El próximo 26 de diciembre llegará a Melilla, procedente de Málaga, la Cruz de Lampedusa y durante las casi 24 horas que permanecerá en la ciudad será objeto de una vigilia de oración en el Sagrado Corazón y de una oración interconfesional el día 27, presumiblemente en el Dique Sur, en la que tomarán parte representantes de las distintas confesiones religiosas de la ciudad. El vicario episcopal, Eduardo Resa, adelantó ayer a MELILLA HOY, que la Cruz de Lampedusa visitará la ciudad gracias a la iniciativa de la Delegación Diocesana de Migraciones de la Diócesis de Málaga y del obispo Jesús Catalá. Se prevé que llegue a la ciudad vía marítima, desde la capital de la Costa del Sol. Permanecerá hasta el día 27 a las cuatro de la tarde.
“Esta cruz está confeccionada con los maderos de algunas de las embarcaciones que naufragaron en la costa italiana de Lampedusa y donde perdieron la vida cientos de inmigrantes. Fue bendecida por el Papa y viene a Melilla porque estamos en un punto candente, triste, donde también llegan embarcaciones que han naufragado”, dijo.
“Ha habido un empeño por parte de la Delegación Diocesana de Migraciones y del propio obispo de que la cruz venga a nuestra ciudad y nosotros abrimos brazos para recibirla, y lo hacemos con la tristeza y el dolor que representa pidiendo que aquello no vuelva a repetirse, y demos el do de pecho por las personas migrantes”, afirmó.
Melilla
Se prevé, según el calendario que está a punto de cerrarse, que la Cruz llegue a Melilla vía marítima, el día 26 sobre las ocho de la tarde. A las nueve, será llevada al Sagrado Corazón donde “vamos a hacer una vigilia de oración” durante toda la noche. Ya por la mañana, se pretende organizar un acto abierto a toda la ciudadanía.
“Estamos cerrando los flecos con la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, que se ha mostrado muy receptiva a nuestra idea, que es la de organizar una oración interconfesional en la zona final del Dique Sur, portando la Cruz de Lampedusa”, explicó el vicario. En la ceremonia, intervendrá el imam de la mezquita del cementerio musulmán, un representante de la comunidad hindú, un rabino de la comunidad judía y en representación de los católicos, “le he cedido la oportunidad a mi amigo y hermano en la fe, el delegado de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la Diócesis de Málaga y Melilla, Rafael Vázquez”.
A Resa le gustaría celebrar este acto en el Dique Sur, pero que están aún cerrando la programación con Delegación del Gobierno. La Ciudad Autónoma ha mostrado su interés en participar en la ceremonia. Su deseo es que los melillenses se vuelquen en este acto, que “ojalá hagamos todos de altavoz de este drama y nos impliquemos, porque no podemos mirar a otro lado, y si bien hay que luchar porque estas personas no tengan que salir de su país de origen, que también tengamos un corazón amplio para cuando lleguen a nuestra casa, podamos hacer por ellos todo lo que humanamente podamos”. Con la Cruz de Lampedusa, “ofreceremos una oración por los que han perdido la vida en el mar, sean de la confesión que sean, y por eso es oportuno hacer una oración interconfesional”.
La historia de la Cruz de Lampedusa
La Cruz de Lampedusa, realizada con tablas procedentes de barcas naufragadas en el Mediterráneo e impulsada a viajar por el mundo por el Papa Francisco, recorrerá Málaga y Melilla del 22 de diciembre al 5 de enero, según detalla la Diócesis de Málaga en su web. “Hace apenas cuatro años, 366 inmigrantes morían en un naufragio en Lampedusa, Italia. Provenían de Eritrea y Somalia, salieron buscando un futuro mejor, encontraron la muerte. Desde que ocurrió esta tragedia en octubre de 2013, el número de personas fallecidas y desaparecidas en el Mediterráneo sobrepasa las 15.000, convirtiéndose en el mayor cementerio de migrantes del mundo.
En abril de 2014, la Fundación Italiana “Casa del Espíritu Santo y las Artes” presentó al Papa Francisco una cruz hecha con tablas de barcos naufragados frente a Lampedusa. El Papa la bendijo y les encargó: “Llevadla por todas partes”. La Cruz estará en la diócesis de Málaga desde el 22 de diciembre al 5 de enero. Queremos que su presencia nos ayude a rezar personal y comunitariamente por los inmigrantes, en particular por los muertos o desaparecidos y por sus familias. Igualmente pretendemos que sea un acicate que posibilite despertar nuestras conciencias y las de nuestros conciudadanos ante el drama de la inmigración”, explica la Diócesis.
