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El Gobierno dice tener programa ante la exigencia del PP de que lo dé a conocer tras 170 días de mandato

El Gobierno local, en el tercer Pleno de Control de esta legislatura, celebrado ayer

El Gobierno formado por Coalición por Melilla (CPM), PSOE y Ciudadanos (Cs) aseguró ayer que tiene programa y propuestas. De hecho, su presidente, Eduardo de Castro, mostró desde su escaño en la Asamblea unos folios sobre los que dijo que era su programa cuando el PP, en su bancada, le recriminó que no tenía ninguno y le exigió que, en caso contrario, lo diera a conocer después de 170 días de mandato. El programa de Gobierno centró la primera de las interpelaciones del Pleno de Control que se celebró ayer en la Asamblea, en el que Vox renunció a presentar iniciativas como medida de protesta.

El diputado del PP Manuel Ángel Quevedo arrancó su intervención dejando claro que han pasado más de los 100 días de cortesía habituales en esta legislatura, en la que “se espera de un Gobierno que ponga en marcha el cumplimiento de su compromiso, dándose por supuesto que los ha hecho públicos”, si bien criticó que este “no fue el caso del hoy presidente”, que no presentó ningún programa de actuación antes de las elecciones.
Quevedo insistió en que la presentación de un programa de Gobierno es “la base de la transparencia con la que hay que actuar en el sistema democrático para que los ciudadanos sepan de antemano cuáles serán los principios que rijan la actuación de un Gobierno y, de forma más concreta, qué proyectos se van a desarrollar de forma prioritaria”.
“Hacer público un programa de Gobierno es un pilar básico y obligatorio en democracia para actuar con transparencia política y los ciudadanos evalúen si los responsables electos cumplimos o no los principios generales de actuación prometidos y los compromisos asumidos”, agregó Quevedo, convencido de que se trata de una “indiscutible obligación”.
Sin embargo, criticó que el Gobierno de Melilla no ha dado a conocer su programa, lo cual es “la forma contraria a lo que debe ser una actuación política transparente”, es decir, “opaca, oscura, turbia y ambigua, según define el diccionario de antónimos sobre el concepto de transparencia”.
Por ello, criticó al actual Ejecutivo de una “falta de calidad democrática, muy al contrario de las rimbombantes expresiones sobre regeneración democrática que erróneamente pregona” y que, de hecho, llevó a introducir dicho término en la denominación de una de sus consejerías, lo que se una a la “paralización de servicios y obras nunca antes vista en la ciudad”.

Lecciones
Frente a esta postura, De Castro respondió instando al PP a ahorrarse las “lecciones de democracia y transparencia” después de “20 años gobernando en régimen de rodillo”, al tiempo que criticó a los populares porque “ahora se apoyan en el PSOE” para intentar sacar adelante proyectos como el de la ampliación del puerto, que protagonizó la otra interpelación del PP.
De Castro dejó claro que es importante tener programas, “pero más importante es cumplirlos”, y desmintió varias veces que su Gobierno no tenga programa, como sostiene el PP. Pese a ello, el presidente apenas dio detalles del contenido de los folios que mostró, provocando la carcajada de los populares, algo que no sentó bien al presidente, que les preguntó de qué se reían y les acusó de “hacer el ganso, como siempre”.
Según De Castro, el programa contiene, entre otras, 9 medidas de transparencia, 5 de economía, 11 de familia y 6 de vivienda. Se trata, dijo, de “medidas comunes” que fueron negociadas entre los tres partidos y a las que “hay que añadir más”, razón por la que el programa no se hizo público cuando se anunció que se haría, además de porque había que abordar los Presupuestos Generales del Estado y después se produjo la sentencia del Tribunal Supremo que ha obligado a remodelar el Gobierno.
En cualquier caso, dijo que su Ejecutivo “está haciendo cosas”, porque “hay programa y hay propuestas”, al tiempo que macó como “principal” programa de Gobierno “desmontar el régimen político durante casi 20 años” de su antecesor, en manos del PP, marcado por “las promesas y el despilfarro”.
Por eso reprochó al PP que sea “adalid de más democrático y transparente con lo que ha caído” y le instó a “asumir que la mayoría de los melillenses decidieron el 26 de mayo que había que sacar a Melilla de la UCI”.
“Estuvimos tres partidos y con ese grito, que era manifiestamente alto, teníamos que luchar por el interés general”, incidió De Castro, que admitió que les queda “mucho por hacer”, entre ellas “desmontar las barbaridades que el PP ha hecho en 20 años”, para lo que van a trabajar los tres partidos en un “Gobierno único” que está “en el camino correcto” y “es cuestión de tiempo” que se empiecen a ver. Entre las medidas adoptadas, según dijo, están la solicitud de una auditoría y la adopción de mecanismos de control.
El resto de la intervención del presidente, prácticamente la totalidad de sus 15 minutos de palabra, estuvo centrada en criticar al anterior Ejecutivo, por lo que Quevedo la calificó de “patética de cara a los melillenses”.

“Oposición de la oposición”
“Es muy triste que se le haga una interpelación y no dedique ni 15 segundos a hablar de su programa de Gobierno y lo que van a hacer. Hace oposición de la oposición y los melillenses están patidifusos de que De Castro solo sepa mirar al pasado sin proponer nada nuevo”, agregó el popular.
Posteriormente, tras la sesión plenaria, Quevedo consideró que el Pleno de Control había sido “una absoluta falta de respeto a los melillenses”, salvo la intervención “esperanzadora” de la vicepresidenta del Gobierno, Gloria Rojas, respecto a la ampliación del puerto, ya que el Ejecutivo “no contesta a nada”.

Mohamed Mohand, en la bancada de los consejeros

El viceconsejero de Servicios Sociales y Salud Pública, Mohamed Mohamed Mohand, dejó ayer el escaño que ha venido ocupando desde el inicio de la legislatura, junto a su compañera de partido Elena Fernández Treviño, para sentarse en la bancada inferior del Gobierno, reservada a los consejeros. Este gesto podría interpretarse como una confirmación de que será designado como nuevo consejero de Bienestar Social en la reestructuración del Gobierno, algo que él mismo dijo no saber el pasado viernes.

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Redacción

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