El Salón Dorado acogió anoche el acto de presentación del cartel anunciador de la Semana Santa melillense 2020, obra del artista malagueño Julio Sánchez. La obra, una pintura al óleo titulada ‘Sentir melillense’, es un homenaje a Nuestra Señora del Mayor Dolor, la titular de la Cofradía de Cabrerizas, custodiada por su guardia, la Legión. El presentador del cartel, el joven melillense Alejandro Villegas, que oró porque “en este tiempo de Cuaresma que se acerca seamos consuelo de los afligidos, que acompañemos al desamparado como Juan acompañó a María en el sufrimiento del hijo perdido”. El conductor de la noche, el periodista Francis Alemany, recordó que con la presentación del cartel de la Semana Santa 2020 arranca el tiempo de Cuaresma; el periodo de preparación para la gran fiesta de la Pascua, pero también una época de “recogimiento, meditación, preparación, purificación, y reflexión”.
Vicario
Acto seguido dio paso al vicario episcopal, Eduardo Resa, que señaló que con este acto quedaba “abierto el tiempo de Cuaresma, el tiempo de la gracia y la salvación, de la voluntad de Dios de dialogar con sus hijos”.
Recordó que mañana será Miércoles de Ceniza y “el mundo cristiano se moviliza”. Dijo que este es un periodo en el que “caminamos hacia Dios, donde la meta es la Pascua de la Muerte y Resurrección, y la Cuaresma el camino a recorrer y, por tanto, es un tiempo de preparación”.
Aseguró que Dios “no necesita de nuestros ayunos, limosnas u oraciones, sino que todo eso es lo que nos ayuda a hacer el camino y poner luz y bondad en el mundo, y en esta hermosa ciudad de Melilla”.
Tras él, tomó la palabra Alejandro Villegas que el encargado de presentar el cartel anunciador de este año titulado “Sentir melillense” confeccionado por el pintor malagueño Julio Sánchez del Olmo, que no pudo desplazarse a la ciudad.
Presentador
Alejandro Villegas dejó patente en su discurso, que el deber del cristiano es “el de dar testimonio vivo y verdadero de la fe en Nuestro Señor”, y al mismo tiempo ser “portadores de una tradición que cuidamos y protegemos, que sentimos en lo más profundo de nuestro ser y que debemos legar para que perduren como recuerdo de aquellos que se fueron”.
Con la llegada de la Cuaresma se iniciará el periodo de “purificarnos para poder encontrarnos con la presencia de Dios verdadera”, entonces “volverán a sonar los acordes de cornetas y tambores que anuncian la llegada de Cristo a esta bendita tierra, y tras Él su bendita Madre, Madre de Dios y nuestra”.
Llegará la Semana Santa en la que “Melilla se hace la Jerusalén soñada cuando el Soberano Poder entra en el parque escoltado por las palmeras; se hace saeta rasgada cuando Jesús va Cautivo por el puente de los alemanes; cirinea con Jesús para aliviar el peso de la cruz por las almenas y se hace silencio en el luto más riguroso de la Soledad bajo la luna llena”.
Como cada año, “poco antes de sentir la ceniza que marca el tiempo en nuestra cabeza, nos reunimos en nombre de Cristo para dar a conocer la imagen que será el reflejo de nuestro sentir más verdadero” en el cartel anunciador de Semana Santa. “Ardua es la tarea de poner faz a una tradición centenaria, más si de algo divino se trata” y este año han sido los pinceles de Julio Sánchez del Olmo, los que han dado forma a la belleza de nuestra Semana Santa.
De Julio Sánchez indicó que nació en Málaga en el año 1960 y desde muy temprana edad muestra un gran interés por el dibujo y la pintura, que lo llevan a cursar estudios en la escuela de artes y oficios de Málaga y en la academia de Velázquez, del pintor malagueño Juan Baena. Ha realizado numerosas exposiciones, tanto colectivas como individuales y ostenta varios premios, de los que destaca el segundo premio en el Certamen Nacional de pintura celebrado en Antequera.
En ese momento se descubrió el cartel anunciador. La obra recoge el rostro mudado de Nuestra Señora del Mayor Dolor de la Cofradía de Cabrerizas, una madre destrozada por la muerte del hijo amado. “Cuánto dolor puede aguantar un corazón tan puro, cuánto dolor ha de sufrir por la salvación de los hombres. Tres lágrimas brotan acariciando tu tez nacarada, preludio del fatal desenlace. Señora que cada Jueves Santo enjugas tu llanto con el pañuelo de hombres, mujeres y niños que se postran ante ti. Melilla consuela tu llanto, es compañía en la soledad de tu pena, alivio en la pesada carga del sufrimiento, pues no hay dolor como tu dolor, y eso Melilla lo sabe”, glosó el pregonero.
Villegas oró porque “en este tiempo que se acerca seamos consuelo de los afligidos, que acompañemos al desamparado como Juan acompañó a María en el sufrimiento del hijo perdido”.
También pidió porque “nuestra herencia cofrade sea testigo de nuestra fe ardiente, que nuestro sentir más puro y sincero sea nuestro faro en la oscuridad que nos indique el camino hacia la verdad; que sea orgullo de un pueblo que ante las peores calamidades supo asumir el riesgo y avanzar con Cristo y que con la ayuda de Dios seamos dignos de alcanzar la gloria llevando por bandera nuestro sentir melillense”, concluyó.
Premios
En el acto, Gregorio Castillo, presidente de la Agrupación de Cofradías, hizo entrega del accésit del concurso del cartel anunciador, a Luis Legido miembro del grupo Photowalk, ya que el ganador José Manuel Lozano, no pudo acudir. Eduardo de Castro, presidente de la Ciudad, entregó un regalo al presentador del cartel anunciador.
A lo largo de la noche, la Banda de Música Ciudad de Melilla, bajo la dirección de Ángel Lasheras, ofreció varias marchas procesionales, como “Nuestro Padre Jesús” de Emilio Cebrián Ruiz, que tiene su origen en el Viernes Santo de 1934 en Jaén. La segunda fue la pieza titulada “Rocío” del maestro Manuel Ruiz Vidriet dedicada a la Virgen del Rocío de Almonte (Huelva). El broche lo puso el himno nacional.
