Queridas compañeras y compañeros:
Sirvan estas breves líneas para agradeceros enormemente la profesionalidad que lleváis, estáis y seguís demostrando día a día, desde el inicio de este periodo de Estado de Alarma que en nuestro Centro se inició el pasado día 12 de marzo, con las primeras decisiones tomadas.
Han pasado ya casi tres semanas y media desde entonces. Como bien sabéis, personalmente me gusta subir a las plantas, y compartir con vosotros el día a día. Y resultando que en la actual situación, no es conveniente el trasiego por los distintos módulos de la Residencia de personal ajeno a la atención directa, me he decidido a compartir con todos vosotros, a los que veo y a las que no a diario, esta comunicación.
Son días duros para todos: para nosotros y para nuestros usuarios. En estos duros momentos, es donde sale a relucir el trabajo, vuestro ingente trabajo, que va más allá, mucho más allá, de nuestra profesión. Y el cariño, el amor y la abnegación que venís demostrando en estas semanas a nuestros Residentes, sobre todo desde el personal de Atención Directa, hace corto cualquier elogio o agradecimiento. Por ellas y por ellos, todo.
Cuidaros. Cuidaros porque, cuidándoos, cuidáis a nuestras abuelas y abuelos. Somos ahora mismo, su familia; y eso hace que nuestra responsabilidad se haga incluso más humana que profesional. Lo estáis haciendo. Y no me puedo sentir más orgulloso de todo el personal. De todos.
Desde el equipo directivo, la conserjería, guardas de seguridad, mantenimiento, administración, trabajadoras sociales, jardinero, conductores, personal de cafetería, cocina… hasta los que estáis en planta, terapeutas, fisioterapeutas, OAES, enfermeros, equipo facultativo, camareros, gobernanta, limpiadores… No puedo estar más satisfecho de la implicación diaria de toda la plantilla del Centro.
TODOS y TODAS estáis dando todo lo que está en vuestra mano en estos difíciles momentos que nos han tocado vivir. También vuestros Representantes Sindicales, preocupados por el devenir diario, y donde encuentro diariamente, comprensión y apoyo a toda nuestra labor.
Seguimos. Vienen aun semanas de tensión, de intranquilidad y, por qué no decirlo, de miedo, ya que este es humano. Pero si seguimos teniendo en nuestro horizonte el fin de nuestro trabajo, que no es otro que el bienestar de nuestros abuelos, lo conseguiremos. No me cabe la menor duda. Gracias, gracias y gracias. Por vuestro trabajo…; pero sobre todo, por ser cómo sois. Gracias compañeras y compañeros.
