Marcos Jiménez, entrenador del Inter de Madrid, compareció en rueda de prensa con una sensación agridulce, ya que el Melilla consiguió empatar el partido en los instantes finales. Además, indicó que la expulsión de su jugador Moyano marcó el devenir del encuentro, ya que condicionó a su equipo durante casi toda la segunda mitad. “El partido estuvo muy marcado por la expulsión de Moyano en el minuto 58, y a partir de ahí cambió un poco el juego, ya que el Melilla trató de tener el balón y nosotros de defendernos. Hemos estado mucho tiempo en esa situación y al final se rompe en una acción a balón parado, en la que cometemos una falta innecesaria que el rival aprovechó muy bien”, afirmó. No obstante, el técnico madrileño era consciente de la dificultad del encuentro ante un rival necesitado. “Sabíamos que veníamos a un campo difícil, ante un rival complicado, que cuantas más facilidades le pudiéramos dar, más contra las cuerdas nos podría tener, así que la mejor manera de contrarrestarlo era tratar de presionar un poco más arriba, de estar muy intensos, y en ese sentido, sin hacer un buen juego ofensivo, hemos estado bien en defensa, lo que dejaba al Melilla más falto de idea. Si tengo que destacar algo es la intensidad defensiva que ha demostrado el equipo”.
Por último, afirmó que el empate es un buen resultado. “De todos modos, tenemos que marcharnos contentos, a pesar de que te quedas con un mal sabor de boca, de encajar el gol del empate en los últimos minutos, así que es un buen resultado ante un rival complicado”.
