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Juan Antonio Marmolejo: “Mi ilusión sería que un alumno melillense llegue a formar parte de la plantilla de la UGR en Melilla”

Orla del cuarenta aniversario

El decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de Melilla, Juan Antonio Marmolejo, afirma que el cuarenta aniversario de la llegada a la ciudad de los estudios empresariales ha venido a constatar el “antes y después” que supuso poder formar en su propia tierra a generaciones de profesionales melillenses que han contribuido al crecimiento de la ciudad. La Facultad sigue apostando por Melilla y muestra su deseo no solo en poder ampliar los grados, sino incluso en que un día, un alumno melillense que se forme en el campus local llegue a formar pate de la plantilla de docentes. Han pasado cuarenta años desde que aquella primera Escuela Universitaria de Estudios Empresariales de Melilla echara a andar. El devenir del tiempo lo único que ha conseguido ha sido que siguiera creciendo, no solo en sueños y aspiraciones, sino en realidades, materializándose en la realidad que es hoy en día: la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de Melilla.

Comienzos
Según explica el decano de la Facultad, Juan Antonio Marmolejo, la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales de Melilla empezó a andar en 1979. “La Universidad de Granada entendió que debía ampliar los estudios que impartía en la ciudad, porque hasta entonces se contaba solo con Magisterio, y apostó por Empresariales y Comercio, que es donde está el germen de este centro universitario”, explica.

En el año 1978 es cuando se publica el Real Decreto en el que el Gobierno decide crear los estudios de ciencias empresariales en Melilla, y el 13 de diciembre, nace la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales de Melilla, que fue su primera denominación. Su primer curso académico fue 1979/1980, de ahí que el pasado año la Facultad celebrara el cuarenta aniversario de ese primer curso. “La cuarentava promoción saldría este año, pero cuando pasamos de diplomatura a grado, hubo un año que quedó un poco vacío”, detalla.

Aquel primer curso se inició con 17 estudiantes, y una plantilla formada por siete profesores y un conserje, en los locales de la Casa de la Juventud. Actualmente cuentan con casi 500 alumnos tanto de grado como de posgrado. En 1985 se trasladaron al edificio del campus, donde compartir espacios con la Escuela de Magisterio.
“Esos primeros años fueron complicados, pero la verdad que las relaciones con lo que hoy en día es la Facultad de Ciencias de la Educación y el Deporte, y posteriormente cuando vino la Escuela de Enfermería, han sido extraordinarias, con roces, como son normales en cualquier convivencia, pero hemos tenido siempre muy buena sintonía y nos hemos apoyado unos a otros como no podía ser de otra forma, porque las cosas siempre son comunes”, indica Marmolejo.

Crecimiento y evolución
En el año 1999 empieza a impartirse la Diplomatura en Relaciones Laborales, titulación que conlleva el cambio de denominación del centro, que pasa a ser Escuela Universitaria de Estudios Empresariales y Relaciones Laborales. En 2001 “nos aprueban que empiecen los estudios de Gestión y Administración Pública, que fue una titulación histórica para el centro porque de toda la UGR, sólo se imparte en Melilla, y esto da a lugar a que nuestra escuela vuelva a cambiar de denominación y pase a ser la Escuela Universitaria de Ciencias Sociales”.

Con la aplicación del Plan Bolonia, que supone un cambio del sistema universitario español, desaparecen las diplomaturas y entran los grados universitarios. “En ese camino, desaparecen los títulos cortos y pasamos a títulos largos, y pasamos a ser Facultad de Ciencias Sociales, y hace nada, comenzamos con el doble título de Administración y Dirección de Empresas y Derecho y nace la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas”, señala.

En el curso académico 2010/2011 comienzan a impartirse los Grados en Administración y Dirección de Empresas; Relaciones Laborales y Recursos Humanos y Gestión y Administración Pública. En el curso académico 2014/2015 se incorpora el doble Grado en Administración y Dirección de Empresas y Derecho.

Según detalla el decano, hace tres años se impartió por primera vez un posgrado, el master de Acceso a la Abogacía, y hace dos, el master en Gestión y Tecnología en procesos de negocios. “Este curso ha comenzado el master en Administración de Empresas y Dirección de Recursos Humanos en Entornos Internacionales; independientemente de uno que es común para todo el campus, que es el master en Diversidad Cultural: un enfoque multidisciplinar y transfronterizo, del que formamos parte los tres centros”, manifiesta.

La introducción de nuevos estudios de grado ha llevado conçsigo “una evolución a nivel metodológico docente y a nivel del profesorado, como lo demuestra el hecho de que empezamos con 7 profesores hace cuarenta años y ahora son 52 y el 60% son doctores, cuando al principio ninguno lo era”.

En estas cuatro décadas, han sido siete las personas que han ocupado primero la dirección y después el decanato: José Jover, Matilde Casares, Federico Palacio, Nicolás Sánchez, Isabel Quesada, Alejando del Canto y Juan Antonio Marmolejo. En este tiempo han convivido con rectores como la actual, Pilar Aranda, y sus antecesores, Francisco González Lodeiro, David Aguilar, Lorenzo Morilla, Pascual Rivas, José Vidal Soria y el primero con el que nació la facultad, como fue Antonio Gallego Moreno. Da la casualidad que en el momento de la fundación, la Secretaría General de la UGR la ocupaba un melillense “al que debemos el nombre de las jornadas jurídicas que organizamos, las de José Antonio Sáinz Cantero, un especialista en Derecho Penal muy reconocido a nivel nacional e internacional”.

Por Melilla
Deja de manifiesto el decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas, que el hecho de que Melilla dispusiera de estos estudios, ha permitido que varias generaciones de melillenses se hayan podido formar en su propia tierra. “Algo de lo que siempre hemos presumido, es que hemos formado a muchísimos melillenses que ocupan puestos de importancia y relevancia en el sector financiero, político y económico de la ciudad, y esto es algo que se lleva muy a gala”, afirma.

Por otro lado, considera que la Facultad ha venido “a dar respuesta a una demanda muy importante de formación en el mundo económico-empresarial de la ciudad que antes no existía, porque hasta entonces sólo contábamos con la formación de profesores en la Escuela de Magisterio, pero no había formación a nivel económico de forma presencial”. Su creación supuso “un antes y un después en la ciudad”.

Además, su apertura vino a responder a algo que entiende era “muy necesario, como fue evitar que muchos melillenses tuvieran que salir de la ciudad para cursar una carrera por el gasto que esto conlleva”. Por ese motivo defiende que “todas las titulaciones que se implanten son pocas”.

Por último, Marmolejo reconoce que tuvo la suerte de contar con una familia que pudo costearle unos estudios superiores fuera de Melilla, pero “cuesta mucho tener a un hijo estudiando en la península, y por eso cuantas más carreras podamos implantar siempre será positivo para los jóvenes y para la economía de las familias”.

La contribución de la Universidad de Granada (UGR) a Melilla
Marmolejo indica que también hay una cuestión “relevante que muchas veces se olvida y es lo que aporta la universidad a la sociedad melillense a nivel de formación superior, con seminarios, charlas, coloquios y jornadas, que hacen que se enriquezca la ciudad en distintos niveles”. Deja patente que impartir posgrados es un atractivo más para atraer estudiantes, tanto locales como foráneos, porque pueden iniciar y completar su formación universitaria en Melilla. “Mi ilusión sería ver que un alumno que empezó aquí, llegue a ser doctor y entre a formar pate de la plantilla de profesores de la UGR en Melilla”, manifiesta.

Apostilla que la incorporación de los grados ha posibilitado la llegada a Melilla de “un volumen importante de profesores con currículos extraordinarios, hasta el punto de que la nuestra ha sido la facultad con mayor número de premios extraordinarios de doctorado en los dos últimos cursos académicos, en concreto seis, con lo que se demuestra la calidad y excelencia del profesorado que estamos recibiendo”.

En este sentido, señala que la facultad “ha sabido adaptarse, porque hemos pasado de la formación y la gestión universitaria a que la investigación tenga un peso muy importante, dando lugar a proyectos importantes de investigación”. De hecho, dijo que la facultad cuenta con docentes que participan en tres proyectos europeos y a grupos de investigación con estancias en el extranjero gracias a que, por ejemplo, “hemos sido pioneros en la firma de convenios con Japón y con universidades europeas de gran prestigio”.

La universidad debe abrirse a Melilla
A modo de resumen, reitera el hecho positivo que supuso la entrada de los estudios empresariales en Melilla tanto por el volumen y calidad de los docentes encargados de la labor educativa, como por “la lista de profesionales que hemos formado y que ocupan puestos de responsabilidad”.

La evolución de las titulaciones a nivel de grado y posgrado, “ha evitado que muchos melillenses tengan que salir de sus casas, y como tercer hecho, destacaría lo que aporta la UGR a la ciudad desde el punto de vista económico, jurídico, empresarial y laboral”. De cara al futuro, entiende que la universidad “tiene que salir de sus cuatro paredes, formar parte de la sociedad melillense que es a la que nos debemos y llegar a todos los rincones de la ciudad”, aunque el principal escollo es la falta de infraestructuras para poder hacerlo.

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J.A.M

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