Las circunstancias por las que atravesamos todos los españoles, y en concreto los melillenses son muy difíciles, pero resurgiremos como el ave fénix. La historia de nuestra ciudad está llena de momentos extraordinariamente difíciles y siempre lo hemos superado. Ahora no va a ser menos.
Todos tenemos que seguir las instrucciones que emanan del poder legítimo y legal que las urnas han dado a nuestros representantes políticos.
El comportamiento de los melillenses creo que está a un nivel muy en responsabilidad, cumpliendo las medidas de confinamiento en nuestras casas y así deber seguir siendo, aunque nos cansemos.
Es el momento de hablar con los familiares, amigos, seres queridos y compañeros por medios telemáticos. También podemos transportarnos a otros lugares que nos brinda la lectura (yo estoy releyendo La peste de Albert Camus, muy interesante en estos momentos), el cine, las series, tv, la radio etc. para vivir la vida de otros: sus pasiones, sus deseos, sus fracasos, sus ilusiones… No estamos solos, es el momento de agudizar nuestra imaginación y valorar la cotidianidad del espacio público. Ahora nos damos cuenta que nuestras rutinas que son maravillosas. Como tomar un café, un té, una cerveza etc. en una de nuestras maravillosas terrazas, en nuestro restaurante favorito, mirando el mar… Todo esto volverá pronto y volveremos a disfrutar de nuestras vidas al aire libre y entonces lo valoraremos más.
Ahora estamos encerrados en nuestras casas, pero fuera hay muchas personas que se están jugando una infección para protegernos, sanarnos, alimentarnos, para tener el maravilloso olor a pan recién hecho. Gracias y mil gracias a los sanitarios, a los policías, a los barrenderos, a los que están de guardia, a los voluntarios, a las Ongs, a las ambulancias, y fundamentalmente a nuestros ejemplares medios de comunicación por su información puntual y a todos que se sacrifican por nosotros y por qué no a nuestras autoridades que están a pie de cañón para dar las indicaciones para salvar nuestras vidas.
Es el momento de reflexionar. Nuestras vidas antes de coronavirus ya eran muy difícil, ahora es terrible. En uno de mis artículos anteriores pedía un gobierno de concentración ante la situación económica y me reitero más que nunca en esta solución. Creo que este gobierno débil no tiene la fuerza suficiente para afrontar los retos que tenemos por delante.
Es necesario olvidar urgentemente las rencillas de ayer y mirar al futuro. Los tres partidos (PP, CpM, Psoe) tienen que sentarse con un solo objetivo: resolver los problemas de los melillenses que van a ser muchos, tras esta crisis. Siempre hemos dicho que la unión es fuerza, es compromiso, es ilusionar, es dar esperanzas de una vida digna a todos.
Por lo pronto, tendrían que unirse ya para elaborar unos presupuestos de emergencia. Los que están tramitándose, ya lo dije no son unos presupuestos buenos (por ser suave) y ahora mucho menos. Hay que modificarlos urgentemente e incorporar el endeudamiento necesario y marcar una priorización diferente. No se trata ya de cumplir unas normativas para tiempos de bonanza, sino de resolver los problemas de las personas, de las familias, de los trabajadores, de lo empresarios, de los autónomos, de los mayores, de los niños etc. Es la hora de dar soluciones de vida decente y digna a los que ya estaban pasándolo mal y ahora se intensifica.
Hay que poner 35.000.000e en los bolsillos de los melillenses (empresarios, trabajadores , autónomos…) para que cuando salgamos de casa poder gastarlos en nuestros restaurantes, en nuestras tiendas en nuestros cafetines, en nuestras perfumerías, en nuestras zapatearías, en nuestros taxis, en nuestros supermercados, en nuestros bares, en nuestras actividades culturales y recreativas con su correspondiente gasto en publicidad, en nuestra estructura comercial para que haya capital circulante en nuestra ciudad, éste es el que le da vida a Melilla, no sólo decir que la queremos. El gobierno tiene que hacer una economía de salvación, de reconstrucción de tejido productivo local. Es una medida prioritaria, mejor mañana que pasado. Y los que no hemos tenido merma dineraria a comprar y a gastar para recuperar Melilla rápidamente. Va a ser el momento de gastar para salir todos juntos de la crisis.
A propósito del servicio público a la información, felicito a todos los profesionales por su buen y eficaz trabajo. Yo cumplo las normas del Gobierno de España y de Melilla los medios locales que están haciendo un gran esfuerzo. Lo que me ha sorprendido ha sido el presidente de la Ciudad en sus dos últimas ruedas de prensa (domingo y martes) creo que no ha estado a las alturas de las circunstancias que requiere la Presidencia de la Ciudad.
No se puede hacer peor, atacar al mensajero, diciendo la desinformación de algún medio y tendenciosa pregunta, descalificando al líder de la oposición, etc. (no es el momento) pero sí decirle que quien puso el 13 de fiesta fue Vd., ahora critica a los melillenses que se fueron y no han podido volver, porque ejercieron su derecho constitucional a circular libremente. Hasta el sábado no se restringió este derecho. Usted no quería suspender la festividad que se inventó del viernes 13.
Por cierto, muy bien por el ofrecimiento de Imbroda (PP), ese es el camino. Lo que no sé si es real, viendo las declaraciones anteriores que no guardan una mínima compostura. Los diputados del PP en estas circunstancias también tienen obligaciones que cumplir y no dejar en la estacada a los melillenses. Y para mí el que ha actuado como líder de la Ciudad ha sido Aberchán, con sus propuestas y soluciones para el bienestar de los melillenses. Y el Gobierno en su conjunto está afrontando bien la situación, con el consejero Mohand al frente. Pienso que está trabajando más y bien de lo que se esperaba.
Es la hora de la reflexión, ya que tenemos tiempo, para que nuestros políticos se unan en cómo sacar a Melilla del agujero en el que se encontraba antes del coronavirus y, por supuesto, en esta situación de pandemia. Deben redoblar su esfuerzo. Les garantizo que, si así lo hacen, van a tener detrás a toda la ciudadanía. Melilla es un pueblo extraordinario y responsable.
Melilla no se rinde ante nada y volveremos a pisar nuestras calles, nuestros parques, nuestros paseos, nuestra plaza de España… nuevamente.
