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Buenos días

¿Botar o Votar?

  • Buenos días Don Anselmo.
  • No tan buenos Don Ramon. Pero diga Vd.…Diga.
  • Pues le digo, que si ahora tiene Vd. que botar, de inmediato se marcha Vd. camino de las urnas. ¿No es cierto?
  • ¡Lógico! ¿Qué remedio queda?

  • ¡Pues no! Vd. se equivoca mi querido amigo ¡Se equivoca! Pues botar, se lo he dicho yo con B y no con V.
  • ¿Me lo ha dicho Vd. con B y no con Vd.? Sea más diáfano por favor. Pues no estoy yo muy atento esta mañana.
  • Pues estelo. Y bote. Pues como Vd. no bote y pise en la Avenida, calle principal de este Feudo, se quedará pegado.
  • ¿Pegado?
  • Pegado. Y se podrá caer. Porque no es solo chicle pegado como se creía, sino más bien ciertos sedimentos incrustados, testimonios de una limpieza freganchina y precipitada, así como ciertas heces mañaneras de perritos compañías de solteronas nenas, de los cuales, me han dicho- (hablando bajito)- y esto de lo digo con la mayor reserva y recogimiento…perritos compañías, cuyos hocicos huelen a bacalao.
  • ¡¡A bacalao¡¡
  • A bacalao.
  • Desde luego Don Simón, que el Feudo no tiene arreglo.
  • Y para que se va a arreglar. Así está más bonito.
  • Y más entretenido. Fíjese Vd. mi dilecto amigo. El otro día, mi nieto, que anda el muchacho más parado que el Turismo en Melilla, para entretenerse se fue al Paseo Maritimo…
  • ¿A comer pipas?
  • Y también a contemplar el carril de bicicletas.
  • Buena forma de relajación.

Y que lo diga Vd. Pues según me cuenta, en la hora y media que estuvo pendiente de dicho carril, solo dos bicicletas y un infante con un patín, pasaron por él. Mientras en el adyacente dedicado a vehículos utilitarios y furgonetas repartidoras, se organizaron tres escaramuzas, dos enfrentamientos y varias exclamaciones altisonantes, que, acompasadas por pitidos y cláxones dislocados, estuvieron a punto de arrollar en el asfalto, a una señora mayor llamada Elvira, que, quejándose de la falta de espacio, intentaba cruzar con su nieta Maribel por el estrecho carril que ha quedado después de esa ramificación para uso de ciclistas. Gente del deporte.

  • Pues eso no es nada, comparado con lo sucedido a mi vecina la señora Remedios el otro día.
  • ¿Qué le paso?… Pues últimamente, pasar no pasará mucha gente por Melilla. Pero cosas si pasan…Cuente. ¿Qué le paso a su vecina Remedios? Pues, dicho sea de paso, pocos remedios les va quedando ya por pasarle.
  • Se le perdió el nieto.
  • ¡El nieto! ¿El Enrique?
  • No. El más pequeño. El Joseito.
  • Ese niño es peligroso.
  • Y además imprevisible.
  • Y que lo diga. Solo hay que recordar, lo que le lio a su abuela Maritrini, el día que le metió el gato en el camisón. Que nadie sabía si maullaba la abuela o gritaba el gato.
  • Esa criatura a pesar de no llegar a los seis años, anda bastante dislocada. Y ayer por la tarde, se le escapó a la madre, y tomando una rotonda urbana por la rueda de caballitos, en una de las vueltas, dio tal voltereta cayendo en la cuneta de la glorieta, teniendo que sacarlo su tía Enriqueta, a pesar de que tenía tal pataleta que le rompió a su tita, media chaqueta.
  • Desde luego que ese niño es un poema. Pero un poema.

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