Mañana domingo, 26 de enero, se cumplen 69 años del trágico accidente de Loja (Granada), donde perdieron la vida el delantero Juan ‘Martín’ López, el interior Francisco ‘Mambola’ Valverde y el masajista Manuel Salvador Martínez. Aquel inesperado viaje ponía fin a las aspiraciones de un equipo al que los expertos de la época apuntaban en sus apuestas entre los favoritos al ascenso. En 1951, un grave accidente de tráfico de la expedición de la U.D. Melilla conmocionaba a la afición española. La muerte de dos futbolistas y el masajista del equipo azulino, después de que un camión se llevara por delante su autobús, vestía de negro al fútbol, que aquel lejano 26 de enero escribía una de sus grandes tragedias, dejando al Melilla sin el ascenso que ya acariciaba.
Aquel viaje se torcía desde el primer momento y terminaba en tragedia, pero todo pudo ser diferente. La negra historia del conjunto del Estadio Municipal Álvarez Claro, entonces en el Grupo Sur de Segunda División, pudo cambiar si hubiera cogido el avión que debía trasladar a los jugadores hasta Baleares, donde el domingo 28 de enero debía rendir visita al Mallorca. Sin embargo, un temporal dejaba impracticable la pista de Tahuima, el antiguo aeropuerto de la Ciudad Autónoma, y el la expedición se veía obligada a buscar un plan alternativo que incluía billetes para dos barcos y un largo viaje por carretera en el autobús del equipo.
Aquel autobús era parte, uno más, de la familia melillense. Habituados los jugadores a sus desgastadas butacas por el paso de los kilómetros, hasta fue bautizado por los futbolitas. En las conversaciones, todos se referían a aquella camioneta como la ‘Rubia’, donde encontraron la muerte el delantero Martín, el interior Mamblona y el masajista Manolo Salvador poco después de que la expedición melillense hubiera hecho una parada en Loja (Granada). El autobús había recogido en el puerto de Málaga a la plantilla y había emprendido el viaje con destino a Alicante, donde debía coger otro barco con destino a Palma de Mallorca para jugar un partido que nunca llegaría a comenzar. En tierras granadinas se detenía para que los futbolistas repusieran fuerzas y estiraran las piernas. Fue su última parada.
Aquel viernes 26 de enero de 1951, sólo seis kilómetros después de abandonar Loja, el accidente sufrido por la ‘Rubia’ marcaba para siempre la historia del Melilla. Un camión que se dirigía a Sevilla embestía bruscamente al autobús en una curva cerrada y desataba el llanto. La vuelta de campana de la camioneta del Melilla resultaba una trampa mortal para Martín, Mamblona y Manolo Salvador. Los demás miembros de la plantilla y el directivo Salvador Maturana resultaban ilesos. Aquel inesperado viaje fue el último de la ‘Rubia’ y ponía fin a las aspiraciones de un equipo al que los expertos de la época apuntaban en sus apuestas entre los favoritos al ascenso.
