La siguiente década comenzará con Alcoba en el banquillo y con la ilusión de volver a escribir otros diez años de historia azulona con letras de oro. El Melilla Baloncesto se subió en la última década a una ‘montaña rusa’ de sensaciones que agitaron el pulso y los corazones de la marea azulona como nunca antes, con un descenso incluido en 2012 que le sirvió al club para tomar impulso y lograr el histórico ascenso a la ACB.
Entre 2010 y 2019, el decano ha obtenido en su palmarés, además del citado ascenso, un título copero, el de 2010 y con el que se abrió este exitoso periodo, y siete presencias -cinco de las mismas de manera consecutiva- en los play off, algo de lo que solo unos pocos equipos, entre ellos el melillense, pueden presumir en la LEB Oro.
Esta época prodigiosa la comenzaba Gonzalo García de Vitoria. Con él al frente de la nave azulona, el club ganó la tercera Copa Príncipe de su historia en el año 2010, un éxito que convertía al Melilla Baloncesto en la entidad que más títulos coperos posee en sus vitrinas. La etapa del técnico bilbaíno llegaba tras una revolución en el club un año antes, con la entrada de Jaime Auday en la presidencia y de Enrique Suárez en los despachos.
Después de la Copa Príncipe -conseguida por los melillenses ante el Menorca en un Pabellón Javier Imbroda lleno hasta la bandera- y con García de Vitoria en el banquillo, los azulones alcanzarían una semifinal de ascenso -frente a Burgos en 2010-, una final de ascenso -ante el Menorca en 2012- y se produciría el ‘vía crucis’ que supuso, en la temporada 2012-2013, el descenso a la LEB Plata, el único en la historia del decano. Por fortuna, la pérdida de categoría no se consumó y el equipo azulón continuó la siguiente campaña en la LEB Oro.
Esto dio la oportunidad de ocupar el banquillo como primer entrenador a Alejandro Alcoba, con quien posiblemente han llegado los mejores momentos del club. Con el melillense en la dirección, la entidad acumuló cinco participaciones consecutivas en los play off, un subcampeonato de Copa Princesa en 2016, dos -las de 2016 y 2018-de las cinco finales para subir que ha disputado el Melilla Baloncesto a lo largo de sus casi treinta años de vida y, por supuesto, el mayor logro del club: el ascenso a la ACB alcanzado ante el Peñas Huesca en el curso 2015-2016.
