En relación a lo manifestado sobre la intención de retirar subvención al campo de golf y cómo consecuencia, su destrucción, se invita a compartir, tanto a los políticos como a los representantes de jugadores, entidades y clubes a explorar vías de diálogo y de información sobre el real y verdadero impacto que ésta práctica deportiva influye y condiciona, tanto en las personas cómo en el medio ambiente, así como a extender la mayor información posible al público en general. Porque creo, sinceramente, que esas declaraciones vienen por una información parcial, aviesa e interesada por parte de algún asesor con claros intereses espúreos.
Melilla, en 2016, fue nombrada ‘Ciudad Europea del Deporte’ y esto da carácter y crea obligaciones, tanto de las instituciones de públicas como las privadas, creando y aportando los medios necesarios (económicos, de infraestructura, informativos y publicitarios) que fortalezcan y den garantía de futuro a ésta nominación.
Y ésta garantía de estabilidad futura viene, inexcusablemente, por las ayudas y por las subvenciones.
Y estas subvenciones concedidas nunca han tenido, ni tienen ni tendrán rentabilidad económica. La rentabilidad debe ser deportiva, cultural y de salud y bienestar general. La práctica regular de la actividad física y deportiva tiene como fin lo antes escrito. En particular, nuestro deporte tiene esas características y bondades, siendo además un nexo de unión entre las personas, ideologías, tendencias políticas, religiosas…
También damos continuidad a uno de los deportes más antiguos, los primeros registros aparecen el 26 de febrero de 1297, en los Países Bajos, siendo perfeccionado más tarde, sobre el S. XV, en Escocia y Gales.
Una de las principales características de la práctica del golf es el respeto a las personas, a las normas, al medio ambiente… También, como se sabe, se practica al aire libre, con los beneficios que ello conlleva.
Según unos estudios recientes, se ha demostrado que los practicantes, sobre todo a partir de 40 años en adelante, tienen un menor riesgo de sufrir afecciones cardiovasculares, genera una mayor resistencia corporal, otorga mayor flexibilidad en las caderas, reduciendo por ello el cansancio.
Además, favorece un óptimo funcionamiento de las articulaciones.
Por todo ello, se hace necesaria e imprescindible que todos puedan tener, por lo menos, la posibilidad y la oportunidad de practicarlo. Es un deporte muy adictivo y muy complejo. Por otra parte, si unos de los motivos fundamentales del rechazo visceral a esta práctica deportiva es la presunta poca afluencia, se pondría solución con la intervención, a nivel informativo y publicitarios, por parte tanto de las instituciones como de las entidades relacionada para procurar una práctica masiva (colegios, asociaciones…).
Éste deporte es, junto a la natación, los únicos que se pueden practicar desde las edades más tempranas hasta las más longevas.
¡¡NO TODO ESTÁ DIRIGIDO AL INTERÉS Y LA RENTABILIDAD ECONÓMICA!!
