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La contaminación por NO2 disminuye en Melilla un 91 % con el estado de alarma, según el informe de Ecologistas en Acción

El pasado jueves día 2 de marzo se presentó en público el estudio sobre calidad del aire que Ecologistas en Acción había realizado en 24 ciudades españolas, con la conclusión principal de que la reducción drástica del tráfico se está traduciendo en una mejora sin precedentes de la calidad del aire. “La organización ecologista, como hemos señalado ya en nuestra ciudad”, subraya que esta reducción de la contaminación “se ha producido en el marco de una situación extrema, en absoluto deseable, que está provocando muertes y graves problemas a muchísimas personas”. Guelaya ha realizado un estudio comparativo de las concentraciones de NO2 en Melilla, en la segunda quincena de marzo de 2019 y 2020, con datos de la Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad, que “cuenta con las limitaciones de los datos disponibles en nuestra ciudad (un año) frente a los de la mayoría de ciudades españolas capitales de provincia (una década en el estudio de Ecologistas en Acción)”.
Melilla tiene tres fuentes de contaminación atmosférica: Endesa, la incineradora (REMESA) y el tráfico. Los datos de consumo eléctrico en Melilla, que “ya hemos solicitado”, junto con otros datos ambientales a la ciudad a través del portal de transparencia, “suponemos que se han mantenido estables, independientemente del estado de alarma, debido a la falta de industria en nuestra ciudad”.
Si la contaminación de ENDESA se mantiene constante estos días, “con previsible desaparición de picos”, debido a la falta de desplazamientos laborales, y la producción de residuos que se incineran se mantiene constante, o a lo sumo con una ligera disminución”, ya que las necesidades básicas de consumo están cubiertas, y los residuos comerciales no se incineran, “la disminución de NO2 hay que atribuirla al descenso del tráfico, único factor contaminante que ha visto reducida su actividad de forma significativa como consecuencia de la emergencia sanitaria”.
De igual modo, es importante aclarar que, para hacer un estudio riguroso, “sería preciso comparar los valores de marzo de 2020” con la media de dicho mes de varios años anteriores, no sólo de 2019, “ya que hay factores, sobre todo los meteorológicos, que pueden contribuir a disminuir o aumentar los datos numéricos, debido a la diferente dispersión de la contaminación que produzca un viento de levante, de poniente, o unos días de lluvia”. Llama la atención que la Ciudad “no ofrezca en ese sentido información tan decisiva”.
Ecologistas en Acción considera también que estos días, en los que España está observando con estupor cómo aumenta sin cesar el número de muertos por el COVID 19, y en los que superar la cifra de 10.000 fallecidos, “nos ha parecido una auténtica tragedia”, por lo que quizás “sean adecuados para recordar que, según el Instituto de Salud Carlos III, institución de gran prestigio que es, por ejemplo, la encargada de validar los test rápidos de detección que nos mandan desde China, la contaminación atmosférica es la causante en nuestro país de una media de 10.000 muertes anuales”.
El NO2 directamente está relacionado con numerosas enfermedades respiratorias, pero, indirectamente, es el precursor de otros contaminantes, como el ozono troposférico y de la producción de partículas en suspensión menores de 2’5 micras (PM2,5), las más peligrosas.
Por otro lado, resalta que los datos que se ofrecen en Melilla, sobre la calidad del aire, “no están reflejando la realidad del aire que respiramos en la ciudad”, porque la ubicación del equipo de medida, en el extremo sur de nuestro territorio, alejado del tráfico y de ENDESA, “más bien parece señalar la llamada ‘contaminación de fondo’, con posibles interferencias por la influencia de la contaminación procedente del puerto de Nador y del entorno marroquí de la ciudad”.
Para finalizar, Ecologistas en Acción sostiene que para disponer de datos más representativos, y poder valorar los porcentajes de contribución de cada fuente contaminante, “habría que trasladar el autobús que contiene los equipos de medida a un lugar más sensible a las distintas fuentes”. Previsiblemente, se concluiría igualmente que el tráfico “es la mayor causa de contaminación atmosférica por NO2, pero tendríamos un análisis más riguroso”.

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Antonio Calderay

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