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Carta del Editor

Elecciones con el voto por correo bajo sospecha

“El único fundamento de este Tripartito (Castro, CpM, PSOE) es el odio visceral, no tanto al PP como a las personas que lo han representado en Melilla en los últimos 20 años. De ahí la actitud de oposición que ejerce el ¿Gobierno? contra el PP….. Resumiendo, mi querido amigo, ahora esto no tiene arreglo a corto plazo. La oposición se ha configurado como el sustento único de este ¿¿¿Gobierno???, insuflándole vida de forma continua”. “El único fundamento de este Tripartito (Castro, CpM, PSOE) es el odio visceral, no tanto al PP como a las personas que lo han representado en Melilla en los últimos 20 años. De ahí la actitud de oposición que ejerce el ¿Gobierno? contra el PP….. Resumiendo, mi querido amigo, ahora esto no tiene arreglo a corto plazo. La oposición se ha configurado como el sustento único de este ¿¿¿Gobierno???, insuflándole vida de forma continua”.

Efectivamente, la nota me la envía un querido amigo, que vive en y sabe mucho de Melilla. Naturalmente, desaprovechado políticamente, como es norma en esta ciudad, en la que los líderes políticos se caracterizan por su obsesiva e inalterable manía de rodearse de personas que no les desobedezcan, que no les hagan sombra, que no incurran en la “funesta” manía de pensar y que, si piensan algo diferente a lo que el jefe opina o hace, se callen como muertos, si quieren seguir en el partido, secta o como se quiera llamar a un presunto partido democrático.

Como escribí en mi Carta del domingo anterior, los populismos -y en Melilla nos hallamos ante un Gobierno populista de la peor especie- se mantienen a base de adhesiones inquebrantables, de la búsqueda de la confrontación y la inestabilidad y de declarar la guerra eterna -como los romanos a los cartagineses, con aquel famoso dicho de Catón el Viejo en el Senado: Carthago delenda est, Cartago debe ser destruida- a un enemigo exterior, al que, paradójicamente, necesitan para perpetuarse.
¿Es la persistencia de ese enemigo exterior, léase el PP de Imbroda, si se quiere, lo que garantiza -como dice mi amigo- que “esto” (el Gobierno melillense actual) “no tenga arreglo”, o sea, que va a durar hasta mayo del año 2023?
A favor de esa tesis está el hecho de que los trece diputados del llamado tripartito, aunque sean una especie de ejército de Pancho Villa mal avenido, viven y cobran ahora mucho más que antes, empezando por el mismo y lamentable presidente. Incluso algunos/as cobran del erario público, en términos porcentuales, infinitamente más que antes, porque cualquier cantidad dividida por cero es infinito. En contra de la tesis del mantenimiento del actual Gobierno hasta las nuevas elecciones locales está el hecho de que la inmensa mayoría de los melillense -más del 80% de los que han respondido a nuestra encuesta opinan que el Gobierno melillense es pésimo, algo que debería de hacer reaccionar, léase irse, a cualquier gobierno con un mínimo sentido democrático-y de la evidencia de que Melilla se parece cada vez más a una ciudad fantasma y marroquinizada a imagen de un Marruecos de épocas pasadas. El hecho, en resumen y repitiendo una frase cada vez más escuchada, es que Melilla se está muriendo y la persistencia de este Gobierno durante tres años más terminará por matarla, porque el que no sabe, no sabe, el que odia, seguirá odiando y, resumiendo, lo que no puede ser no puede ser y además es imposible (como decía el Guerra, el torero, no el político).

Las elecciones del próximo domingo son muy importantes para España y para Melilla. Un pacto PP-PSOE, en ambos ámbitos, parece, al día de hoy, la mejor o la menos mala de las decisiones posibles. El pacto melillense PP-CpM, el que podría haber proporcionado estabilidad a largo plazo a nuestra ciudad, a estas alturas ya es imposible y Mustafa Aberchán/Hamed, apoyado en el inmovilismo local del PP, ha desaprovechado que “su” partido -el partido en el que hace lo que quiere con quien quiere, y vía el cual el líder absoluto pretende que todos los melillenses también hagamos lo que él quiera- se convierta en el partido local fuerte, interétnico y de futuro que a Melilla tanto le convenía y le sigue conviniendo, pero ya sin esperanzas de que ese partido sea el Aberchán/Hamed/CpM, un partido cuyo amo, pase lo que pase en las previsiblemente sucias elecciones locales del domingo, sigue teniendo pendiente sobre su cabeza política la condena recurrida ante el Tribunal Supremo, que no se debería retrasar mucho y que, más que previsiblemente, será nuevamente condenatoria, aunque, a semejanza de lo que ha ocurrido con los separatistas y golpistas catalanes, eso pueda alimentar el victimismo del condenado.

Posdata
El campo de golf local como un episodio más de populismo y de odio. Aberchán/Hamed dice, en su lenguaje español ininteligible, que el que quiera jugar al golf que se pague un campo de su bolsillo. Yo le digo que el que quiera cobrar mucho dinero público -como es su caso- de un hospital público (al que llegó como llegó y de cuyo caso, como en el comienzo de El Quijote sobre un lugar de La Mancha, no quiero acordarme) que se pague él un hospital de su bolsillo (ya no lleno de dinero público). ¿Se entera, Sr. Aberchán, que esto no es una teocracia, sino una democracia? Por cierto, las peticiones de voto por correo en estas elecciones han caído en España un 30% y en Melilla ha ocurrido todo lo contrario. ¿Por qué, Sr. Aberchán/Hamed?

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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