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Carta del Editor

Tosca, Ópera, Campo de Golf: daños irreparables

Jueces y Justicia. “La Justicia archiva la Operación Ópera, tras 8 años de investigación sobre las contrataciones de la Ciudad. Conesa anuncia que el Juzgado de Instrucción número 4 ha seguido con la Operación Ópera los mismos pasos que había dado con el caso Tosca, que también investigó los procedimientos de contratación pública del Gobierno anterior”, portada del MH del miércoles, 15 de enero. “Absueltas 21 personas que fueron acusadas de prevaricación por los contratos realizados por la Ciudad de Melilla con Eulen Seguridad. Entre ellos dos ex consejeros, Ramón Antón (desgraciadamente ya fallecido) y Guillermo Frías, dos ex viceconsejeros, Javier Mateo y José María López Bueno, la gerente de Promesa, Carolina Gorgé y otros cargos de la Ciudad”. Portada de nuestro periódico el pasado martes. Jueces y Justicia. “La Justicia archiva la Operación Ópera, tras 8 años de investigación sobre las contrataciones de la Ciudad. Conesa anuncia que el Juzgado de Instrucción número 4 ha seguido con la Operación Ópera los mismos pasos que había dado con el caso Tosca, que también investigó los procedimientos de contratación pública del Gobierno anterior”, portada del MH del miércoles, 15 de enero. “Absueltas 21 personas que fueron acusadas de prevaricación por los contratos realizados por la Ciudad de Melilla con Eulen Seguridad. Entre ellos dos ex consejeros, Ramón Antón (desgraciadamente ya fallecido) y Guillermo Frías, dos ex viceconsejeros, Javier Mateo y José María López Bueno, la gerente de Promesa, Carolina Gorgé y otros cargos de la Ciudad”. Portada de nuestro periódico el pasado martes.
“Un daño irreparable”, Editorial de nuestro periódico del pasado jueves. “Seis años y medio han tenido que pasar para que la ¿Justicia? (los signos de interrogación son míos, porque una Justicia lenta no es justa) pase página a uno de los procesos judiciales, la Operación Ópera, que más ríos de tinta y rumores han desatado en la historia reciente de Melilla. Un procedimiento que al final ha sido archivado sin llegar siquiera a juicio…. a pesar (también) de los incesantes dedos acusadores que en todo este (largo) tiempo han señalado, desde los partidos de la oposición, actualmente en el Gobierno, a quienes antes estaban en los sillones que ellos hoy ocupan”. Dedos acusadores que siguen insistiendo, por cierto.
“Cabe preguntarse -añade el Editorial que cito- si, de no haber sido por la mella que hicieron en el PP -y en los ciudadanos melillenses- la Operación Ópera y la Operación Tosca, hoy ya archivadas, dicho partido seguiría gobernando en Melilla”. Muy probablemente sí, concluye, con acierto, el Editorial.

El daño causado por tales acontecimientos judiciales, que “favorecen el descrédito de la justicia” -según titulaba Francisco Muro de Iscar en un artículo que publicamos el jueves- es, efectivamente, irreparable. Para las muchas personas gravemente afectadas e incluso para el conjunto de la sociedad melillense que se ha visto dañada por las consecuencias políticas y humanas de tantas falsas denuncias y tan, tan lamentables “investigaciones”.

Lo del “caso Campo de Golf”, también archivado tras años de injusta denuncia y trágica espera, es otro ejemplo lamentable de denuncias falsas, daños a la dignidad de las personas y lamentable “investigación”, que algunos, como el supergafe y eterno odiador Julio Liarte, ahora recolocado con nuevo sueldo en la presidencia de la sociedad pública Promesa, pretende sacar de la basura de su mente políticamente enferma y, más que probablemente, como tendremos ocasión de comprobar, prevaricando.

Lo que se ha hecho y están ahora haciendo con el campo de golf de Melilla -que para cualquier ciudad del mundo sería un orgullo, una inmensa posibilidad de hacer deporte a cualquier edad y una fuente de atracción turística- es una barbaridad indescriptible, además de causa de un daño inmenso a los que trabajan y viven de su trabajo en el campo (que no es mi caso). La incompetencia o la maldad política llega hasta tales extremos que se intenta retorcer una resolución del Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales -que reproducimos en páginas interiores de este número del periódico- en la que se concluye que la decisión que forzó Liarte de retirar el procedimiento de licitación “carece manifiestamente de motivación” e “incurre en un patente error de derecho”. No solo eso, sino que el párrafo segundo del acuerdo del Tribunal, que declara que “no se aprecia la concurrencia de mala fe o temeridad en la interposición de la reclamación” se pretende interpretar como que Liarte y los demás involucrados, o sea, los denunciados, son los denunciantes, los que interpusimos la reclamación, que son a los que se concluye que no interpusimos la reclamación de mala fe, no los Liarte y compañía, que, desde luego, no deberían ni mencionar la buena fe, sino la explosión de odio y abuso del manejo del poder público contra los que consideran enemigos personales o políticos.
¿Por qué fracasan los países? Es el título de un exitoso libro de los profesores estadounidenses Daron Acemoğlu y James A. Robinson. “Los países -y las ciudades- pobres lo son porque quienes tienen el poder toman decisiones que crean pobreza. Y lo hacen a propósito”. Un país, una ciudad pobre, llena de pobres necesitados, es preferible para aquellos que tienen el poder y que, abusando de él, pretenden, de alguna manera, esclavizar/comprar a las personas, hacerles depender de sus decisiones, eternizarse en su poder y ampliarlo. Melilla es hoy una ciudad más pobre que ayer, pero será menos que mañana, si todo sigue como va. Y el hábito repugnante y antidemocrático de presionar a las personas, empezando por la prensa, utilizando recursos públicos, debe ser erradicado, denunciado y resistido por las personas, yo entre ellas.

Posdata
La polémica desatada por orden de Mustafa Aberchán para intentar evitar la conferencia en Melilla de la activista y escritora rifeña Zoubida Boughaba no solo fue algo democráticamente reprobable, fue, además, un inmenso error ce los que intentaron abortarla, porque la conferencia se celebró, los asistentes llenaron el local y la prensa se hizo un eco de la conferencia que no hubiera tenido si Aberchán hubiera actuado democráticamente.

Añado que no he leído ni oído nada de lo que Boughaba ha escrito o dicho, pero la libertad de expresión, tan maltratada, es el pilar fundamental de la democracia y de la libertad, sin la cual es imposible erradicar la pobreza, como demuestran Acemoğlu y Robinson en su libro. Y un apunte más: los rifeños fueron cristianos desde los tiempos del imperio romano, mucho antes de ser mayoritariamente musulmanes. Y la mezcla de religión y política es una bomba antidemocrática, como la sumisión “incondicional” al que manda en el partido (obedezco, mientras siga cobrando).

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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