Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Tránsfuga con todas las letras

No reconocer que Jesús Delgado Aboy es un tránsfuga, como algunos de nuestros gobernantes estaban haciendo ayer, queremos creer que por desconocimiento de lo que significa la palabra, daría coba al transfuguismo y a una inestabilidad política a la que Melilla no quiere regresar. Precisamente por eso, por las graves consecuencias que tiene el transfuguismo, hay en vigor un pacto nacional contra él. Que nadie lo olvide La Asamblea de Melilla vuelve a tener tránsfugas después de dos décadas tras la negativa de Jesús Delgado Aboy a entregar el acta de diputado tras ser expulsado del partido por el que se presentó a las elecciones, Vox. Una lacra de la política que Melilla vuelve a padecer y que da la impresión de que en esta legislatura, con las mayorías tan ajustadas y con un acuerdo de Gobierno tan débil, se está intentando blanquear.
Y decimos esto porque hay voces en el Ejecutivo tripartito que ayer mismo, en petit comité, se mostraban sorprendidos de que se afirme que Jesús Delgado Aboy es un tránsfuga. Para disipar dudas a nuestros gobernantes, hoy traemos a este Editorial la definición de tránsfuga que nos da la Real Academia de la Lengua Española, la RAE. De las tres acepciones que recoge, la segunda da en el clavo con el ex presidente de Vox: “Persona que con un cargo público no abandona este al separarse del partido que lo presentó como candidato”.
La RAE podría poner la foto de Jesús Delgado Aboy en su diccionario al lado de dicha definición si quisiera, puesto que, efectivamente, él es “una persona que con un cargo público (el de diputado) no lo abandona al separarse del partido que lo presentó como candidato”, Vox, que ha presentado escritos oficiales a la Asamblea y notas de prensa a los medios de comunicación para dejar constancia de que Jesús Delgado Aboy ya no forma parte de su partido y se negó a entregar el acta de diputado.
Por lo tanto, la palabra “tránsfuga” no es ningún adjetivo despectivo, sino una denominación de lo que ha hecho Jesús Delgado Aboy, traicionando a los votantes de Vox en las elecciones municipales celebradas hace nueve meses. La traición, en este caso, es aún más dolorosa, porque no solo se ha quedado con el acta de diputado que consiguió utilizando las siglas del partido, sino que además, le ha ocasionado un grave perjuicio al dejar a Vox con un único diputado, provocando la pérdida del grupo parlamentario en la Asamblea al tener que irse Juan Carlos Escoz al Grupo Mixto con Eduardo De Castro, compartiendo medios, representación y turno de palabra.
Se abre, pues, de nuevo, el debate sobre si el acta de diputado pertenece a la persona o al partido. Aunque oficialmente es del diputado, en realidad debería ser de los partidos políticos porque los electores no votan a la persona, sino a unas siglas, que presentan una lista de candidatos y pagan y planifican una campaña electoral. Jesús Delgado Aboy no se presentó por libre a las elecciones, sino que lo hizo por Vox, partido al que ya no pertenece. Por lo tanto, el sentido común apunta a que debería desvincularse por completo de él renunciando a ser diputado, cargo público que consiguió por unas siglas que ya le son ajenas. El escaño pasaría al siguiente de la lista de Vox, lo que demuestra, una vez más, que el acta de diputado no es de la persona, sino del partido, porque si no fuera así y Jesús Delgado Aboy renunciara a dicho cargo, entonces pasaría a sus herederos. Un disparate como el que estamos viendo estos días en nuestra Asamblea.
Blanquear el transfuguismo, como parece que se podría estar intentando hacer ahora, es un grave error, pues los otros 24 diputados adscritos a su grupo político podrían seguir el mismo ejemplo y venderse al mejor postor, como ahora podría hacer Jesús Delgado Aboy al no tener siglas que le aten e ir por libre. No reconocer que Jesús Delgado Aboy es un tránsfuga, como algunos de nuestros gobernantes estaban haciendo ayer, queremos creer que por desconocimiento de lo que significa la palabra, daría coba al transfuguismo y a una inestabilidad política a la que Melilla no quiere regresar. Precisamente por eso, por las graves consecuencias que tiene el transfuguismo, hay en vigor un pacto nacional contra él. Que nadie lo olvide.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€