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Desastre nacional y local

Economía española: el FMI prevé para 2020 un aumento del déficit público (diferencia entre gastos e ingresos del fisco) del 9,5% del PIB, y un aumento disparado de la deuda pública, que llegará a ser el 113,4% del PIB ( de todo lo que los españoles producimos en un año), un porcentaje que no se produjo desde 1902, tras sufrir España tres conflictos bélicos. Más déficit significará más carga impositiva, más meter la temible mano pública en el ya exangüe bolsillo de los españoles.
El deporte se encuentra también en pleno caos. Muy llamativo: ya no hay grandes fichajes en el fútbol, que son la salsa habitual de los periódicos deportivos, hoy muy decaídos. En 2019, por ejemplo, hubo 18.000 traspasos internacionales, por valor de 6.740 millones de euros. El parón y la incertidumbre han puesto ahora el marcador a cero.

Los recortes de sueldo y los ERTE en los equipos más potentes y en muchos de los humildes son otras de las consecuencias del desastre actual, como los Juegos Olímpicos aplazados, en principio hasta el año que viene, si Dios quiere. Lo mismo que ocurre con las competiciones de todos los deportes, con fecha incierta de los regresos a una cierta normalidad.

Austria es una excepción: va a ser el primer país en permitir el regreso de los deportes al aire libre. Deportes que no se pueden practicar en España, ni en Melilla, claro, incluido el deporte rey, el fútbol.

Un fútbol nacional que mantiene a la Federación Española de Fútbol y a la Liga, vía Rubiales y Tebas, a la gresca, como siempre y con el caos como resultado. Algo parecido a lo que ocurre con el Gobierno melillense en todos los campos de la vida y de la actividad humana, el deporte incluido. ¿Alguien puede decir cual es la política de la actual Consejería de Deportes, dirigida por el buenista -que debería pasar a buen gestor- Rachid Bussian, algo que no sea paralizar o destruir lo que ya existe?
Una buena política, nacional y local, sería empezar a pagar ya -sin más dilaciones- a los afectados por ERTE y a los autónomos, que están en una situación dramática, antes de gastar más. Esa es la recomendación del presidente de la Confederación de Empresarios de España (CEOE), si no queremos pasar de solo un año perdido a una dura y larga recesión. El llamado ingreso mínimo vital, concebido por el comunista millonario Pablo Iglesias, significará un aumento del gasto público costeado por los españoles -no por el comunista Iglesias- de 7.000 millones de euros anuales. El comunista aspira a un objetivo para él fundamental, aunque para los españoles sería catastrófico: incentivar el voto clientelar que nos lleve a la Venezuela bolivariana.

Melilla no es una excepción del desastre nacional. Es ya una clamor que el actual Gobierno local no puede continuar. También es evidente que el PP melillense tiene que cambiar, porque esa es la única posibilidad de que nuestro Gobierno cambie.

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