Los de Kemel Azouaghe gozaron de numerosas ocasiones de gol, fundamentalmente en el primer periodo, en el que llegaron incluso a desaprovechar una pena máxima, en torno al minuto 40, por mediación de Walid. La Peña Barcelonista deberá esperar a una nueva oportunidad, aunque ya solo restan cinco jornadas para el final del campeonato, para poder lograr su segunda victoria de la presente temporada.
Ayer, lo cierto es que los azulgranas frente a un rival directo en la clasificación como la Gimnástica de Ceuta la tuvieron muy cerca, ya que dispusieron de innumerables oportunidades claras de gol, especialmente en el primer periodo, en el que los de Kemel Azouaghe dispusieron incluso de la posibilidad de marcar a través del lanzamiento de un penalti, en el minuto 40, que no acertó Walid a transformar, también ante la buena intervención del meta caballa Javi Casanova.
Pese a la falta de puntería, los melillenses acabarían adelantándose en el luminoso en el 68, por mediación de Yessin. Sin embargo, la alegría le duró escasamente siete minutos a los locales, ya que los caballas empataban con un gol de Taufek. Al término del encuentro se llegaría con el consabido 1-1.
Volviendo al primer periodo, hay que incidir en que Baguri se plantó hasta en tres ocasiones delante del cancerbero de la Gimnástica, saliendo triunfador este último en todos estos mano a mano.
Posteriormente, se produciría la pena máxima que no supo convertir Walid en gol, y en el posterior rechace Pablo González se estrelló también ante Javi Casanova, el auténtico salvados ayer de su equipo. Con el injusto 0-0 inicial se marchaban los equipos a los vestuarios, dado que los barcelonistas fueron superiores.
En la segunda mitad, el partido se desarrolló con mayor igualdad y con menor número de oportunidades. Aun así, los azulgranas marcarían el 1-0, obra de Yessin, y pudieron sentenciar, en una acción de contraataque que no pudo culminar Baguri, tras una gran acción individual. Más tarde, los ceutíes empataban y en la recta final pudieron llevarse la victoria con un disparo a la mismísima escuadra, en el que David voló para salvar el 1-2, que hubiese supuesto la derrota.
