El Mundo tiene tal estremecimiento, que no sabe dónde atender para consolidarse. Desplazamientos humanos. Por las guerras, el hambre, el miedo… evidencia de su inestabilidad y desorden…Exceso de dinero, cada día con menos valor y más miseria…demostración clara de su inutilidad. Terrorismo cruel y despiadado, sin otra imagen que la violencia y el fanatismo, en nombre de un dios desconocido…Un dios alentador de un hombre sin aliento. Todo esto y más, ha dado lugar a que el Papa Francisco diga, “que la Humanidad se encuentra inmersa en otra Guerra Mundial”.
Yo creo, que ante todos estos acontecimientos que padecemos, más bien nos encontramos, no en medio de una guerra, sino en los albores de una paz. Pero no una paz, tal y como la deseamos tener, adormecida en paisajes bucólicos, escenas de complacencias familiares, seguridades económicas, fortalezas corporales, etc.… esa paz nuestra y que procuramos consolidar con amables palabras, sobras y caridades y sobre todo con nuestras creencias y costumbres religiosas de pobres y ricos.
No. Esa paz en la cual nos encontramos no es otra cosa, que una guerra Ya lo dijo Jesús: “No he venido a traeros la paz, sino la guerra. Porque MI PAZ, es vuestra guerra”. Una terrible e incomprensible y no deseada guerra. Tal vez sea esta guerra a la que se refiere el Papa. La guerra de la paz. De la paz verdadera, que tenemos que ganar por nosotros mismos. Creyendo en ella. Luchando por ella. La guerra que nos obliga a luchar contra la guerra. A entablar batalla contra todo aquello que nos reduce, nos enfrenta e intenta aniquilar como personas, para convertirnos en máquinas destructivas, ajenas a la tibieza de la carne que nos da el espíritu y la RAZON de tenerlo.
Otro Papa lo dijo también: “Hay que desarmar los espíritus. “Porque PABLO VI, sabia, que, es, en el espíritu, donde se está librando la batalla de la vida en la Tierra. Esa en verdad, es nuestra verdadera guerra. Mundial. La guerra contra la guerra. GANAREMOS Se que ganaremos. Porque nos guía un “capitán”, que solo tiene contra las armas…las almas.
