La Congregación de Hermanas Franciscanas de los Sagrados corazones comienza con el sí de Madre Carmen a la llamada del Señor, siguiendo el estilo de San Francisco de Asís.
El CENTRO y MOTOR de la vida de Madre Carmen y de todas las Hermanas es CRISTO, por eso aparece en el centro del cartel.
Al venir las Hermanas a Melilla se cumple el deseo de M. Carmen: “Cuándo miro al cielo se acrecientan mis deseos de ir por esos mundos a enseñar a los hombres a conocer y amar a Dios”
No falta el amor a la Virgen expresado en la frase: “Virgen Santísima hacedme amar a Jesús”. Nosotros la veneramos con la advocación de la “Divina Pastora” y como titular “Ntra. Sra. del Buen Consejo”
Se destacan dos hermanas:
Sor Alegría, pertenecía a otra Congregación, pero al unirse a la Congregación de Hermanas Franciscanas es una de las primeras que van a empezar la misión en estas tierras.
Madre Carlota, ejemplo de fidelidad a su vocación y de entrega al Señor hasta derramar su sangre, muriendo mártir y proclamando ¡Viva Cristo Rey! Su vida fue” UN SÍ AL AMOR”.
La campana estuvo en el otro Colegio, se usaba para anunciar que era la hora de la Eucaristía e invitaba a las personas a venir a ella. Ahora nos va marcando las horas, especialmente las doce con repique, donde nos invita a hacer presente a María y todo el Colegio reza el “Ángelus”
Aparece un grupo de alumnas en clase, con el uniforme que se llevaba en el antiguo Colegio y otro grupo con el uniforme actual del nuevo Colegio.
La misión de estos 100 AÑOS, realizada por las diversas Hermanas que han pasado por Melilla está expresada en el lema: “EDUCANDO PARA UN AMOR SIN FRONTERAS”
