Que las cosas en el primer gobierno de coalición de la democracia en el Ejecutivo Central no iban a ser fáciles se sabía de antemano. El propio presidente del Gobierno Pedro Sánchez admitía que él no iba poder dormir tranquilo si Pablo Iglesias formaba parte del Consejo de Ministro. Unos meses después de esta afirmación y obligado por los resultados electorales de la repetición de las elecciones generales de noviembre, Sánchez cambió de opinión y tiene a Iglesias como “único vicepresidente” de su Gabinete, como admite un destacado socialista, como es el ex presidente Felipe González, a pesar de los intentos de diluir la presencia del líder morado nombrando hasta cuatro vicepresidencias.
Las primeras fricciones entre los socios se han empezado a producir y una atañe de forma especial a Melilla. Por un lado, tenemos a Pablo Iglesias afirmando este pasado lunes que el Ejecutivo, independientemente de que los tribunales europeos las acepten, dejará de realizar devoluciones de inmigrantes en caliente en las fronteras de Ceuta y Melilla. “Cualquier acción que vaya en contra de los derechos humanos y en contra del acuerdo de Gobierno no se puede producir”, sentenció Iglesias en Los desayunos de TVE. “Es un consenso que las devoluciones en caliente no son respetuosas con los derechos humanos”, aseguró.
Sin embargo, primero en Melilla el lunes y después en Ceuta el miércoles, el secretario de Estado de Seguridad decía todo lo contario. El nº 2 del Ministerio del Interior, Rafael Pérez, aseguró que la figura legal del "rechazo en frontera", más conocido como 'devoluciones en caliente', sigue vigente y volverá a ser utilizada por las FyCSE en caso de necesidad en las vallas. "Mientras no se modifique la normativa aplicable", se refirió a la Ley de Seguridad Ciudadana de 2015, "el proceder de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad será el mismo porque ha sido correcto y tendrá que seguir siendo igual", dijo Rafael Pérez, que además sabe de leyes, porque es juez de profesión.
¿A quién harán caso los guardias civiles de la valla de Melilla? ¿Al vicepresidente del Gobierno o al secretario de Estado de Interior? Todo parece indicar que en este tema Pablo Iglesias tiene todas las de perder porque la inmigración es un tema de Estado y ahí Podemos no podrá hacer lo que quiera.
