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Carta del Editor

Más gasto público, más aliento al transfuguismo

Quizás la mejor comparación que se puede hacer con la Plataforma de Empresarios de Melilla es con el Santo Job, el de la paciencia infinita. Llevan muchos años quejándose de lo mismo, básicamente del pésimo funcionamiento de nuestras fronteras con Marruecos, no han conseguido absolutamente nada durante años, excepto que las fronteras funcionen cada vez peor, han criticado a todos los gobiernos, han cambiado de dirección de voto, han culpado del desastre a la derecha a la izquierda y a los mediopensionistas, y han terminado concluyendo, por el momento, que son responsables de esta pésima situación: la Delegación del Gobierno, su titular (la eternamente sonriente Sabrina Moh), la secretaria general del PSOE local (la rendida admiradora de Pedro Sánchez, Gloria Rojas) y el presidente de la Ciudad, el sin par (o con par gafe y tonto) Eduardo de Castro, auto considerado líder del “centro progresista” mundial, con sede en Melilla. Quizás la mejor comparación que se puede hacer con la Plataforma de Empresarios de Melilla es con el Santo Job, el de la paciencia infinita. Llevan muchos años quejándose de lo mismo, básicamente del pésimo funcionamiento de nuestras fronteras con Marruecos, no han conseguido absolutamente nada durante años, excepto que las fronteras funcionen cada vez peor, han criticado a todos los gobiernos, han cambiado de dirección de voto, han culpado del desastre a la derecha a la izquierda y a los mediopensionistas, y han terminado concluyendo, por el momento, que son responsables de esta pésima situación: la Delegación del Gobierno, su titular (la eternamente sonriente Sabrina Moh), la secretaria general del PSOE local (la rendida admiradora de Pedro Sánchez, Gloria Rojas) y el presidente de la Ciudad, el sin par (o con par gafe y tonto) Eduardo de Castro, auto considerado líder del “centro progresista” mundial, con sede en Melilla. Un trío, el de Moh-Rojas-De Castro, en el que la Plataforma, indignada por el tratamiento que recibían por parte de la cúpula del PP local, depositó muchas esperanzas, ahora ya defraudadas.

Ahora, al fin, probablemente, se plantea la Plataforma iniciar “acciones legales conjuntas”, además de acciones de protesta, que hasta ahora han servido de poco o de nada. La novedad, importante novedad, es que aseguran “tener identificados a los responsables del bloqueo al comercio”, responsables que “en pocos días serán identificados, con cientos de testigos y numerosas pruebas videográficas”. Estamos ansiosos por saber quiénes son esos “responsables del bloqueo al comercio” melillense. Quizás por ahí pueda empezar a atisbarse un inicio de solución, por parte española y europea (sobre todo europea), a un problema, el de nuestras fronteras con Marruecos, que todos los políticos locales han prometido arreglar y no han arreglado, sino todo lo contrario, como lo demuestra el hecho irrefutable de que el funcionamiento de nuestras fronteras no ha hecho sino empeorar.

Esto de nuestras fronteras tiene todo el aspecto de que va a ir todavía a peor desde el punto de vista comercial, como deduzco, tras leer lo que publica la Agencia EFE y me reenvía mi amigo Abdelkader Mohamed Alí, de la manifestada opinión de Marruecos de que “Ceuta y Melilla son pasos para pasajeros, no comerciales”, porque, según el director de Aduanas marroquí, “en los puestos fronterizos no existe la infraestructura necesaria para controlar las operaciones comerciales”. Marruecos está construyendo sus estructuras comerciales y para ellos lo que Céspedes bautizó como “comercio atípico” es, sin duda, contrabando. En Melilla -en la que, efectivamente, ya se produce nada-no existen siquiera atisbos de una nueva estructura comercial, industrial, empresarial, de un plan económico a corto, medio y largo plazo en el que sustentar nuestro futuro, del que solo sabemos que va a ser muy diferente del presente y que, como en la famosa canción, está muy, muy oscuro.

Como el paso de los borregos marroquíes para la Pascua musulmana. Antes era un tema estrella local. La campaña electoral giró en torno a ese manso y voluminoso animal y a su paso por las ¡fronteras! Los borregos marroquíes determinaron nuestro actual panorama político, pero hoy, ya cambiado lo político, los borregos han desaparecido del panorama, ya no se habla de este tema en las mezquitas, ni en la Asamblea melillense. Solo algunos, rápidamente descalificados como inoportunos y frustrados, como Toni Roderic, por ejemplo, osan preguntar por los borregos marroquíes y su futuro en Melilla, y resaltan la diferencia entre el ayer, tan cercano y ruidoso, y el hoy, tan silente.

Es más que posible, es imprescindible, que, para que Melilla tenga algún futuro, sea prioritario facilitar la labor a los empresarios, facilitar la consolidación y creación de empresas, eso de lo que tanto carece Melilla, ciudad -no autonómica- en la que prácticamente todo es público, y así nos va. La palabra empresa tiene dos acepciones: 1/ Acción o tarea que entraña esfuerzo y trabajo (“escribir una novela es empresa difícil y larga”, por ejemplo) y 2/ Entidad en la que intervienen el capital y el trabajo como factores de producción de actividades industriales, mercantiles o para la prestación de servicios (Prensa de Melilla SL y el diario MELILLA HOY, por ejemplo). Ambas acepciones son aplicables a los empresarios, a los que crean, creamos, empresas, que es una actividad de alto riesgo, como me resaltaba, clarividentemente, el comandante general de Melilla, José Miguel de los Santos, en el transcurso de una agradable conversación que mantuvimos esta semana.

Posdata
El impresentable y tránsfuga político Jesús Delgado Aboy puede convertir en prescindible, a efectos gubernamentales, a Eduardo de Castro, el diputado número trece. A esto hemos llegado. Los apetecidos 13.000 euros mensuales que recibe el Grupo Mixto de la Asamblea, que hasta ahora manejaba en solitario el semitránsfuga De Castro, todavía bajo el paraguas de Ciudadanos, pero que habrá de repartir con el diputado de Vox -el muy sensato y prudente Juan Carlos Escoz-, son ansiados por el expulsado de Vox e indiscutible tránsfuga Delgado Aboy, ya bajo su propio paraguas y en conversaciones con diferentes partidos, para ver cual le ofrece más. Para empezar, se ha apresurado a pedir la creación del grupo de diputados adscritos, o sea, tránsfugas. Más dinero para el tránsfuga, más aliento al transfuguismo, más, todavía más gasto público para una ciudad -y un país- en el que el gasto (no la inversión) público es excesivo, ahoga la economía e impide el desarrollo.

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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