría trabajar y todos esperarían la paga del presidente cepemista. Pero todos sabemos que se trata de palabras, palabras que no se concretarán en nada, porque las promesas de campaña ya sabemos qué grado de fiabilidad tienen en la boca de algunos. Por prometer, podrá prometer hasta la luna. Todo sea por lograr votos para su candidatura al Congreso de los Diputados. Pero la gente no es tan tonta como piensa.

Si Aberchán quiere un referéndum, que pregunte a los melillenses qué piensan del gobierno local que forman CPM, PSOE y Cs. Verá que baño de realidad se lleva.

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