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Marmolejo considera que a Correos podría ir una de las escuelas universitarias, posgrados y la universidad de mayores

Juan Antonio Marmolejo, decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas

El decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de Melilla, Juan Antonio Marmolejo señala que, “sin ser la panacea”, el edificio de Correos podría destinarse en su totalidad a fines universitarios, trasladando una de las tres escuelas universitarias, los posgrados y el Aula Permanente de Formación Abierta (APFA) o universidad de mayores, con lo que se desahogarían las instalaciones saturadas del campus con más de dos mil estudiantes. Considera demás necesario que “como política de ciudad” se logren “alquileres asequibles” para estudiantes peninsulares y billetes más baratos. Juan Antonio Marmolejo asegura que el principal problema que padece la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas y el campus de la Universidad de Granada (UGR) en general en Melilla, es la falta de infraestructuras, que impiden dar respuesta a las necesidades de los alumnos y profesores e imposibilitan la implantación de nuevas titulaciones y ampliar el número de plazas.

Espacios
“La falta de espacios es el problema más importante que tiene la Facultad, que impide que podamos tener nuevas titulaciones y ofertar nuevos cursos y seminarios”, manifestó el decano, que suma a esta situación la ausencia de una nueva residencia de estudiantes y profesores visitantes; un hecho que obliga a muchos de ellos a tener que vivir en un hotel porque “los precios de los alquileres son abusivos”.

Entiende que debería plantearse este tema como un asunto de “política de ciudad y hablar con quien sea para que los alquileres sean más asequibles y construir también una residencia”.

Otra cuestión a la escasez de alquileres atractivos que permitan la llegada de más alumnos de la península a los que frena estos precios, es la carestía de los transportes para los no residentes. “Esto echa para atrás poder organizar jornadas y seminarios a nivel importante porque se nos disparan los precios a la hora de traer ponentes de la península y el extranjero, independientemente de cualquier visitante que quiera venir a ver a sus hijos que estudian en la ciudad a pesar de los bonos de transporte”, dijo.

Marmolejo manifestó que una demanda que se viene reiterando desde hace años es “intentar conseguir que bajen los precios de los transportes, porque sin duda habrá un antes y un después tanto para alumnos peninsulares que vendrían a la ciudad como a la hora de organizar congresos, que es un potencial turístico que no está explotado en Melilla”.

Ampliar el campus
Explicó Juan Antonio Marmolejo que se están buscando alternativas para solucionar la falta de espacios que padece el campus y que obliga incluso a los profesores a compartir despachos o que estas mismas zonas se utilicen como aulas por las mañanas y por las tardes, como espacios de trabajo para los docentes.

Una de ellas es la que estudia la UGR y que, apuesta, no por construir una planta superior en el edificio principal del campus porque se desconoce si es un peso que podría soportarlo los cimientos, sino hacia el exterior, “ganando dos mil metros cuadrados” al inmueble principal. “Esto es algo que está en estudio y se prevé que se lleve a cabo por parte de la propia Universidad de Granada con fondos propios. Esto desahogaría muchísimo”, afirmó. Lo que sí será una realidad a corto plazo es el pabellón de deportes, que comenzará a construirse en breve.

La falta de alquileres asequibles y la construcción de una residencia
Apunta el decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de Melilla que además de lograr alquileres más asequibles para estudiantes foráneos, otra vía es la construcción de una residencia de estudiantes.

En este sentido explicó que la propia Universidad de Granada (UGR) ha mantenido contactos con una multinacional especializada en la construcción de pisos para estudiantes que explota durante un tiempo, la posibilidad de construir una residencia tanto en Granada como otra en Melilla, pero “por el momento se ha echado para atrás porque no ven que en la ciudad haya el volumen de necesario de estudiantes para poder sacar ganancias a estos apartamentos”. La consecuencia de todo ello es que no se matriculan más alumnos por falta de pisos baratos y no se pueden ofertar alquileres asequibles o se construyen pisos por falta de futuros inquilinos.

Correos “no es la panacea” pero daría solución a los problemas actuales de espacio en el campus melillense
Otra alternativa a esta falta de espacios es recurrir al antiguo edificio de Correos, una cuestión sobre la que se viene debatiendo desde hace años sin que se halla llegado a ninguna conclusión definitiva. Afirma que “el edificio de correos no sería la panacea, pero sí que como el Banco de España o el cuartel de ingenieros son espacios a valorar y que serían buenos frente a la situación actual”.

Reconoce que el antiguo edificio del servicio postal “daría además mucha vida al centro y a los comercios de la zona, que se beneficiarían de la vida universitaria que generaría”. Utilizar este inmueble en su conjunto a fines universitarios “nos daría un desahogo tremendo, pero llevamos catorce años y creo que ya deberíamos tener una respuesta, sentarse y dar por fin una solución”.

Según dijo, la rectora dejó de manifiesto en su última visita a Melilla que no renuncia a este edificio, que lo quiere la UGR y que así se le trasladó a la vicepresidenta de la Ciudad Autónoma, la también profesora universitaria Gloria Rojas, “que conoce nuestras necesidades”.

El deseo Marmolejo es que “pronto se llegue a un acuerdo” y poder hacer uso de un inmueble con cuatro mil metros cuadrados en el que “poder desarrollar nuestra labor docente e investigadora y tengamos unos espacios dignos”.

Aunque entiende que lo acertado es que las tres facultades estén físicamente juntas, en un mismo espacio, apunta que una solución a la situación actual sería trasladar a Correos uno de los centros universitarios, “el que decida el equipo de Gobierno de la UGR”. Por sus dimensiones, opina que el inmueble podría acoger uno de los tres centros universitarios, los estudios de posgrado y el aula de la universidad de mayores, porque llevar sólo los posgrados sería insuficiente, “se utilizaría sólo la mitad del edificio y no se daría respuesta a las necesidades de espacios que tenemos en el campus”.

Lo que sí considera “un disparate supino” es que se pueda utilizar como residencia “un edificio histórico, y además no sería una solución a nuestras necesidades”. Desde su punto de vista, lo acertado sería darle un uso universitario completo, con lo que se descongestionaría el campus y se revitalizaría la zona centro, mientras que se promueven también otras iniciativas para ofrecer alquileres bajos a estudiantes foráneos.

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J.A.M

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