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Historia

Los combates de Casabona y la gloriosa muerte del teniente del tercio Martín Penche Martínez (III)

Inicio de la Reconquista del territorio, tras el Desastre de Annual

En este año de 2020 se cumple el centenario de la creación del Tercio de Extranjeros motivo por el cual este y siguientes trabajos serán conmemorando a los heroicos legionarios que dieron su vida por la Patria.

Hechos de Armas que dieron prestigio y renombre al Tercio de Extranjeros, hoy denominado La Legión.
…Estas Fuerzas, fueron revistadas por el Ministro de la Guerra, señor La Cierva, durante su visita a Melilla el 28 de agosto. Terminaba el mes a que venimos refiriéndonos, en que el enemigo no había desperdiciado ocasión para activar su actuación en todos los terrenos y, aprovechándose del obligado compás de espera abierta por el Mando para poder llevar a inicio el avance de nuestras tropas; pero aún con más intensidad los días 21 y 31 del aludido mes, en que el enemigo atacó los blocaos Extremadura y de Taquilmanin, en el Gurugú (en las proximidades del “Barrio Chino”). En el primero de ellos el Cabo de Infantería perteneciente al Regimiento Extremadura que dio nombre al fortín, tomó el mando de la pequeña guarnición al morir el Sargento y continuó la defensa enérgicamente y sostuvo el combate durante la tarde y noche de dicho día 21, sin que la pérdida de la mitad de su Tropa, entre muertos y heridos, ni la superioridad de los atacantes hicieran mella en su valor (El cabo Julio Ara Izquierdo fue recompensado con la Cruz Laureada de San Fernando por R. O. de 18 de mayo de 1923, O. núm. 108). El otro episodio destacado de la defensa de Taquilmanin ocurrió al ser atacada con gran intensidad en la noche del 31 la posición y su blocao destacado, empleando los rebeldes gran cantidad de explosivos y fuego de fusilería; tras lucha enconada que duró toda la noche, consiguió el contrario hacernos siete muertos y 10 heridos de Tropa, entre ellos el Sargento Ricardo Mañas Roig, que dio su vida defendiendo el blocao y protegiendo la retirada del resto de la Fuerza. Al siguiente día fueron recuperados todos los puestos por la Columna mandada por el General Sanjurjo, que muy de madrugada partió en socorro de ellos. Esta Columna tuvo que sostener nutrido fuego durante todo el día al proteger los trabajos de fortificación y evacuación de bajas, todas pertenecientes al Batallón Almansa, y aunque al enemigo se le castigó duramente, hubo que añadir la de dos muertos, de Tropa, y la de un jefe (Comandante Benjumea, de Ingenieros), y 11 de Tropa, heridos.

Duro combate en las inmediaciones de Casabona
Durante la primera decena de septiembre el adversario continuó con sus acostumbradas agresiones, tanto a las posiciones como a los convoyes de todo el frente avanzado, causándonos crecidas bajas y obligando a que se consumieran al rechazarlas las pocas municiones de artillería de que se disponía y que estaban destinadas para las operaciones de reconquista.

En la noche del 3 trataron los rifeños de apoderarse del blocao Mezquita (en las inmediaciones del “Barrio Chino”) mediante un fuerte ataque con bombas de mano, siendo rechazados por Fuerzas del Tercio que lo guarnecían y que tuvieron cinco legionarios heridos. A la mañana siguiente fue la Columna creada a base de efectivos pertenecientes al Regimiento Infantería San Marcial, mandada por el Coronel Sirvent, la que sufrió fuerte hostigamiento enemigo traducido en dos oficiales (Teniente Salgado Fernández y Alférez Crespo, de infantería, y en el Tercio el primero) y cuatro soldados heridos. El 4 se volvió a repetir de noche la agresión al blocao Mezquita, lanzándose bombas que causaron la muerte a cuatro soldados y resultando herido un oficial (Teniente Muñoz Lorente, de Infantería). Este mismo día 4 tuvo que sostener duro combate contra un enemigo envalentonado la Columna del General Sanjurjo, entre la costa y Tizza, alcanzando la muerte un soldado de “La Princesa” y siendo heridos un oficial (Alférez Villalba Rubio, de Infantería), nueve de tropa europea y dos indígenas. Aproximadamente a la misma hora se desarrollaba otra fuerte agresión, al efectuarse el suministro a Casabona, Tizza y blocao Corona, donde el contrario, bien atrincherado, se empeñaba en impedir aquel servicio; aunque éste sufrió gran quebranto, por nuestra parte tuvimos que lamentar muchas pérdidas, que consistieron en un jefe (comandante Navarro Nieto, de Infantería), un oficial (Alférez Mora Picado, de Infantería) y 16 soldados, muertos, y un jefe (Teniente Coronel Gutiérrez Alegre, de Infantería, jefe del Batallón expedicionario del Regimiento Segovia), seis oficiales (Capitanes de Miguel y Jiménez Arrieta, de Infantería, y Díez Conde, de Artillería; Teniente Soria y Alféreces Martínez Vara de Rey y Muntané Cirici, de Infantería), un suboficial y 73 de Tropa, heridos. Durante este luctuoso día, la artillería que los rebeldes tenían emplazada en el Gurugú, inició un cañoneo sobre la posición de Ait Aixa, que fue seguido de fuego de fusil, siendo heridos un oficial (Teniente Mestre, de Infantería) y cuatro soldados componentes de la guarnición, y cuatro oficiales (Capitán Malagón, de Infantería, en el Tercio: Tenientes Salgado y Rojí Acuña y Alférez Cisneros Carranza, de Infantería) y dos soldados de los que acudieron en socorro; también los cañones enemigos, tanto desde el Gurugú como desde Nador nos originaron, todavía el 4 de septiembre, más bajas: un oficial (Capitán Franco-Salgado, de Infantería, en el Tercio) y cuatro soldados heridos, al dirigir sus fuegos sobre Sidi Ahmed.

Aún adquirió carácter más grave la jornada del 8, al tratarse de realizar el abastecimiento a Casabona y blocao Corona (El nombre de Corona, se dio a este blocao para conmemorar el brillante comportamiento en dicho lugar, por las fuerzas del Batallón expedicionario que llevaba el nombre del Regimienta Infantería La Corona, a que pertenecían) y establecer un puesto intermedio entre Zoco el Had y Casabona a fin de facilitar el acceso a ésta. Para llevar a cabo dicho servicio fueron organizadas dos Columnas al mando de los Coroneles Riquelme y Sirvent, bajo la dirección del General Neila, y como medida de previsión se reforzaron las Fuerzas del primero con Regulares, Tercio, Batallón de Burgos y dos Baterías de Montaña. Situado el adversario en una triple línea de trincheras, tiroteó intensísimamente y aunque en arrollador asalto de Fuerzas de la Legión perdió la primera, se hizo fuerte en el segundo trincherón desde donde nos produjo muchas bajas, colocando a aquellas Tropas en situación tan apurada que sólo merced al brioso empuje de las mismas y a los refuerzos enviados allí de la Columna del General Sanjurjo, consiguió entrar el convoy en Casabona y fortificarse el nuevo blocao.

En tan reñido combate, resultaron dos oficiales (Tenientes Penche Martínez, de Infantería, en el Tercio, y Segura Lacomba, de Infantería, en Regulares) y 32 de Tropa, muertos (26 legionarios), y un jefe (Teniente Coronel González Tablas, de Infantería, jefe del Grupo de Regulares de Ceuta núm. 3), siete oficiales (Tenientes Navarro Brinsdon, Araciel Carbayo, Vila Olaria, Merchante y Sáinz Prieto, y Alféreces Manso Vaquer y Soria Celayeta, todos de Infantería) y 85 de Tropa, heridos, más cuatro oficiales contusos y dos soldados desaparecidos. A estas bajas hay que añadir las de dos de Tropa muertos y siete heridos, y un oficial contuso, que lo fueron en las posiciones de Sidi Amarán y Sidi Ahmed.

En el libro, “Diario de una Bandera”, del Comandante Francisco Franco, nos relata lo siguiente:
““Sigue la columna la carretera de Hidum, deja atrás la posición de Sidi Amarán y extendiendo sus guerrillas por las peladas lomas llega al Garet, posición ocupada por una compañía y batería y desde donde se domina el camino de Tizza.

Los harqueños hostilizan desde las lomas próximas y legionarios y Regulares se encargan de ocupar las alturas y aduares para proteger el paso del convoy. Los barrancos y cañadas son perfectamente vigilados, las balas silban y el convoy entra sin novedad en Tizza.

Durante el estacionamiento y tiroteo con el enemigo cae herido al alférez Villalba, de la Segunda Bandera.

A la izquierda, en dirección al Zoco el Had, se escucha un vivo cañoneo; con auxilio de los gemelos distinguimos el convoy de Casabona; sus mulos forman una larga reata que se acerca a la posición; en unos minutos las balas han tumbado a muchos de ellos; los vemos detenerse, vacilar y correr los conductores a acogerse a la posición y poco a poco desaparecen del campo de nuestros gemelos los mulos del convoy; sólo dos o tres bestias galopan por la meseta arrastrando su carga.

Hacia la izquierda, en dirección al Zoco el Had, se ve ir y venir como un hormigueo las guerrillas peninsulares. El movimiento de tropas nos indica lo que ocurre y para allí salimos en socorro una Bandera y una batería. Atravesamos Río de Oro subimos la pendiente loma del Blocao de la Corona y una compañía de legionarios, descolgándose por el valle, avanza en dirección del lugar del convoy. Cuando llegan, las tropas se han retirado; recogen un mulo abandonado en la ladera y sigue la marcha en retirada hacia Melilla.

Este día no habíamos combatido sólo en este frente; una sección de legionarios quedó en el campamento encargada de efectuar el relevo del Blocao Mezquita, hostilizado por el enemigo; es herido el teniente Salgado que la mandaba.

En el campamento habían quedado con los enfermos los asistentes y rancheros. Al mediodía ven que la posición de Ait Aisa es bombardeada por el enemigo, que le dirige también fuego de fusilería. En la posición se observa movimiento; unos soldados corren por la ladera. La posición peligra.

El capitán Malagón toca llamada y reuniendo a los soldados enfermos y rancheros, sale rápido en socorro de la posición; dos oficiales llegados aquel día le acompañan en la empresa y pronto escalan los peñascos inmediatos al Barranco de Lobo y llevan a la posición el nuevo aliento. El capitán Malagón es herido muy grave de dos balazos y el alférez Cisneros levemente; la tropa ha tenido un muerto y tres heridos.

Este mismo día, la primera compañía, destacada en Sidi Hamed El Hach, sufre los efectos del intenso bombardeo enemigo y es herido el capitán Franco y cuatro sol dados.

En un mismo día la Legión se ha batido y ha derramado su sangre en cuatro frentes.

Frente al Zoco del Had y adelantada en la meseta se encuentra la posición de Casabona. El camino que a ella conduce recorre la estrecha meseta que cae por la derecha al valle de Río de Oro y por la izquierda termina en las pedregosas y cubiertas barrancadas del Gurugú. Este ha sido el lugar donde el brillante batallón de la Corona escribió una de las páginas más gloriosas de su historia militar.

El paso a aquella posición hace ya días que se ha hecho muy difícil. Los moros, fuertemente atrincherados durante la noche en el flanco izquierdo del camino, obligan para llevar el convoy a sostener duro combate.

El día 8 de septiembre la Legión y Regulares se trasladan al Zoco del Had para constituir la vanguardia de la columna del General Neila y proteger el convoy a Casabona.

Desde la posición del Zoco, rodeado de espeso muro de sacos, se domina el terreno en que se ha de desarrollar la acción; en las trincheras enemigas se ve el movimiento de los moros detrás de los parapetos; una tierra removida señala la situación de una nueva trinchera. Las órdenes para el avance están dadas, y un tabor de Regulares, a las órdenes del comandante Ferrer, se separa de nosotros para seguir por el borde de la barrancada de la izquierda en dirección a las trincheras, mientras el otro tabor y la Legión, descendiendo por el valle de Río de Oro, abordarán la posición por el flanco derecho.

Establecida una batería en el Blocao de la Corona, para desde allí proteger el avance de nuestras tropas, nos concentramos sin ser vistos en la cañada por donde hemos de abordar al enemigo. Este, parapetado en las cercas y trincheras de las viñas, no ha advertido nuestra proximidad. Una pequeña casa a retaguardia del primer parapeto parece formar un reducto central y detrás de la misma nuevas trincheras constituyen una tercera línea de resistencia.

Los Regulares, por la izquierda, buscan el contacto con su tabor, y la Legión, por la derecha, ha de ocupar las cercas y casas en que se encuentra al enemigo.

Bibliografía
Un siglo de España. Tomo I
50 años de la Legión
Historia de las Campañas de Marruecos del Servicio Histórico Militar
Archivo municipal del cementerio de la Purísima Concepción de Melilla
Archivo del Tercio Gran Capitán 1º de la Legión
I Centenario Panteón de Héroes. Isabel María Migallón Aguilar y Eduardo Sar Quintas

José Antonio Cano Martín, con la inestimable colaboración de Eduardo Sar Quintas de la Asociación de Estudios Melillenses

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